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Es demasiada tensión la que se adueña de todo mi ser. Wooseok ha estado en todo momento conmigo, no dejándome solo demasiado tiempo hasta que, hará tan solo unos minutos, se ha disculpado conmigo pidiendo que me quedase en la cama como estaba hasta ahora, en este momento incluso, terminando mis deberes del instituto.

Encontrándome solo en mi dormitorio ahora, escuchando las voces de mis hermanos mayores bastante lejanas y no habiendo ni rastro del señor Sejun, quito la sábana que cubre mis piernas, no molestándome en cerrar ninguno de mis libros, bajando de mi cama con tal prisa que temo ser escuchado, sobretodo por Chanwoo que es quien más facilidad tiene para escuchar a larga distancia de los cuatro, el que más habilidades tiene para muchas cosas. Mis pies, los cuales cubro ahora mismo con estas zapatillas que había escondido bajo mi cama, se mueven con la agilidad de una pluma.

Recorro, la cual no es mucha, la distancia desde mi cama hasta la puerta que con todo el cuidado que soy capaz de tener cierro, poniéndole el seguro incluso para que cuando suban no se si los tres o tan solo Wooseok le cueste entrar, dándome una ventaja de ser en este momento para escapar.

Cerrada como ya está la puerta, con seguro para tener un tiempo de ventaja, me acerco hasta mi armario, sacando una sudadera negra aunque haga calor a pesar de ser de noche, una gorra del mismo color y una mascarilla también negra con la que poder ocultarme. Nunca uso mascarillas, tan solo cuando enfermo lo cual suele ser pocas veces durante el año, siendo que ahora mi propósito es pasar desapercibido de ser visto. Poniéndome la sudadera, la gorra y la mascarilla, viéndome en el espejo, dándole el aprobado a mi ropa y la discreción y facilidad de no ser visto con facilidad que me da esta misma, cierro las puertas de mi armario yendo ya a la última parte de mi plan, la más complicada puesto que la altura es demasiada. Que mi dormitorio se encuentre en la segunda planta de esta mansión es un problema porque tengo que hacer de mi descenso por la fachada un riesgo para mi integridad física.

No quiero romperme algún hueso por salvar la vida de mi mejor amigo, la cual depende de que llegue a tiempo a mi encuentro obligado con ese mafioso. Me da miedo ir solo, no lo voy a negar, temiéndole por muchas cosas, sobretodo por lo que es él a pesar de que mi padre también lo sea. A mi padre le temo de una forma diferente, siendo consciente de su estatus desde que nací prácticamente. En más de una ocasión le he odiado porque mama se fue de mi lado por su culpa, pero he aprendido a vivir con ello y a soportarlo lo mejor posible si así es que puedo cumplir mis sueños, estudiar fuera de esas paredes que me hacen sentir tan encerrado cada segundo que paso entre ellas.

Me detengo en mis pensamientos y junto a la ventana de mi dormitorio. No va a ser fácil irme sin ser atrapado rápidamente. Lo primero ya está hecho que es cambiarme de ropa, cerrar la puerta con seguro. Ahora toca lo que estoy haciendo, abrir esta ventana tan cuidadosamente para que no haga ruido que por un instante miro hacia la puerta cerrada para asegurarme que no hay nadie cerca para que me escuche y tenga que dejar todo, convencer a ese mafioso de que no le haga nada a Jisung por mi ausencia. Apartando mi atención de la puerta, estando ya la ventana abierta, me dispongo a pasar una de mis piernas por esta, quedando sentado de forma que la mitad de mi cuerpo ya siente la brisa nocturna a estas horas de la noche, la cual no solo me roza sino que me abraza de tal forma que mis nervios vuelven en aumento.

Mirando a mi alrededor, buscando una forma de bajar, me encuentro con una enredadera que no se cuando ha sido puesta ahí ni cuando ha crecido tanto como para llegar tan alta y poder servirme de ayuda si es que soporta mi peso. Arrastrando mi cuerpo por la ventana donde estoy sentado estiro mis brazos, tratando de llegar sin caerme hasta ella. No es nada fácil puesto que está lejos y no alcanzo más que a rozarla con mis dedos.

— Así es imposible y voy a llegar tarde —me resigno —tengo que encontrar la forma de bajar sin romperme la mitad de mi mismo.

Me acerco todo lo que puedo, dejando una distancia para poder hacerlo más fácil. Aún así, sentado como estoy, es difícil y tan solo la rozo con mis dedos, no llegando como para agarrarme y poder mover todo mi cuerpo hasta la misma y empezar el descenso para escapar. Viendo hacia abajo, siendo una mala idea, veo la distancia tan grande hasta el suelo. No temo tanto a las alturas, pero si me dan tanto respeto que mi cuerpo se tensa hasta el punto de que ahora, mientras me sostengo a la ventana, sacar mi otra pierna no es tan fácil, menos aún estirar la que ya tenia fuera para llegar a la única opción para bajar que tengo. Estirarme es lo único que puedo hacer, respirando de forma profunda incluso cuando llego a posar mi pie de forma segura, una mano también incluso, tratando de calmar el miedo que me invade con tanta fuerza que me podria bloquear y quedar aquí colgado hasta la mañana siguiente o cuando mis hermanos me vean tan solo con entrar en mi dormitorio.

Apareciste tú //Sanwoo//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora