XXXIV

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Spencer

Mis ojos se posan en el auto que va saliendo de la propiedad de Lilith.

— Es hora — habla Marianne quién se encuentra a un lado, salimos y miro a los lados para verificar que no venga nadie.

Marianne sale con una mochila y nos adentramos a la casa de Lilith, su casa no tiene una protección para que los autos no se estaciones, ya que al ser un lugar con bosque es más complicado, lo que, si es que en algunos árboles del perímetro se encuentran cámaras, me coloco un pasamontaña al igual que mis colegas y nos adentramos al bosque.

Las aves se oyen a pesar de que es media noche, caminamos mientras algunas hojas secas grujen, al llegar el punto donde se encuentra la puerta secreta miramos la dirección por donde tal vez se adentraron, las chicas me miran y asiento, mientras cada paso que damos, me voy colocando guantes, miro con cuidado cada lugar que piso, caminamos como tres minutos cuando llegas a un punto donde no hay árboles, como si esta parte fuera el centro del bosque, mis compañeras avanzan y yo también, me coloco en el centro y miro arriba observo cada árbol hasta que la voz de Berenice nos alerta.

Miro a Berenice derecha, nos mira y alza su mano para encontrar un arete.

- Puede que sea de cualquiera – dice Marianne.

- Claro que no es de cualquiera, lo recuerdo tan bien, el día que nos avisaron de la desaparición de Ander Cass, unos padres vinieron a decir que su hija había desaparecido.

- Me mostraron una foto de su hija y tenia los mismos aretes que este. –

- ¿Porque no nos enteramos de eso?

- No le dieron la importancia, todos se dedicaron a Cass y le digieron a los padres que tal vez se fugó, ya que no encontraron cuerpo –

Miro el arete y esta empezando a oxidarse, Berenice toma una bolsa de evidencia y lo coloca ahí.

- ¿Porque la mataron? – dice Marianne confundida.

- Es claro Mari, tal vez ella los vio y la mataron para no dejar testigos. –

Me agacho donde encontró el arete y busco entre las hojas, miro a la dirección que tal vez estaban, me llama la atención uno de los árboles, me levanto y camino hasta ahí, alumbro con mi lampara el color marrón es mas fuerte, como si algo fue escurrido ahí.

Las chicas me miran y yo saca mi navaja, la entierro en el tronco y quito un pedazo de madera, la coloco en una de las bolsas y la guardo, Berenice sigue inspeccionando con más atención a su alrededor.

¿Porque los policías no prestaron atención a esto cuando vinieron a incautar?

- Es fácil – la miro – Saben que no deben meterse con el padre de Bianco, las influencias que tiene son mas grandes que perder su puesto.

- ¿Crees que Lilith y sus amigos hicieron esta atrocidad? – dice Berenice intentando de reflexionar.

- No lo sé – digo – algo en mi espera que Lilith sea la involucrada en todo esto, porque no se realmente como reaccionaria.

Emilio

Abro los ojos, y mis manos por instinto buscan en la cama el calor que desprende Lilith, pero lo único que encuentro es el vacío y frio lugar, me levanto y miro mi reloj quien señala las cinco de la mañana, busco en el baño sin victoria solo encuentro su ropa doblada así que decido buscarla por mi departamento, el olor a cigarro me guía hasta mi balcón donde encuentro a Lilith tapada con una sabana mientras fuma viendo a la nada.

- Por fin te encontré – sus ojos se posan en mi y siento una punzada al no encontrar el brillo que siempre la caracteriza, su labio esta decorado de una abertura tornándose a un color morado.

- Espero y no te moleste que fume – niego y me acerco a la silla que se encuentra a su lado.

- No me molesta en absoluto – tomo uno de ellos que se encuentran en la mesa de centro y lo prendo, miro el cielo para ver solo oscuridad todavía.

- Supongo que te preguntas que si mate a Ander –

La miro y inhalo de mi cigarro

Tengo siempre esa espina desde el instante que la conocí, una chica de procedencia lujosa, donde todo lo que quiere puede tenerlo.

- Solo quiero entenderte –

Ella sonríe de lado y saca el humo por su nariz.

Hay demasiada gente mal, de corazón putrefacto de almas sucias y sentimientos oscuros y crueles. –

- Tu no eres así – digo

Ella ríe y niega

- No hablo de mí, hablo de esos lobos vestidos de inofensivos borregos.

La observo y sus pupilas se oscurecen – ¿Ander fue uno de esos lobos? –

- Así es... –

Tal vez muchos piensen que mi esquizofrenia me hace tener alucinaciones y ver cosas en las personas malas, pero lo único que hace mi trastorno es darme el impulso de acabar con las vidas de esos monstruo.

- ¿Cuántas personas has matado? –

- Hasta el día de ayer seis personas –

Los tres de anoche fue por defensa propia – hablo.

- Y los otros tres también, defendía a mi familia, pero eso no lo vera nadie, solo verán a una loca asesina trastornada que decidió dar la vida de ellos por los míos.

Tomo su mano y ella me mira, sus ojos sueltan lagrimas y verla así de vulnerable me hace odiar a todos.

- Solo no quiero perder a alguien mas en mi vida, no lo soportaría. - susurra de manera cansada.

- Mañana que me entregues solo quiero que me dejes ver a mis amigas.

- No pienso entregarte – la interrumpo.

Lilith me mira confundida, mientras intenta no reírse.

- No eres tan buena como pareces, ni tan mala como algunos piensan, no me importa hacer cualquier cosa porque lo que siento por ti es tan poderoso e incontrolable, puede que estés loca, sin embargo, la manera en la que me besas es la paz que necesito en mi infierno.

Los ojos de Lilith empiezan a tener el brillo que siempre me ha fascinado, se muerde su labio lastimado y por impulso la tomo de sus mejillas, aprecio su piel pálida, sus pestañas tan largas que decoran sus ojos grises, ella me sonríe levemente y yo beso sus labios con cuidado para no lastimarla, el latido de mi corazón acelera mucho, sus labios se mueven sincronizando con los míos.

Siento como se queja cuando mis manos aprietan levemente su cintura.

- Lo siento –

- Quiero ir a dormir – dice en un ronroneo.

Asiento y deslizo mis manos a sus piernas su cabeza se acorruca en mi pecho, la acuesto con delicadeza y se vuelve a acostar su cabeza en mi pecho, una de su mano acaricia mi piel en círculos.

Yo no puedo dormir mas así que solo decido quedarme ahí, la miro dormir profundamente, el olor de su cabello de seda, tocó su brazo descubierto es como si tocara terciopelo esa textura suave que me encanta, ese olor a vainilla que me vuelve loco, beso su frente y me recalco que siempre la protegeré, sus ojos cerrados parecen cofres de tesoros aun no abierto, veo que el aire de su nariz choca con mi pecho, su calor me adormece poco a poco hasta caer profundo en nuestro propio mundo.

Yo no puedo dormir mas así que solo decido quedarme ahí, la miro dormir profundamente, el olor de su cabello de seda, tocó su brazo descubierto es como si tocara terciopelo esa textura suave que me encanta, ese olor a vainilla que me vuelve loco, ...

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Mentes Psicópatas © |TERMINADA| en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora