QingXi iba caminando por una bulliciosa calle mientras dos personas le sujetaban las manos con cariño, una a cada lado. Miró hacia esas figuras que eran varias cabezas más altas que el. A su derecha, una delgada mujer, y a su izquierda, un hombre con una apariencia un poco esbelta, ambos de mediana edad. Se quedó pensativo un segundo, volvió a mirar hacia sus manos y una gran sonrisa junto con sentimiento de satisfacción fueron claramente reflejados en su rostro.
Continuó andando felizmente. Se fijó en la ciudad, le era familiar, pero no conseguía recordar cuando fue que estuvo en un gran lugar tan rico como ese, donde grandes carruajes y personas con las mejores sedas y adornos se podían ver continuamente.
De repente cayó en la cuenta de algo. —¿Dónde están sus dos Geges?— Se preguntó a sí mismo en voz alta. —¿Xie-Ge? ¿Hua-Ge?— Miró hacia todos lados con la intención de buscarlos, pero no los encontró. Tiro levemente de los brazos de las personas que caminaban a su lado. —¿Habéis visto a dos hombres altos? Uno viste de blanco y otro de rojo. Sus nombres son...
Antes de que terminara de hablar, ambas personas se habían girado para mirarle. En cuanto QingXi se fijó en ellos, fue incapaz de continuar y solo pudo reaccionar retrocediendo unos pasos.
¡Estas "personas" no tenían rostro!
Bueno, sería más correcto decir en lugar de su rostro, había una especie de sombra borrosa.
—¿Q-Quiénes sois?— Dijo QingXi justo antes de caer de rodillas al suelo. En realidad, podía leer claramente que en sus caras estaban escritos los caracteres de "mamá" y "papá" respectivamente.
—¿Qué te pasa hijo?— Dijo "su madre".
—¿De quiénes hablas? ¿Por qué te quedas parado?— Pronunció ahora el otro.
El niño aturdido por la confusión y el miedo. En vez de decir algo, tan solo pudo hacer el ademán de retroceder más.
—¿A dónde piensas qué vas? ¡¿Acaso quieres darnos más problemas?!— Dijo la mujer.
El escenario cambió. De repente aparecieron en la habitación oscura que se encontraba en mitad del bosque en el que había estado hace tan solo unos días atrás.
Esas dos personas, o lo que fueran, estaban encadenadas en donde Xie Lian y Hua Cheng habían estado anteriormente. Alguien más apareció en la escena, esto hizo que a QingXi se le helara la sangre.
—¿P-Papá? ¿Mamá...?— Abrió muchos los ojos frente a toda la sangre que salía de sus cuerpos, siendo aparentemente el resultado de una severa tortura. Miró al responsable, quien para sorpresa de nadie, era su tío.
QingXi se levantó tembloroso, con la intención de ir hacia ellos. Sentía que cada paso que daba era más pesado que el anterior, impidiéndole apenas avanzar.
—Mam...
—¡Cállate!— El niño, que parecía que se caería al suelo con el viento, no pudo evitar retroceder por la fuerte impresión de este grito, sin atreverse a pronunciar una sola palabra más. —Niño inútil, ¡al menos déjanos morir tranquilos y liberarnos de ti!
Su mente se quedó en blanco a excepción de la escena que vivió hace unos días. Lo que estaba escuchando era lo que su tío le había dicho, que él tan solo era una carga, por lo que sus padres deberían agradecerle por haberlos matado.
—Pero y-yo...
—¡Ni siquiera nos recuerdas! ¡Niño desagradecido!— Gritó la mujer.
—Incluso ya has encontrado a otros por los que sustituirnos.
Empezó a respirar rápidamente, con mucho nerviosismo. —Eso... eso n-no es cierto.
—¡Claro que sí! Mira nuestras caras, ¡no las recuerdas! ¡Por eso no las ves!
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La Maldición del Oficial del Cielo「𝓣𝓲𝓪𝓷 𝓖𝓾𝓪𝓷 𝓒𝓲 𝓕𝓾」 ✨H⃟U⃟A⃟L⃟I⃟A⃟N⃟✨
FanfictionYa ha pasado un tiempo desde que el caos llegó a los tres reinos. El reino celestial ha sido recientemente reconstruido, mientras que la calma y el orden ha llegado por fin al reino mortal y fantasma. Hua Cheng y Xie Lian continúan con su vida en pa...