17. El origen de los males

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Si hay algún error me lo harían saber, gracias 🌷

La secretaria vio como el joven Lee salía de la oficina y se dirigía al ascensor arrastrando los pies, sintió pena

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La secretaria vio como el joven Lee salía de la oficina y se dirigía al ascensor arrastrando los pies, sintió pena. Había escuchado al señor Han y a él discutir, y se la veía tan vulnerable... Seguramente ya le había dado la patada en el culo. El muy cerdo siempre hacía lo mismo con todos. Entonces el castaño se quedó parado delante de la puerta, giró sobre sus talones y la miró fijamente.

                     
—Usted... —musitó, acercándose rápidamente a su mesa—. Usted tiene que ayudarme.

                     
—¿Yo, joven Lee? —se sorprendió.

                     
—Sí, usted seguro que sabe donde vive la madre de Jisung.

                     
—Sí claro, pero no puedo decirle algo tan personal como eso —se quejó la secretaria.

                     
—Por favor —le suplicó asiéndola por los hombros—. Necesito encontrar a esa mujer para pedirle perdón por lo que he hecho.

                     
—¿Pedirle perdón?

                     
—Sí —confesó Minho—. Yo le hice algo horrible a esa mujer y ahora necesito hablar con ella. Necesito encontrarla para pedirle perdón.

                     
—Comprendo su angustia pero...

                     
—Por favor —insistió hecho un mar de lágrimas. 

                     
La secretaria observó sus ojos cafés desolados y por un segundo estuvo a punto de sucumbir. 

                     
—Lo siento mucho joven Lee, pero no puedo ayudarlo. Lo que me pide es información estrictamente confidencial y no estoy autorizada a dársela. 

                     
Minho la contempló azorado, agachó la cabeza y finalmente se metió en el ascensor.

                     
Cuando llegó a casa se quitó la ropa y observó su trasero en el espejo. Tenía un aspecto horrible. Ya empezaban a aparecer algunos verdugones violáceos en la piel. Debía odiarlo por la forma salvaje en que lo había azotado. Pero en lugar de eso sintió pena. Una vez que las marcas desaparecieran de su piel, desaparecería también cualquier rastro de Jisung. Sería como si nunca hubiera estado en su vida. Como si nunca lo hubiera conocido.

                     

Deprimido, llenó la bañera de agua caliente y se sumergió entero. Estuvo un buen rato metido ahí, esperando el final. Hasta que notó como le ardían los pulmones, tuvo miedo de morir y sacó la cabeza hambriento de aire. Rompió a llorar afligido. No tenía valor para quitarse la vida pero tampoco podía soportar el terrible sentimiento de culpa que pesaba sobre sus hombros. Sentía que le oprimía el pecho, que llenaba el hueco donde ahora latía un corazón roto. Se puso un pijama de algodón, se colocó la bata y se encerró en el guardilla donde tenía guardados todos los trastos viejos de la casa, las fotos familiares, los trofeos de golf de su padre, los libros de su madre, su oso de peluche favorito. De repente se le contrajo el estómago en un nudo. Desde que sus padres habían fallecido en el accidente de coche, no había vuelto a entrar allí. Se había pasado todos esos años huyendo de los recuerdos y de la nostalgia. Pero ahora era un buen momento para empezar a afrontar la realidad. Ahora se le antojaba un refugio perfecto contra la soledad. 

Love Debit : HanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora