Mentes Psicópatas © |TERMINADA| en edición

XXVII

Lilith

Llegamos al establo donde decido dejar a Hela en su lugar, le dejó alimento y acarició su bello pelaje tomó el cepillo y le peinó su bella cabellera negra que intimida a los demás.

— Es una maravilla —

Sonrió y asiento era la única mascota que he tenido en mi vida y era lo único que le agradecía a mi padre.

Yo siempre me encargaba de bañarla y darle los cuidados correspondientes es así como Hela y yo tenemos un vínculo especial a parte de que la consiento cuando puedo

— Desde cuando te empezó a llamar la atención equitación.

— Desde que entre al colegio, siempre me emocionaba ver a los estudiantes con sus caballo y eso fue que me motivo a seguir.

— Déjame decirte que te ves tan excitante montando a Hela - dice Spencer detrás de mí.

Me muerdo mi labio inferior porque tan solo esas palabras provocaron un especie de corriente eléctrica en mi vientre.

Lo miro a los ojos y luego a sus carnosos labios que me traen loca desde el momento que nos besamos.

El sonríe y es el detonante para que me a balance hacia el y por fin bese sus labios, el toma mi cintura para acercarme a él.

Deslizo mis manos a su nuca y tomó su cabello entre mis dedos, jalo su cabello provocando un gruñido de su parte, sonrió a través de los besos y el me acorrala contra la pared mis piernas por instinto se cuelgan en su cadera para poder sostenerme, sus manos se deslizan y me aprieta mi trasero de manera deliciosa.

Sus besos van bajando a mi cuello donde provoca un gemido de mi parte siendo una sensación tan placentera y haciendo que mis manos se perdieran por debajo de su camiseta llegando a sus pantalones sin perder tiempo, a la vez que mis piernas bajaban al suelo.

Desabrocho su camisa mostrándome su sexys abdominales sonrió satisfecha al poder apreciar mucho mejor su cuerpo con la luz , el me gira bruscamente dándole vista de mi trasero el acaricia, de un movimiento baja mi pantalón y me quita el saco para poder tener mejor visibilidad. Siento una nalgada lo cual provoca que suelte un gemido.

— No sabes cuántas mamadas me hice pensando en ti, quiero que recuerdes este momento pensando en todas las corridas que provocaste - dice entre mi oído lo cual hace que sonría.

Separa mis piernas de manera más accesible, pude oír el sonido del cierra de su pantalón, se tomó todo el tiempo del mundo para meterla solo pasaba la punta y la sacaba, yo necesitaba sentirlo dentro de mi, iba a explotar.

Me daba besos en mi cuello provocando que suelte gemidos.

Hasta que al fin en una solo estocada entra en mi, me mordí el labio con tal fuerza que sentí el sabor metálico de mi sangre, pude sentir como se abría paso centímetro a centímetro hasta quedar completamente encajada. Soltó un gemido muy profundo y recostó su cabeza en mi espalda.

Ufff podría quedarme así toda la vida, aquel calor que rodeaba adentro de mi fue tan excitante, aquello era tan glorioso.

Fue entonces cuando comenzó a moverse avivando hasta las terminaciones nerviosas de mi cuerpo que ni siquiera sabia que existían, inició tan lento sobre mí que la verdad no creía aguantar más. Se movía de delante hacia atrás de manera constante y sin sacar ni un milímetro de su polla, sentía como la cabeza estaba encajada en la matriz de mi coño.

 Las sensaciones recorren mi columna vertebral con sus embestidas que iban aumentando de tal manera que quite mis manos de la madera ya que empezaba a hacer ruido, sus manos sujetaban las mías detrás de mi.
Mis gemidos se sincronizaban con los de él, provocando un ambiente muy excitante.