CAPÍTULO 17. UNA MISTERIOSA VOZ

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El tiempo se a acabado, no podemos seguir más tiempo lejos de palacio, y yo tengo que volver a la misión encomendada, los jóvenes que me acompañan saben que no pueden retrasar lo inevitable, por suerte no tienen conocimiento de la encomienda real dada en la oficina por el ligeramente alcoholizado monarca.

Un opresor sentimiento de desasosiego nos acompaña mientras cabalgamos lento y cabizbajos el camino de retorno.

Por primera vez somos consientes de nuestra insignificancia en este problema internacional que con creces nos supera, al fin y al cabo sólo somos 3 jóvenes.

¿ Que podemos saber nosotros de guerras, políticas y estrategias? , cuando hasta hace poco la preocupación más grande de los chicos junto a mi era a que doncella lograrían seducir esa noche y la mía como convencer a Lily de cumplir con sus obligaciones.

Ciertamente habíamos realizado algunas misiones pero a comparación del problema actual parecen  juegos de niños,  y aunque estudiamos algo de política y estrategia jamás a niveles tan monumentales.

A que dulces y lejanos me parecían los días, cuando mi mayor enemigo era mi engreído primo de 12 años.

Ahora debía intentar seducir al enemigo, cuando era una total inexperta en este campo.¡¡¡¡¡Como carajo se supone que se hacía eso!!!!!

No puedo evitar que un sonrojo tiña mis mejillas al recordar las indecente palabras de mi tío, como puede siquiera considerar que podría meterme en la cama del principesco villano de ojos azules y tez morena como cualquier prostituta experimentada, cuando le odio con toda mi alma y soy virgen hasta de los ojos, pues lo mas que é visto de la piel de un hombre a sido cuando los chicos junto a mi se quitan la camisa  y ni siquiera se si eso cuente del todo, pues para mi son igual que hermanos.

!!!!! Oh Dios, mío ¿que voy a hacer?, yo no puedo hacer eso!!!!!.

Sin darme cuenta llegamos al ducado de mi padre. Poco antes de llegar al castillo me quite la máscara, pues para mí gente no era raro verme en pantalones, aunque tenía mucho que no me veían.

Habíamos acordado ir para reafirmar la escusa que había dejado al irme de palacio.

Ya era de noche cuando por fin llegamos y mi gente nos recibió gozosos entre abrazos, cariño y una que otra lágrimas de alegría nos sentaron a cenar, platicamos sobre sus penas y alegrías en estos años de ausencias, 1 fallecimiento, 5 bodas, 3 nuevos nacimientos. Penas y alegrías típicas de las vidas normales.

Yo los oía, sin embargo no podía estar al cien por ciento con ellos, aunque fingía bien con una falsa sonrisa, no por qué no me importasen sus vidas o menospreciase sus problemas y alegrías, nos seguíamos queriendo a pesar de los años. Si no por que el oírlos sólo aumentaba mi preocupación.

Como afectará la guerra a sus sencillas vidas, Las nuevas esposas tendrán que despedir a sus esposos con la angustia de poder perderlos, los niños llorara a sus padres y los ancianos deberán  enterrar los cuerpos de sus hijos, ya que no lograrán sobrevivir.

Miro a las alegres y sencillas personas frente a mi bailar mientras comemos y no puedo evitar imaginar sus campestres vidas rotas por asesinatos, saqueos y violaciones, si el enemigo toma el territorio del ducado.

Una de mis tías me observa y se acerca a rellena mi copa con leche, lo cual agradezco con una sonrisa (por  mi edad suelen servirme vino en los banquetes, sin embargo aquí aun me sirven leche como cuando tenia 8 años, este es uno de los pocos lugares donde creo que jamás creceré, al menos no para sus ojos).

Volteo a ver a Roby y Joel y no puedo evitar sonreír, sus caras me dicen que no están nada contentos con el liquido blanco, sin duda esperaban algo mas fuerte. Jajajaja aquí ellos tampoco dejan de ser niños, por  mas bribones, altos y barbudo que puedan llegar a ser.

LA DAMA Y LA ESPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora