CAPITULO.18 EL LIBRO DE LOS ORÁCULOS

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Había recogido el libro, no se como ni por que lo hice, si mi padre se enteraba que entre a esa torre, seguro se volvería loco, y dudo mucho que me crea todos los sucesos inexplicables que rodearon dicho acontecimiento, ya ni hablar del libro que sustraje de esa habitación.

Honestamente no se por que lo hice, solo se que en cuanto lo toque me fue imposible soltarlo, lo recogí con manos temblorosas y salí cerrando la puerta, que para mi sorpresa, no tenia ni huella de haber sido tocada, seguía igual de empolvada tanto la madera como el cerrojo.

Extendí mi mano para tocar la puerta y el cerrojo, mientras abrazaba el extraño libro a mi pecho. En cuanto los toque mis dedos barrieron el polvo por primera vez en muchísimo tiempo, dejando sus visibles marcar, sin embargo no había ninguna anterior que delatara mi entrada.

¿Entonces que fue lo que paso?, intente abrir la puerta, pero el cerrojo estaba firmemente cerrado e inmovible. ¿Cómo entre? ¿ que fue lo que paso? tenia mas dudas que respuestas, el vivido sueño, la milagrosa caída dentro de una habitación sellada y el polvo imperturbado sobre el portal.

Todo parecía girar en torno a este libro y la voz que oi en sueños. ¿ Era acaso el Dios de mi madre hablándome? y si fuera así, por que ahora, en este justo momento. Es cierto que le hable al Dios del que había oido, pero nunca antes parecía haber contestado de forma verbal y explicita.

Estaba acostumbrada a hablarle y recibir en respuesta silencio y de vez en cuando peticiones realizadas.

Tambien estaba los sueños proféticos, que al parecer herede de mi madre, pero aun en ellos nunca hablo de forma verbal.

Ya sabia que el misterio siempre había rodeaba a mi madre.

Una progenitora muerta, que solía tener sueños profético, proveniente de un país desconocido que habla y escribe un lenguaje extraña que también me fue heredado por mi abuela materna en secreto, y que de no ser por ello no habría podido leer el libro dorado, lenguaje del que por cierto, jamás han querido decirme el nombre.

¿Por que tanto secreto? ¿ Acaso Dios desea aclarar mis dudas? solo espero que pueda haya las respuestas antes de mi muerte.

Según lo planeado, deje indicaciones con mis pariente que dijeran que mi tía se había sentido mal y yo decidí visitarla.

Llegamos al palacio de mármol antes del atardecer, fue un viaje silencioso, ninguno tenia animo de hablar, mas bien nos perdimos en nuestras propias cavilaciones.

tan proto como entramos, me encamine a mi alcoba,por fin entraba a mis aposentos, necesita tiempo a solas y no quería ver a nadie, ni siquiera a mi nana, tenia mucho que aclarar en mi mente: la voz, el libro, la tierra carbonizada, lo narrado por el ejercito y lo visto en el sanatorio, también tenia que idear una estrategia para la encomienda del rey y pensar como lograr estar a la delantera de un hombre que parecía poder leerme como un libro abierto.

Mande a mis doncellas que llenaran la tina de agua tibia, esencia de rosas y algunos pétalos necesitaba relajar los músculos y pensar de forma mas calmada.

Encendieron un par de velas aromáticas y las despedí. No quería ver a nadie.

Ya dentro empecé a lavarme el cuerpo y el cabello, mientras analizaba la situación.

Un problema a la vez, al rey ya le había informado de mi llegada, disculpándome por no presentarme ante él, debido a un malestar físico causado por el viaje, excusa argumentada posiblemente con algo de exageración por Joel y Roby, el primero alegando que me encontró en el camino de regreso en mal estado y el segundo reafirmándolo como mi guardaespaldas fijo.

LA DAMA Y LA ESPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora