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Después de ofrecerle gomitas a Louis, las cuales él aceptó con una sonrisa y una mirada de ternura, Harry se sintió un poco tonto. Aunque ese pensamiento se esfumó de su cabeza cuando en ese momento Louis pasó su mano por los rizos, despeinándolos un poco, para luego guiarlo junto con sus amigos a la cafetería.

Zayn y Niall eran muy agradables, todos le hicieron sentirse bienvenido en el grupo así que en ningún momento se sintió incómodo. Zayn era algo callado pero intervenía en la conversación cuando era necesario; en cambio, Niall era quien más hablaba, haciendo bromas que causaban muchas risas en Harry y hacían rodar los ojos a Zayn y a Louis. Al parecer se sabían esas bromas de memoria.

Cuando el receso culminó, el rizado volteó para darle una mirada a Louis, quien estaba a su lado, y en ese momento se sorprendió al darse cuenta que el chico ya lo estaba observando desde antes.

"—Tienes una linda sonrisa." le había dicho por segunda vez en el día, y esas palabras seguían repitiéndose en su mente mientras se encontraba en el asiento de copiloto, con Robin conduciendo de camino hacia su casa.

— ¿Por qué estás tan callado, ah? Tú no eres así. —el hombre le dio una rápida mirada antes de regresarla al camino. Solo quedaban menos de cinco minutos y llegarían, pero Harry ni siquiera había pronunciado alguna palabra en el transcurso. 

El menor tenía sus manos posicionadas debajo de sus muslos para mantenerlas calentitas por el frío que estaba haciendo, no apartaba su mirada de la ventana, observando todas las casas que iban pasando. La suave brisa movía ligeramente sus sedosos rizos, flotando libremente en el aire libre. 

De pronto, Harry sintió una gran necesidad de correr. Correr por cualquier rincón, sin mirar atrás, con la sola preocupación de qué maravillas vería más adelante mientras pasaba a gran velocidad por las calles. Recordó a su ex novio, cuando llevaba a Harry a citas aburridas, citas en las que el menor solo podía sonreír forzosamente y aceptar todo ya que lo quería. Realmente lo quiso. 

Aunque no se estancó en aquello. Le dolió su engaño y su falta de interés, sí, pero lo superó aunque se sintió como una basura. Lo único que le preocupaba en esos momentos era lo que sus padres pensaran de él. La situación siempre fue rara, sus padres siempre lo amaron demasiado, dándole cariño y atención, cumpliendo todos sus caprichos de adolescente como asistir a un concierto de Lana Del Rey, comprarle vinilos de varios artistas que amaba escuchar, llevándolo de viaje por sus altas calificaciones. Desde pequeño se sintió querido, aunque sus padres tuvieran mucho trabajo, estos siempre buscaban tiempo para pasarlo con su hijo.

Realmente todo cambió el día en que les confesó toda la verdad y hay veces en que Harry desearía volver el tiempo atrás y simplemente nunca decírselos. Pero por otro lado, era lo suficientemente consiente de que seguir ocultándose lo terminaría destrozando. 

— ¿Te acuerdas del chico del que les hablé ayer? —habló, pegando su cabeza en la ventana, inclinado un poco su cuerpo para quedar recostado en el asiento mirando hacia Robin.

— ¿Louis? —Harry no pudo evitar sonreír al saber que Robin recordaba su nombre. Robin siempre prestaba suma atención a los detalles.

—Vendrá hoy a casa, tenemos que hacer un trabajo de literatura. —sintió como el auto se detuvo y observó a Joey abrir la gran reja para que el vehículo entrara a la residencia, lo saludó rápidamente con la mano y una gran sonrisa y lo observó continuar arreglando algo en uno de los jardines.

—Oh... —el mayor pareció dudar pero recordar al instante algo.— Cierto, tus padres no vendrán hasta muy tarde, supongo que todo normal. —le sonrió— Les diré a Joey y Martha que hagan pizza, ¿te gustaría?

Harry sonrió adorablemente. —Siii, me encantaría. Que sea cuatro quesos, por favor.

—Tu favorita. —respondió el hombre mientras aparcaba al lado de la fuente principal que estaba frente a la gran puerta de la casa.

—Cielos, hoy me pasó algo super vergonzoso con Louis, me quería morir. —el menor escondió su cara en sus manos al quejarse.

—Uh, cuando tenía tu edad también hacía cosas vergonzosas al lado de la chica que me gustaba-

— ¡Louis no me-! —se detuvo él mismo al sentirse perturbado y al sentir el calor en sus mejillas instalarse.— N-no me gusta.

—Como tu digas, cariño.

Ambos salieron del auto y empezaron a caminar hasta adentrarse en la vivienda. Robin codeó en un jugueteo a Harry, quien se lo devolvió riendo, cosa que empezaron una breve guerra hasta llegar a la sala donde el rizado se dejó caer en uno de los grandes sillones rojos, acostándose de lado abrazando un cojín contra su pecho.

— ¿Por qué no almuerzas y luego vas a dormir un rato? —dijo Robin mientras acariciaba los rizos del menor, quien se removió en su sitio buscando más contacto.

— ¿Podemos ver después algunos capítulos de friends? —hizo un puchero, con su cabeza en el regazo del hombre.

—Todos los capítulos que quieras, hijo.

꒰♡꒱

Cuando subió a su habitación después de almorzar, se lavó los dientes y se acercó hacia la gran ventana que daba una bella vista hacia el jardín. Se sentó en su sillón columpio del pequeño balcón, subiendo las piernas para abrazarlas contra su pecho.

Sintió la brisa rozar su rostro y cerró los ojos un corto tiempo.

Cuando los abrió, Harry aprovechó en buscar el número de Louis para pasarle la dirección de su casa. Escribió la "L" en la barra de búsqueda en los contactos, pero mientras revisaba no encontró a ningún "Louis". Empezó a revisar contacto por contacto desde la primera letra del abecedario. No era como si tuviera agregadas a muchas personas, pero aún así.

Justo cuando estaba por la "C" encontró un contacto que no tenía antes y sonrió al ver el nombre.

"Chico al que le debes un show priv"

Harry suspiró con una boba sonrisa en su rostro.

Tal vez el cambiarse de escuela no fue tan malo como pensaba.

The Cheerleader of my Dreams (ls.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora