Oscura Obseción 💥

100 24 6
                                    

Los días pasaban velozmente y Boruto no los sentía debido al continuo esfuerzo y trabajo que hacía. Entre los ensayos y las clases de canto acababa agotado. Apenas tenía tiempo para ver a su luna.

Una tarde estando con su maestro Sasuke del agotamiento, se equivocó varias veces echo que despertó el enfado en el emo.

Pero el joven no daba más, necesitaba dormir o acabaría enfermandose. Sasuke suspiró profundo y dió por concluída la clase.

- Disculpe maestro, estoy cansado en verdad.
- Descuida Boruto.Ven, te mostraré algo.

Así salieron de la sala y Sasuke se lo fue llevando cada vez más abajo del edificio. Pasaron los laberínticos pasillos que solo el emo conocía debido a que su padre fue el arquitecto del teatro.

Cualquiera se habría perdido pero no Sasuke. Boruto comenzaba a asustarse, en un determinado momento se detuvo. Estaba temblando de miedo, muy pálido y las lágrimas humedecían su blanco y pálido rostro.

-¿A d-dónde me lleva....m-maestro? Por favor....n-no....por f-favor...n-no me lastime....

Sasuke se detuvo al verlo así. Cuando habló, lo hizo con voz dulce y suave:
- Calmate Boruto, nunca te haría daño. Solo quiero mostrarte el lugar donde suelo pasar la mayor parte de mi tiempo. Lugar donde guardo las partituras de las obras que más me gustaron y las de mi propia autoría. Nunca fue mi intención asustarte.

Boruto respiró profundo un par de veces intentando serenarse. Sasuke lo sujetaba de la mano derecha, así prosiguieron la marcha. Doblaron un par de veces para seguir avanzando hasta llegar a un porton hecho de hierro.

Sasuke colocó una llave en el candado que allí había y el portón se abrió. Las antorchas se encendieron solas, iluminando así el recinto. Ambos pasaron. Boruto quedó maravillado con el lujo que allí había.

Esculturas tamaño natural de ángeles por doquier, estantes con libros y carpetas. Una mesa con sus respectivas sillas se ubicaba en el centro del salón. Hacia un costado izquierdo había un gigantesco piano azúl intenso.

Dos puertas se divisaban más allá, una en cada sector. Permanecían abiertas. Boruto fue al sector de los libros y como un niño reía al ver los títulos de tan maravillosas obras de arte. Algunas las conocían mientras que a otras no.

El cansancio si bien seguía en el joven, se había tenuado. Sasuke aprovechó para preparar una merienda mientras su discipulo contemplaba el lugar.

Luego de unos instantes lo invitó a merendar. Boruto desgustó aquello con placer, era algo diferente. Sasuke le contó que su hermano mayor solía viajar por el mundo por razones labores, y le traía los exóticos manjares y especias de la región.

Sasuke tenía un aura misteriosamente atrayente que fascinaba al jóven rubio de una forma única. Cada gesto, cada palabra del emo lograba cautivar a Boruto al punto de olvidarse, por unos momentos, hasta de sí mismo.

En esos momentos Sasuke le hablaba sobre su pasión por la música, considerandola su mundo particular. Cada detalle que el emo le decía lo hacía con tal encanto, que lograba despertar en el rubio el intenso anhelo de saber más.

Boruto se olvidó del tiempo estando allí con Sasuke, además estaban tan abajo que no llegaba la luz del sol. Pronto Sasuke encendió la chimenea y el fuego les brindó el calor que estaban necesitando.

Boruto comenzaba a adormecerse debido al cansancio. Supo en un determinado momento que no podría seguir despierto.

Sasuke lo imvitó a quedarse pero Boruto no aceptó. Sin embargo allí mismo, en el sillón frente al fuego se durmió.

Cuando Sasuke se hubo asegurado que estaba profundamente dormido, lo sujetó en sus brazos y se lo llevó rumbo a la habitación de huespedes.

Allí donde tiempo atrás había dormido su amado esposo antes de casarse con él. Cuando recién se conocían.

Lo colocó en la cama, le quitó los zapatos y lo tapó. Luego se limitó a contemplarlo encimismado. Era idéntico a su anado esposo. Incluso tenía su misma inocencia y pureza.

El dolor volvió a apoderarse de Sasuke, cuanto deseaba volver a ver a su amado Naruto. Lo necesitaba tanto que le dolía. Pero algo en ese joven, que ahora yacía dormido en la cama donde tantas veces durmió su amado, lo atraía indicándole que su amado estaba cerca. Mucho más cerca de lo que él mismo creía.

Algo lo impulsaba a desear adueñarse de Boruto y retenerlo allí. Suyo y de nadie más. La imagen del rubio riendo felíz junto a Mitsuki regresó a su mente, enfureciendolo a más no poder. Luego volvió a mirar a Boruto dormir y susurró:

- No saldrás de aquí Boruto, no te dejaré salir hasta que hayas aceptado que solo me perteneces a mí. Deberás cantar, bailar y vivir solo para mí. Mientras te niegues a aceptar que tu existencia es mía, permanecerás encerrado aquí.

Boruto comenzó a susurrar en dormido:
- Mitsuki ayúdame por favor....ayúdame mi luna....
- Olvidalo, no lo volverás a ver nunca más.

Inmediatamente se alejó del lugar. Dejándo al joven rubio encerrado bajo la tierra. Boruto en dormido derramaba lágrimas de pesar.

"Mitsuki buscame por dios. Mitsuki, te amo. ¡Mitsuki!

 ¡Mitsuki!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
AMOR ETERNO (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora