18 de enero del año 2016 a las 3:24 am
El sonido de la sangre que brota del cuello de mi primera víctima, fue el mayor placer que he tenido en la vida.
Miró mis manos las cuales se encuentran manchadas del líquido carmesí, miró a mi alrededor y veo...
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Emilio
Voy manejando hacia la casa de Bianco, la cual se encuentra escribiendo en su celular, en un semáforo rojo la miro.
— A quien le escribes —
Ella alza una ceja y sonríe.
— Con mis amigos, no puedo? o también veras mi teléfono. — habla extendiendo su celular.
— No se te vaya a parar al ver mis fotos desnudas.
Tenso la mandíbula y dejo el celular en el maletero, tomo el mio y veo mensajes.
- Que mierdas hiciste? - Spencer.
Apago el celular y arranco hasta las ultimas calles para adentrarme a la mansión Bianco.
Salimos y doy la orden para entrar, ahora venían otros ocho policías, veo de reojo a Lilith quien solo niega riendo.
Al entrar todo empiezan a buscar de manera exhaustiva.
...
Veo a policias sacar cajas con evidencias, subo a los cuartos a expeccionar y la voz de Lilith llama mi atención.
— Porque te llevas mis tangas degenerado — habla enojada.
El chico solo se pone nerviso - Es para ADN -
— ADN ni mierda , dejas esas prendas en su lugar que son mas caras que tu sueldo. —
El chico solo me mira y asiento, tomo la bolsa para evidencia y tomo el peine de su tocador.
— Hay otras cosas donde encontrar ADN novato.
El asiente y sale del cuarto de Lilith, veo alrededor, hasta toparme a ella acostada en su cama.
Su falda muestra mas pierna y decido salir de ahí, inspecciono toda la casa y a los policías, al finalizar los policías salen al bosque para buscar algún indicio.
Una hora después vuelven.
- No encontramos nada - habla el policia.
Enojado les pido irse a todos, vuelvo a entrar a la casa, la cual se oye cosas en la cocina, al entrar me encuentro a Lilith cambiada preparando cafe.
— Pensé que necesitaría una taza de café — me mira con una sonrisa inocente, tomó la taza y la tiro a cualquier lado, camino hasta invadir su espacio.
Ella no reacciona a nada sol me mira fijamente.
Tomó su cuello y la estampó a la cocina.
— Eres tan jodidamente inteligente que me matas—
Ella sonríe
— Pero se que habrás dejado algo, una pequeña evidencia que te hundirá, eso siempre le pasa a la gente como tu.