Extraño 💥

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Sasuke esperaba a Boruto en la sala de ensayos de siempre. El oscuro empresario tenía otros planes, para aquel peculiar jóven.

Cuando lo vió entrar algo agitado y lleno de felicidad, un oscuro sentimiento se adueñó de su ser.

Pero con su acostumbrada máscara de indiferencia supo ocultarlo todo a la perfección.

Estaba apoyado en el piano azúl cruzado de brazos aguardandolo. Cuando sus miradas se cruzaron, el joven rubio supo que algo no andaba bien. Pero aquello no mató su alegría y luz interior.

- Llegas tarde Boruto - dijo el emo clavandole la mirada con intensidad. Ésto preocupó al rubio quien empalideció abrutamente - Debes saber que la puntualidad es indispensable aquí.

- Disculpe maestro, no volverá a suceder.
- Eso espero. Empecemos entonces.

Sasuke se sentó frente al piano y comenzó a tocar una dulce melodía. Boruto lo contemplaba con una sonrisa. Aquella era una melodía hermosa que lograba calmar su alma.

Inmediatamente la voz de Sasuke se hizo sentir, tan envolvente y sensual que entrampaba los sentidos del joven rubio, quien no podía quitarle los ojos de encima.

Aquella era una invitación al amor pasional y erótico, al punto que Boruto empezaba a respirar entrecortado.

Algo en su interior iba reaccionando a esa voz de bajo que tenía Sasuke. Sensual y excitante a la vez.

Cuando acabó, el silencio reinó unos momentos en el cual ambos se miraron a los ojos en busca del alma del otro.

Sasuke rompió el silencio logrando que el jóven se fascine más aún.
- Esa es el alma de la música a la que debes llegar....Boruto.
- Es....es hermosa su voz maestro.

Boruto tuvo que hacer uso de toda su voluntad, para recuperar el control de sus emociones, y desviar la mirada hacia las partituras que tenía en las manos.

Seguía respirando entrecortado. Sasuke se incorporó y le acarició suavemente el rostro.

Su mirada gatuna entrampaba los sentidos de Boruto, quien no podía escapar de aquella atrapante sensualidad que emanaba su maestro.

- ¿Te encuentras bien Boruto?
- S-Si...maestro...
- Disculpame si fuí un poco duro contigo. No fue mi intensión incomodarte.

- Descuide - su celestina mirada quedó entrampada en la oscuridad del emo - M-Maestro...
- Me preocupo por tu futuro. Tienes potencial....Boruto.

Ésto último sonó como ecos en la mente del jóven. La voz de Sasuke comenzaba a resonar en su propia mente, anulándole la voluntad a Boruto.

- Comencemos. - Diciendo ésto le quitó las partituras de las manos con suavidad, para colocarlas sobre el piano azúl. - No las necesitarás de momento.

Inmediatamente se sentó nuevamente frente al piano y comenzó a tocar otra peculiar melodía, que fue llegando a los profundo del joven. Sin saber cómo, Boruto empezó a cantar.

Sasuke iba corrigiéndole a medida que avanzaban. Las horas pasaron sin que ninguno se diese cuenta. Boruto pudo cantar dos canciones a dúo con Sasuke incluso.

Llegó un momento en que el agotamiento fue tan intenso en el joven rubio, que apoyó su cabeza en el hombro del emo. Ambos se encontraban sentados frente al piano azúl.

Sasuke dió por concluída la clase. Pero abrazó al jóven mientras lo ayudaba a colocarse de pie.

Boruto sentía que sus fuerzas se extinguían, la intensa concentración lo había dejado así.

- Ven conmigo Boruto, te invito a cenar. - Dijo Sasuke.

Boruto quiso negarse pero algo en su interior se lo impidió. Sasuke le provocaba extrañas reacciones que él no lograba comprender.

- No debería molestarse así por mí....maestro. - Pudo decir usando su maxima voluntad. ¿Qué le sucedía? ¿Por qué su maestro le provocaba aquello?

- No es molestia muchacho. Ven.
Boruto fue conducido por los oscuros pasillos del teatro hacia el auto de Sasuke.

El frío de la noche lo despabiló un poco. Así pudo despejar su mente. Cuando estuvieron en el auto, el emo le dijo que lo llevaría a un lugar donde solía ir tiempo atrás.

Transcurridos unos momentos, Boruto y Sasuke entraban a un elegante restaurante. Estaba situado a las afuera de la ciudad. Era acogedor y muy peculiar.

Boruto se sentía extraño cenando con Sasuke, el emo era tan sensual y en extremo culto que provocaba en el rubio fascinación.

Fue una agradable velada para el rubio, aquello lo ayudó a soltarse un poco más cada vez que estaba frente suyo. Conversaron sobre la música, pasión que ambos compartían.

Cuando salieron era muy tarde. Sasuke lo acercó a casa. Boruto sabía que al día siguiente tenía que estar temprano en el teatro, para los ensayos.

Cuando entró a su departamento, suspiró profundo. Se quitó la ropa y se duchó. Cuando salió se miró al espejo, pero el reflejo que vió no fue el suyo sino el de otra persona.

Era un jóven un poco mayor que él, pero físicamente igual a Boruto. Tenía tres marcas en cada una de sus mejillas. Dicho jóven lo contemplaba con tristeza.

Vestía extrañas ropas color naranja y negro. Posó una de sus manos sobre el vidrio al tiempo que decía:
- Ayúdame, por favor.

Boruto comenzaba a agitarse, repentinamente el vapor del baño se fue intensificando al tiempo que la luz comenzaba a titilar.

Cuando se apagó del todo la luz, la oscuridad envolvió a Boruto. El joven encendió el segundo foco que tenía en el baño y comprobó que aquella visión que había tenido desapareció.

Ahora el espejo le mostraba su propio reflejo. Su rubio cabello mojado, su desnudo cuerpo húmedo. ¿Qué había sido aquello?

Boruto no tenía explicación alguna. Pensó que, debido a su agotamiento, su mente empezaba a divagar. Necesitaba descansar.

Salió del baño y tras secarse, se colocó el pijama y se sumergió en la cama, durmiendose al instante. Mañana sería otro día.

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AMOR ETERNO (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora