Nunca antes he sido tan impaciente esperando como lo hago ahora, viendo en todas las direcciones para saber donde se encuentra Sejun y desde luego también para cerciorarme de que él no está lo suficientemente cerca para sentir mi vida entre el límite de la calma y del miedo que me a hecho sentir con esas palabras y acciones que tan atrevido a usado allí donde me ha llevado hará horas, habiéndome saltado las clases para ello incluso.
Todo lo que ha ocurrido es algo que debo ocultar en lo más profundo de mi cabeza y no permitir que nadie en absoluto lo sepa, menos aún mi padre, porque si se entera que me he escapado para irme con un mafioso deberé despedirme de mi deseo por seguir estudiando y el de ir a la universidad.
Inquieto como me encuentro miro una vez más a mi alrededor, viendo finalmente ese coche acercarse, negro en su totalidad, con los cristales blindados y tan oscuros que es más que imposible ver el interior del vehículo desde fuera por mucho que uno mire. Cargando bien con mi mochila sobre mis hombros doy los pasos necesarios hasta que llego al coche, no esperando a que Sejun salga, subiendo en los asientos de atrás en la velocidad de un rayo, así como también hago para abrochar mi cinturón, con el que me peleo.
— Si se quita antes la mochila será más sencillo señorito Jung.
Mirando a Sejun, viendo sus ojos puestos en mi desde el asiento delantero, pienso en sus palabras, sintiéndome en pocos segundos tan ridículo como avergonzado por culpa de mi estupidez. Soltando esta cinta que es el cinturón de seguridad, me limito a quitarme cabizbajo mi mochila, la cual dejo a un lado, para ahora ya si abrochar mi cinturón de forma correcta, no dejando en ningún momento de mirar en dirección a mis manos que mantengo enlazadas sobre mi regazo, sintiendo cada vez más calientes mis mejillas debido a la vergüenza causada por mi estupidez.
— ¿Ha ocurrido algo para que esté tan inquieto? —niego —puede contármelo si quiere. No saldrá de aquí ninguna de sus palabras.
— No quiero hablar ni de eso ni de nada señor Sejun —le miro fijamente —vámonos a casa por favor, tengo hambre y si mi padre me lo permite me gustaría dormir también.
— Su padre se ha ido de viaje —se dispone ya a conducir —volverá en cuatro días asique podrá dormir después de comer los alimentos correspondientes para un joven de su edad.
— Los alimentos correspondientes para mi siempre son vegetales y estoy aburrido —me apoyo en una mano —por una vez en mi vida me gustaría cambiar eso pero es imposible. Con esa cocinera tan estricta no se puede. Es peor que pelearme con mi padre para que me deje ir a la universidad cuando me gradúe.
— Estoy seguro de que finalmente si podrá ir a la universidad —habla tan confiado —solo tenga paciencia y deje que las cosas se calmen. Tiene que aprender ha acatar las ordenes de su padre. Al fin y al cabo lo hace todo por su seguridad dado que hay demasiada gente mala a su alrededor que no tendrá piedad a la hora de hacerle daño.
— Señor Sejun, ¿le puedo hacer una pregunta?
Se limita a asentir al mismo tiempo que yo pienso en estas palabras que acaba de compartir conmigo, calando tan profundo en mi cabeza que no puedo evitarlo, así como tampoco el permitir que esos ojos, esa cara, esa nariz, esos labios, esa facilidad de hablar por parte de ese mafioso vengan a mi, escogiendo en este momento las palabras correctas para esa pregunta, sobretodo para no delatarme entre tanto de ello.
— ¿Además de a mi padre conoce a otros mafiosos señor Sejun? —sus ojos me miran a través del retrovisor por unos segundos —habla de los peligros con tanta confianza que me imagino que así será.
— Conozco a varios de ellos aunque no sus nombres —aclara —algunos si conozco más que nada sus apellidos de reuniones a las que asistí con su padre y no todos son tan peligrosos aunque si una amenaza. Hay un clan por así decirlo que si es el más peligroso pero no te lo nombraré como es evidente. Tan solo señorito Jung le pido que obedezca y deje sus escapadas nocturnas, incluso las que se limita a hacer en el instituto porque no quiero que le pase nada malo, mucho menos que acabe en manos del peligro.
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Apareciste tú //Sanwoo//
FanfictionSu inocencia podía salvar su corazón dañado por esos actos obligados. *Prohibidas copias y adaptaciones.