CAPÍTULO 10. ENTRE BARROTES Y BAILES.

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Sabia que este momento llegaría, siempre lo supe, pero pensé que aun tenia por lo menos los 2 años que me faltan para empezar mi presentación oficial, antes que me concertaran el arreglo de un matrimonio y para planear una salida.

¿Que voy a hacer? esto no tienen precedentes, nunca se inician cortejos oficiales ni se conceden manos antes de los 20 años.

Ahora esperan que acepte y con un desconocido por el que no siento absolutamente nada.

Se supone que aun me quedan 2 años para disfrutar, soy muy joven para amarrar mi vida de esa manera.

Lili.

Ella es aun más joven que yo, prácticamente una niña, como se les ocurre hacerle eso y con un viejo desconocido, yo por lo menos ví al que sera mi futuro esposo y es por suerte unos pocos años mayor y nada feo, mientras que a ella prácticamente la están atando a un hombre que podría ser su padre e incluso su abuelo.

- su majestad, con todo respetó no estoy de acuerdo con esta decisión. - se que estoy arriesgado el cuello, pero no puedo dejar que suceda así como así y nadie parece dispuesto a hacer ni decir nada al respecto.

- ¿como has dicho Alexandra? - me pregunta el rey con la advertencia en su voz.

- mi señor me a instruido desde mi infancia para cuidar y ver por el por venir de la princesa heredera, aun a costa de mi vida si es necesario - veo como todos me miran atónitos, no pueden creer lo que digo ni a quien se lo digo.- y esto su majestad, no es lo mejor para Liliana,- volteo a ver al embajador y prosigo - sin ofender al espléndido rey de Astoren, la princesa aun es una niña que podría ser su hija, no podría considerar otras opciones como hacer la alianza con algún príncipe mas cercano a su edad, al cual nombrar heredero. Incluso usted príncipes Faraji, estoy segura que sería una opción mas viable.

- Alexandra, entiendo la preocupación por tu señora, pero esto es una decisión tomada. - me dice mi padre, tratando de suavizar ante todos mi atrevimiento.

- pero su majestad,- vuelvo mi atención al rey -la princesa no a cumplido ni siquiera los 20 años aun como dicta la ley- intento alegar ignorando a mi padre, no puedo callarme.

- ¡¡¡¡silencio!!!! ¡Alexandra tu impertinencia a llegado demasiado lejos, la decisión ya esta tomada. !- el rey esta furioso

- pero su majestad.- sigo intentando que entren en razón.

-¡¡¡ guardias!!!- veo asustada como entran 6 soldados. E colmado la paciencia del rey - lleven a lady Alexandra al calabozo para que recuerde su lugar y a quien le debe mayor lealtad. - dicho esto dos tipos me toman de los brazos y me jalan hacía la salida bruscamente tirando mi silla en el procesó.

Se que e tenido suerte y que el rey a sido misericordioso conmigo al no ejecutarme ni azotarme por cuestionar una decisión suya frente a un embajador y otros súbditos pero aun así estoy molesta de que se nos obligué a Liliana y a mi a hacer esto.

- sueltenme, yo puedo caminar sola - aun después de decir esto los enormes hombres no aligeran su agarré.

Ya en camino sigo forcejeando hasta que me bajan por las escaleras de piedra y me empujan a mi sucia celda apenas iluminada por la linterna del guardia.

Me giro al oír cerrarse la reja.

- !!!idiotas¡¡¡- estoy furiosa con los guardias, con el rey, con mi padre, con mi destino, con todo.

Esta oscuro, esta sucio y huele mal, doy un par de vueltas en el lugar, intento abrir la reja infructuosamente hasta que en mi frustración tomo una abollada taza de metal que se encuentro tirada y empiezo a golpear los barrotes como una desquiciada hasta el cansancio.

LA DAMA Y LA ESPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora