Mentes Psicópatas © |TERMINADA| en edición

EXTRA 3 |S & M|

Sinai

Mando mi cabello para atrás y me miro por completo mi traje blanco impecable con unos hermosos tacones rojos, mi cabello perfectamente planchado hasta atrás.

— Buenos días señora candidata, llega Christian mi asistente apresurado.

— En una hora se dirán los resultados, y luego que los den tendremos que salir a dar una conferencia.

Miró por la ventana y hay muchos medios de comunicación.

— Se sabe cómo van los demás candidatos?

— Brown tiene un 18% de votos, Jones tiene 23% de votos, Scott tiene el 26% de votos y usted está en la adelantara con un porcentaje de 39%

Asiento y siento un dolor en mi estómago por los nervios, y decido salir de la habitación oval, para irme a la sala principal donde se encuentran todos esperando con ansias que de por finalizada.

Me siento en mi escritorio y todos guardan silencio, la puerta se abre y entra mi esposo, vestido de traje negro, se acerca a mi y besa mis labios.

- Hola gobernadora - sonrio negando.

— Aun no porto ese título —

— Lo sé, pero sólo son minutos para que lo seas.

Niego y lo miro a los ojos — Tengo hambre —

— Tu o el bebé? — me mira burlon y yo volteo los ojos.

— Apenas tengo un mes para que empiecen mis síntomas, tengo hambre por los nervios.

— Entiendo... y porque no nos fugamos — mira su reloj — solo diez minutos para que comas unas hamburguesa de McDonalds.

— No puedo dejar el puesto, ya falta media hora.

Morgan ríe y toma mi mano para sacarme de la habitación.

Sabes que hay medios de comunicaciones afuera de la oficina.

— Tengo una idea. —

Río y me dejó llevar, dobla de pasillo y abre una puerta donde está la cocina, los cocineros nos miran y yo les hago guardar silencio, Morgan me guía hacia una puerta trasera, sale a verificar que no haya gente, salimos y me guía a su auto donde entró atrás y el se pone a conducir.

— Ya no tengo edad para hacer este tipo de travesuras.

— No son travesuras, es una actividad de emergencia, no puedes ir sin comer a Rideau Hall.

Rideau Hall — Es la residencia oficial del primer ministro y el gobernador general de Canadá.

Volteo los ojos y no tardamos nada en llegar al McDonald más cercano, al salir algunas personas me miran con asombro y duda a la vez.

— Me da dos big mac y papas fritas con dos botellas de agua.

El empleado asiente y se retira.

Decido salir del establecimiento y sentarme en las mesas de afuera.

No tarda de llegar Morgan a quien le arrebato la comida y empiezo a comer.

— Mierda, esto está delicioso. — doy un gemido de felicidad.

Morgan me mira riendo y limpiando la comisura de mi boca con una servilleta.

— Coma con delicadeza señora gobernadora.

— Entendido segundo caballero—

Morgan me mira asqueado y niega. — Dime mi amor mejor —

Río y le doy una mordida a mi hamburguesa.