¡Maldito! 💥

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Sasuke llevó a Naruto a su mansión donde intentó relajarlo. El rubio se sentía muy vulnerable. Ambos estaban en el despacbo del emo.

Naruto intentaba serenarse ya que era conciente que sintiendose así nada lograría, pero le resultaba súper difícil. Pensaba en Boruto, no podía creer que su propio hijo lo odie tanto y eso le dolía.

Sasuke continuamente se lo decía, todo el tiempo le decía que Boruto lo despreciaba, no lo valoraba y la prueba estaba en que siempre intentaba volver junto a Mitsuki alejándose de él, su propio padre.

- Boruto prefiere estar junto al hijo de un asesino antes que junto a tí mi vida. Pero yo te amo, nunca te abandonaré mi amor.

- Sasuke - Naruto lloraba desconsoladamente en los brazos de su oscuro amado.
- Naruto debes calmarte, haré que te preparen algo caliente.
- Gracias mi amor.

Cuamdo Sasuke salió, el rubio quedó solo unos momentos. Fue cuando algo llamó su atención del escritorio de Sasuke. Su diario, donde el emo tenía escrito todo lo que vivió hasta el momento.

Se acercó para leer algo, lo abrió al azar y leyó algo que no debió leer. La confesión del emo de haber planeado el secuestro del rubio por la madre de Boruto, una chica obsecionada con Naruto por aquel entonces.

Sasuke sabía dónde estaba durante esos cinco largos días y con quién. Era conciente de lo que le estaban haciendo. Hasta planeó la forma en que ella debería dejarlo. Tirarlo a la calle, de noche, desnudo y lastimado. Como un perro, peor que basura.

Naruto empezaba a temblar ya que a su mente regresaron los recuerdos de aquella noche en que fue atrapado por las locas obsecionadas con Sasuke para separar su espíritu de su cuerpo y encerrarlo en una vasija sagrada.

Esa noche él había leído aquel diario. Lloraba a más no poder, se quitó el anillo y se lo arrojó a la cara de su marido exigiendole el divorcio. Había descubierto que todo lo que Sasuke le dijo habían sido mentiras. Todo.

Sintió pánico y huyó de él y de la mansión que ahora la veía como una prisión. Su mente estaba en completo caos, por eso les resultó facil a esas locas agarrarlo y dañarlo así.

Pero Boruto lo salvó, lo cobijó en su propio cuerpo ayudándolo. Ahora, de regreso al presente, Naruto tiritaba debido al terror que sentía al tiempo que dejaba caer el diario de Sasuke al suelo en el mismo instante en que el emo entraba al despacho.

Sus miradas se cruzaron, por unos instantes reinó un tormentoso silencio. La lágrimas humedecieron el rostro del rubio a medida que los recuerdos se agolpaban en su mente.

Él en realidad...ODIABA A SASUKE. Lo odiaba con cada fibra de su ser. Siempre lo mantuvo aislado de todos y de todo, lo encerraba y hasta solía encadenarlo a la cama durante días.

En definitiva era su prisionero. Pero Sasuke pudo borrar todos esos recuerdos de su mente, todos. E implantarle recuerdos falsos. ¡Y todo por el maldito Sharingan! Ese odioso ojo jugaba con su mente.

- Tú - dijo a medida que retrocedía alejándose del emo quien estaba en la puerta - Maldito - Naruto se sentía desfallecer - Hiciste que dañara a mi hijo

- Naruto....yo....
-¡Maldita Basura! - Sasuke dió un paso en dirección suya y el terror se adueño aún más del rubio - ¡Aléjate de mí! ¡Hiciste que me secuestren! ¡Planeaste mi violación! ¡Por tu culpa casi me encierran en una vasija sagrada!
- No es lo que crees Naruto
-¡Sí que lo es! ¡Estás enfermo Sasuke!

Naruto quiso escapar pero Sasuke lo sujetó, no permitiría que se fuera. Era su propiedad privada y exclusiva. Pero la desesperación hizo que el rubio saque fuerzas de sus flaquezas y lo arrojó al suelo.

Sin perder tiempo tomó el celular de la masita ratonera que adornaba el lugar junto a las llaves. Corrió fuera y cerró con llave la puerta del despacho.

Tenía que escapar. Sasuke golpeaba la puerta y gritaba con furia.
-¡No podrás escapar de mí! ¡Eres mio Naruto! ¡Mi propiedad! ¡Soy tu dueño!

Naruto lloraba mientras intentaba abrir las puertas del lugar sin lograrlo. Todas estaban cerradas con llave.

Era como en el pasado, aquel pasado que el emo borró de su mente y ahora volvía a recordar. Sasuke siempre lo mantuvo encerrado bajo la tierra y aislado de todos. Siempre.

Ahora era igual. Todas las puertas estaban cerradas con llave, todas las ventanas tenían rejas. Aquella mansión era en verdad una prisión. No tenía escapatoria.

Buscó en el celular a su hijo y lo llamó. Boruto lo salvó una vez. Volvería a salvarlo. Lo necesitaba a más no poder.

-¿Hola? - la voz de su hijo lo colmó de dicha.
-¡Boruto! ¡Hijo! ¡Ayúdame por dios!
-¿Papá?
- Si, soy yo Hijo ven pronto a la mansión de Sasuke pero no lo hagas solo. Ven con Mitsuki. Es Sasuke

Boruto y Mitsuki podían oír a Naruto llorar de la desesperación sin entender nada.
-¿Qué pasa papá?

- Es Sasuke, siempre fue Sasuke. Me tiene prisionero hijo. Al fin pude recordarlo todo. Me controla con el Sharingan, su maldito ojo rojo y negro.

Mitsuki frunció el ceño al oír aquello porque sabía a qué se referia Naruto, no así Boruto.
- Iremos para allá papá.
- Tú me salvaste una vez hijo, salvame de nuevo Boruto, te lo suplico...

Pero en ese momento ambos escucharon a Naruto lanzar un grito aterrador y la llamada se cortó.
-¿Papá? ¡Papá! Mitsuki....por dios...

El peliazul sujetó a su sol y lo llevó al auto. Instantes después ambos se dirigían a la mansión de Sasuke Uchiha.

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AMOR ETERNO (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora