12 - En la capital real PT.4

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Se dirigieron hacia la entrada de la posada, donde habían quedado el día anterior con el resto de oficiales. Allí vieron a los dos dioses de siempre, con una expresión poco amable en sus caras.

—¡Mu Qing! ¡Feng Xin!— Llamó Xie Lian. Los nombrados se acercaron hacia ellos, dando una mirada de desaprobación al fantasma que allí se encontraba, tan cerca del de blanco.

Después de saludar haciendo una pequeña reverencia con desgana, por casualidad, o no tanto, hablaron a la vez. —Aquí hay algo raro.— Xie Lian asintió.

—También nos hemos dado cuenta. La persona que buscábamos nos ha encontrado primero. Por si fuera poco, está jugando con nosotros.—

—Bueno, nos ha ahorrado el trabajo.— Dijo Hua Cheng con un tono de burla y un ápice de desagrado. —Tan solo tenemos que atraparle y sacarle información, nos queda la mejor parte.— Hablaba con indiferencia y frialdad. Podía notarse que no estaba de buen humor, y su expresión lo corroboraba, dándole un aire de maldad a sus palabras.

Xie Lian suspiró por lo que dijo, pero no hizo nada más, sabía perfectamente lo molesto que estaba por lo que sucedía. Después de mirar un poco a su alrededor, Xie Lian preguntó. —¿Dónde se encuentra el general Ye Xing?—

—No lo hemos visto, pensábamos que estaría con vosotros.— Contestó Mu Qing.

—No lo hemos visto desde ayer.— Todos fruncieron el ceño, la situación aparentaba ser de todo menos buena. —Preguntemos entonces.—

Se dirigieron hacia el hombre encargado de la posada. Este fue el mismo que el que anoche los llevó hasta su habitación, por lo que Xie Lian imaginó que también debió haber hecho lo mismo con el resto de dioses.

—¿Puedo ayudarle en algo?— Dijo con una claramente falsa amabilidad al ver a los otros dos oficiales que se habían adelantado. Cuando vio a Xie Lian y a Hua Cheng acercarse también, dándose cuanta de que iban con ellos, su expresión cambió a una más servicial, probablemente reconociéndolos como aquellos que tenían suficiente dinero como para alojarse en su habitación más cara, a diferencia de los otros dos, quienes durmieron en unas de más... ¿baja calidad? Esto ya se mencionó antes, pero para sorpresa de nadie, quien reservó las habitaciones, incluyendo esa tan lujosa, fue Hua Cheng, a quien no le hacía especialmente ilusión el que esos oficiales que tan poco le agradaban tuvieran las mejores habitaciones. Ahora más animado, el hombre volvió a hablar. —Señores, díganme que desean.— Dejando uno de los motivos por el que esos dos estaban tan poco alegres, continuaron.

—¿Sería tan amable de responder a unas sencillas preguntas?— Dijo Xie Lian con un tono suave y amable. Se tomó el silencio del hombre como un "continua". —¿Ha visto a un hombre muy alto, de pelo largo y negro, vestido con unas lujosas túnicas negras y azules? Debería haberse alojado en esta posada, ¿nos podría indicar donde se encuentra su habitación?—

El hombre frunció en ceño extrañado. —Siento decirle que no me suena haber visto a un hombre así por aquí.— Eso era extraño, no había muchas personas con una ropa tan extravagante ni con una altura así, por lo que sería fácil de reconocer y difícil de olvidar.

—Se supone que debió haber venido aquí anoche, poco tiempo antes que nosotros.— El hombre negó con la cabeza.

—Si es mi cliente, lo recordaría. Anoche no vino nadie así.— Xie Lian se giró para mirar a los otros tres, todos extrañados, con el ceño fruncido.

Mientras pensaban, cada vez se escuchaba más claramente a la multitud de la calle. Salieron con intención de buscar a Ye Xing, mas la increíble cantidad de personas les impidió avanzar mucho más. No es como si supieran por donde empezar a buscar, así que primero comprobarían que sucedía en ese lugar.

La Maldición del Oficial del Cielo「𝓣𝓲𝓪𝓷 𝓖𝓾𝓪𝓷 𝓒𝓲 𝓕𝓾」 ✨H⃟U⃟A⃟L⃟I⃟A⃟N⃟✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora