A Drop in The Ocean

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A drop in the ocean
A change in the weather
I was prayin' that you and me might end up together
It's like wishing for rain as I stand in the desert
But I'm holding you closer than most
Cause you are my heaven

Tomo con su puño la frazada azul y la llevo hasta los hombros intentando protegerse de la fresca mañana. El calor proveniente de estas la hizo sentir más a gusto y, acomodándose nuevamente en la almohada, intento dormir otro tramo.

No paso mucho tiempo hasta que la posición la incomodara y giro su cuerpo hacia el otro lado de la cama. Suspirando, abrió con lentitud sus ojos, solo para que luego, una sonrisa se le formara.

Jade dormía cómodamente del otro lado de la cama, la latina no podía evitar que la cara de seriedad que tenia mientras dormía, le causara gracia. Casi parecía que discutía con alguien en sus sueños, como solo ella sabía hacerlo.

Se preguntó si no le haría frio, pues la gótica estaba destapada hasta la cintura y solo llevaba su ropa interior, un sostén en negro que resaltaba mucho con su piel pálida. Tori sonrió bobamente al recordar porque su novia vestía solo eso. Se miró a ella misma y recordó que no se podía admirar de llevar mucha más ropa que ella.

Tori solo llevaba su ropa interior de abajo y una remera holgada en bordo la cubría arriba. Sin mencionar la frazada azul con la que se había envuelto. Ya conocía esa frazada, y conocía en la cama que estaba metida, también la habitación y por supuesto, su dueña, quien parecía seguir durmiendo ajena a que su invitada ya se encontraba muy despierta.

La latina no hizo más que contemplar la figura que tenía en frente, divagando en su cabeza.

-¿Es que acaso siempre que amanezcamos juntas voy a tener esa sensación de que me observan atentamente?- Susurró Jade, aun con los ojos cerrados y pasando una mano por su nariz.

Tori solo pudo negar con la cabeza, mientras que con una sonrisa se acercaba al rostro de su novia y la besaba en los labios.

-Eso está mejor- mencionó la dueña de casa cuando Tori se alejó.

La latina se había acomodado de nuevo en la cama mirando hacia arriba. Se intentó desperezar estirando los brazos, pero entonces Jade se acurruco a su lado, apoyando la cabeza en su pecho y pasando un brazo por su cintura, acomodándose hasta quedar cómoda. Tori sonrió y cubrió a Jade con la frazada hasta taparla.

-¿Alguien amaneció mimosa?- Preguntó con gracia, mientras con el brazo más próximo a Jade, la rodeaba y acariciaba sus cabellos.

-Solo te estoy usando de almohada ya que tú acaparas por completo la mía- Contestó la gótica sin más.

Tori se quedó contemplando por un rato como su novia parecía dispuesta a retomar su sueño. Su perfume comenzó a mezclarse con el suyo, haciéndola sentir más apacible.

-¿Qué hora es?- Preguntó en un suspiro la gótica.

-Todavía es muy temprano- Le aseguró la latina mientras le besaba la frente.

Recordó que ambas se había quedado hasta tarde haciendo un proyecto que debían presentar en la escuela. Y muy entrada a la noche el padre de Jade con Maggie anunciaron que debían tomar un vuelo y que no estarían durante el fin de semana.

El señor West le propuso a Tori que cenara con ellos esa noche y se quedara. Se notaba que el mayor hacia un esfuerzo por simpatizar con la nueva situación que se le presentaba, y Jade, aunque aun desconfiaba un poco, no podía evitar mostrarse sorprendida y también aliviada.

Everlong (Jori) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora