The Cheerleader of my Dreams (ls.)

12

Louis apenas tuvo tiempo para reaccionar cuando el puño de Bill ya había caído sobre su mejilla izquierda haciéndolo trastabillar hacia atrás, donde Niall lo sostuvo de ambos brazos para evitar que le respondiera e iniciaran una pelea en frente de todos.

—Imbécil. —escupió el castaño, tratando de salirse del agarre del rubio, quien solo lo apretaba con más fuerza.

Louis pudo ver la sonrisa de satisfacción en la cara de Bill y solo quiso quitársela de un golpe, o tal vez dos o tres. Joder, nunca había sido una persona violenta, el único enfrentamiento que tuvo que casi llegó a los golpes fue precisamente también con Bill hace un año.

— ¡Skarsgård! ¡Tomlinson! —la voz de la directora se escuchó pero Louis no volteó a mirarla puesto que seguía observando la petulante sonrisa del pelinegro. Le daba asco.— ¡A mi oficina!

Bill giró los ojos y fue el primero en caminar detrás de la señora, mientras que Niall seguía presionando el brazo del castaño solo por si acaso.

—Puedes soltarme, Niall, no saltaré a pegarle aunque quisiera. —rápidamente se soltó de un solo movimiento del agarre del rubio, quien solo resopló cansado.

— ¿Qué mierda pasó para que te pusieras así? Por todos los cielos, no habías tenido un fuerte enfrentamiento con Bill desde hace meses... 

Niall siguió hablando mientras emprendía su camino hacia la oficina de la directora. Antes de salir divisó a lo lejos dentro de la cafetería a Zayn sentado junto con Harry, este último tenía una expresión preocupada en el rostro. Ambas miradas chocaron y de pronto Louis se sintió aún más culpable de lo que ya estaba cuando lo ignoró en la mañana.

Apartó la mirada al sentir su mejilla arder, tocó aquella parte y se dio cuenta que tenía unos rastros de sangre. Tenía que curarse en ese momento o sería peor la evidencia del golpe.

"Maldito Bill"

꒰♡꒱

Harry sabía que probablemente Louis no lo querría allí, pero ahí estaba. Parado cerca de la puerta de la enfermería. Había visto a la enfermera salir hace algunos segundos y sabía que el castaño estaba dentro pero aún no se animaba a entrar.

¿Qué le diría? ¿Y si lo ignoraba nuevamente? 

Pero en serio estaba preocupado, tal vez demasiado, y realmente quería saber cómo estaba.

Respiró hondo, el receso aún acabaría en quince minutos así que tenía tiempo. Dio un vistazo por los pasillos, nadie pasaba por ahí en ese momento puesto que la mayoría de alumnos estaban en la cafetería o en los exteriores. 

Entró lentamente a la mediana habitación, pudo ver algunos cuadros coloridos colgando en las paredes, un escritorio blanco en la que se encontraban cuadernos abiertos con algunas tablas en ellos, y una laptop abierta. Solo bastó girar un poquito la cabeza para ver a Tomlinson acostado en una camilla con los ojos cerrados y un paño sostenido sobre su mejilla golpeada.

Harry dudó en si quedarse o solo irse nuevamente, ¿sería muy imprudente entrar así nomás y despertarlo?

Después de reflexionarlo por unos tres segundos (ni siquiera había sido una gran reflexión, solo un impulso), decidió irse.

Así que volteó en dirección hacia la puerta pero por casualidad golpeó el tacho de basura de metal que se encontraba detrás de él, del cual no se había dado cuenta.

"Soy un idiota" regañó mentalmente.

— ¿Rizos?

Oh.