Apareciste tú //Sanwoo//

19

Hoy me siento como si empezase un nuevo curso en un lugar completamente diferente a donde estudié cuando mi padre me permitía ir a clases. La sensación que llevo sintiendo desde que me desperté, incluso mientras tomaba una ducha, me ponía la ropa para el día de hoy, este uniforme que ya extrañaba sentir cubriendo mi cuerpo, cuando desayunaba sin apenas apetito por los nervios que estaban ya invadiéndome demasiado, no me abandona mientras camino por este pasillo hasta encontrarme frente a la taquilla donde dejo mis cosas, quedándome unicamente con lo que realmente necesito para las clases, recordando que el día de hoy las tres primeras son con la misma profesora, teniendo que conformarme con estar apresado en esa misma clase hasta la hora del almuerzo.

— Woo —Jisung para a mi lado con una amplia sonrisa —¡te echaba tanto de menos! ¡Incluso quiero abrazarte!

— No lo hagas por favor..

— ¿Ocurre algo para que no pueda abrazar a mi mejor amigo? —me mira con la confusión en su mirada —todo este tiempo que has faltado pensé que era tu padre quien te lo prohibió.. ¿te a hecho daño?

— No vivo con mi padre.. ni con mis hermanos —cierro mi taquilla —estoy viviendo con un amigo de Ilhoon y será extraño pero entre ellos hay demasiada tensión. Desde hace muchos años es así pero creo que se contienen como buenamente pueden por mi si no ya estarían golpeándose mutuamente.

— ¿Les echas de menos? —asiento —¿por qué no te quedas con uno de ellos en sus propias casas? Tu padre es rico y siempre les dio sus propias casas a cada uno. Hace unos días me encontré con el que se llama casi como tu y me dijo que Ilhoon quería llevarte con él pero que su prometida no quiere. No se quien es esa mujer pero me parece estúpida rechazándote así cuando no tienes nada que ver directamente con ella pero si con tu hermano.

— Me la quiere presentar —digo sin ganas —y no quiero.. no se porque pero tengo la sensación de que vendrá en algún momento a buscarme y no sabré que decir para que no me presente a esa mujer. Le fue infiel y aún así se casará con ella. Además le fue infiel con nuestro tío, con el tío de quien era su novio y ahora será su esposo. No tiene sentido que le obliguen a casarse con esa mujer. Pero no está en mis manos evitarlo.

— Asústala —le miro curioso —hazle saber cosas aunque sean mentira. Dile que tu hermano no gusta de mujeres por ejemplo.

— A esa mujer seguro que eso le dará igual —empiezo a caminar —si es capaz de ser infiel a mi hermano dudo que le importe si mi hermano hace lo mismo. Además a Ilhoon no le gustan los hombres porque de ser así estaría teniendo una relación con Choi San y ya te he dicho que parece que cualquier día acabarán matándose.

Jisung por su parte se queda en silencio, por mi parte es más de lo mismo, mientras que nuestros pasos y cada voz a nuestro alrededor son lo que se escuchan, aumentando hasta que el silencio y los cuchicheos en alto llegan con mi presencia en la clase donde hace ya demasiado que no entro, sintiéndome extraño por ello aunque trate de ignorarlo para no acabar con una sanción nada más regreso.

— Ignórales —me pide mi amigo —desde el día que no viniste solo hablaban tonterías.

— Me da igual lo que esos idiotas digan de mi —abro mi libro —seguro que solo decían que mi padre me encerró o me mató. Son estúpidos y seguirán siéndolo toda su vida. Como si fuese a darles importancia a la basura que no vale para nada.

— Amigo.. tu antes no hablabas así —le miro nuevamente —¿Es ese San quien te obliga a hablar así?

Negando aseguro sin palabras que Choi San no tiene nada que ver con mi forma de expresarme, siendo real que así es.

Sencillamente la cosa va de que no me importa lo que digan o dejen de decir. Si mi forma de ser es así es porque yo quiero que lo sea, no porque imite la de otros como por ejemplo San o mis hermanos. Lo que sucedió anoche no es una razón para que así sea, tampoco lo ocurrido esta mañana cuando después de la ducha que he tomado le he visto pasar de largo, tan solo recibiendo un tu desayuno está en la mesa viéndole marcharse después de esas palabras que me ha permitido escuchar fríamente, como si no hubiese ocurrido nada entre los dos.