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—¿Qué tal te fue?

—Horrible—respondió sin más.

Kim Taehyung apenas iba ingresando a su casa, a solo unos minutos de que tocaran las 8 de de la noche. Se había quedado a cenar en la casa de los Jeon (a pedido de Jungkook y Jinyoung) así que se encontraba realmente agotado, aunque no podía evitar formar una sonrisa al ver a su madre de tan buen humor, viendo la televisión. Esta también le sonrió cálidamente.

Eran muy pocas las veces en que su madre tenía tiempo libre para poder siquiera sentarse a ver la televisión, así que Taehyung se encontraba realmente feliz por ello.

—Ven aquí...—llamó la mujer, palmeando su regazo. Taehyung obedeció y se recostó en el sofá, con la cabeza encima de las piernas de su madre. —¿Del 1 al 10 qué tan horrible?

—50, aunque ya se me ocurrió algo para que todo esto no sea tan malo.

—¿Ah, sí?—Preguntó, y el rubio asintió.—¿Qué?

—Mamá, no seas chismosa—reclamó el menor riendo, la mujer solo jaló uno de los cabellos rubios con falso enojo. —Solo diré que es un buen plan.

—Siempre haces buenos planes, sino no serías mi hijo—dijo, con una pequeña sonrisa. —¿Ya cenaste? Sobró algo de pollo, puedes calentarlo.

—No, Jinyoung me invitó a cenar—avisó, sus ojos cerrándose un poco por las caricias en su cabeza.

—Tae, ya te dije que no aceptes lo que ese chico te regala. Pensará que somos más pobres de lo que somos—reclamó con el ceño fruncido.

Taehyung suspiró.

—Solo fue una cena de amigos y ya—aclaró el menor. —Además, Jinyoung no es como los otros niños ricos.

—Jinyoung no, pero su hermano...

—Su hermano es una mierda, pero su opinión no cuenta porque solo es un niño de 12 años. ¿O acaso a ti te importa la opinión de un niño de 12 años, madre?—Le preguntó con sarcasmo y la mujer guardó silencio.

A su mamá le importaba demasiado las apariencias, la imagen que le daban a los demás y cosas así. Era una persona muy orgullosa, por lo que no le gustaba pedir ayuda incluso si la necesitaba.

Tal vez Taehyung había adoptado un poco de esa personalidad.

—Bueno, iré a dormir—avisó, mientras se levantaba con pereza del sofá y caminaba hasta llegar a las escaleras.

Sin embargo, el llamado de su madre hizo que volteara.

—Había olvidado decirte—la mujer también se paró del sofá y fue hasta la pequeña mesa que se encontraba al lado de la puerta principal de la casa. Sacó lo que parecía ser una carta y se la entregó. —Alguien dejó esto debajo de la puerta.

Y eso sí que era raro. ¿Quién hacía cartas a mano en plena era de la tecnología?

—Ok...—murmuró, viendo con curiosidad el rectángulo de papel doblado, con un pequeño sello rojo en forma de fresa.

Raro.

Subió hasta su habitación y se encerró. Rompió inmediatamente la envoltura de la carta y sacó la hoja que venía dentro. Una linda caligrafía se dejó ver y la curiosidad lo inundó aun más.

"Muy probablemente ya no me recuerdes. ¿Cómo culparte? Después de aquella ocasión no volvimos a cruzar palabras, ni siquiera miradas. Sin embargo, yo aún tengo tallado en mi mente y corazón las dulces palabras que salieron de tus labios aquella tarde de sol.

Obsession - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora