LA DAMA Y LA ESPADA

CAPITULO 4. DESAFIANDO LAS CONSECUENCIAS .

Joel estaba anonadado, tardo un momento en reaccionar y luego volteo su rostro hacia mí, tenía los ojos rojos por las lágrimas que estaban a punto de desbordarse, la furia emanaba de ellos, era un hecho, se vengaría y si su orgullo no se lo hubiera impedido estaba segura que se habría soltado a llorar.

Tan rápido como volteo a verme levanto el puño cerrado, retrocedí un poco, pero fue demasiado tarde, no pude esquivarlo y su puño fue a dar al lado izquierdo de mi boca, el impacto fue tal, que caí de sentón junto al pozo.

-¿Cómo te atreves a golpearme estúpida atrevida?-la furia infantil con la que me hablo impregnaba cada palabra, yo por mi parte me sentía un poco aturdida a causa del golpe, me dolía el labio y cuando me lleve los dedos a la herida pude comprobar que me sangraba.

Quería llorar de dolor pero mi orgullo me lo impidió, si en algo Joel y yo éramos iguales era en lo orgullosos, me seque las lágrimas que comenzaban a salir con el dorso de la mano, y con todo el coraje que sentía, decidí que así me moliera a palos y después me arrepintiera, le haría pagar a como diera lugar el haberme roto el labio.

-¡¡¡¡¡Esta me la pagas cretino!!!!!- me levante tan rápido como pude y me lance sobre el haciéndole perder el equilibrio y caer de espaldas, me senté a horcajadas sobre su estómago, y comencé a golpearlo en la cara con los dos puños, esta vez reacciono más rápido y me sujeto de las muñecas, me hizo girar y para desgracia mía ahora yo estaba bajo él, no tardo en acomodarse en la misma posición que ocupe contra él, segundos antes y ahora la que recibía los golpe era yo, después del primer golpe empecé a cubrirme la cara con los antebrazos y retorcerme bajo él. Al ver que no asestaba en mi rostro, comenzó a golpearme en los costados y los brazos, en una de tantas cuando levanto el puño lo empuje a la izquierda y levantando mi cuerpo hacia ese lado con ayuda de mi cadera y mis piernas logre que perdiera el equilibrio, volví a sentarme sobre él, le di mi mejor puñetazo en la sien izquierda, iba a darle otro cuando una enorme mano me agarró fuertemente la muñeca y de un jalón me alzo en el aire y me puso junto a él. Yo me jaloneaba del imponente guardia hasta que le oí preguntar.

- ¿Se encuentra bien el muchacho?- instintivamente deje de forcejear y vi al chico.

No reaccionaba, estaba como muerto y fue entonces cuando sentí un helado miedo recorrer mi espalda hasta mi cabeza.

O Dios mío, no pude haberlo matado ¿o sí?, en ese momento era en lo único que pensé, nunca en todas mis peleas un niño había quedado así, generalmente se iban llorando o nos quedábamos golpeando hasta que alguien nos separaba.

Observe como el guardia ponía dos dedos debajo de su nariz y lo zarandeaba ligeramente del hombro, hasta que el niño emitió un ligero quejido.

- Estará bien, solo está inconsciente, al parecer esa niña lo noqueó - al escuchar esas palabras me relaje un poco.

Quizás pienses que era toda una experta peleando pero la verdad es que aunque ciertamente tenia constantes peleas, él era mejor que yo con los puños, en esa ocasión yo solo actúe instintivamente y di un golpe de suerte.

Después de saber que Joel estaba bien, levante mi vista y vi gran parte de los invitados alrededor observándonos.

Oh oh, sin duda estaba en problemas.

Al parecer la pequeña rescatada en cuanto vio que me estaba peleando con su hermano y al no saber cómo ayudarme salió corriendo y diciendo a todo pulmón: "papá, papá, Joel está golpeando a una niña" o algo por el estilo, y para desgracia mía ella pensaba que estaba en el salón de banquetes, así que toooodaa la nobleza se enteró a gritos de la riña, dos guardias la siguieron y tras ellos una gran cantidad de nobles hambrientos de un nuevo chisme que saborear.