CAPITULO 2. EL PALACIO DE MÁRMOL.

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Eleonor con esfuerzo y mi ayuda logro levantarse, parecía estar bien dentro de lo que cabía, tenía el vestido celeste y el delantal blanco empolvado y con restos de hojas secas. Para ser una mujer de sesenta y dos años había aguantado la caída bastante bien, sin ningún daño y dolor significativo, salvo por la muñeca. La pobre mujer había amortiguado la caída con la mano izquierda causando que la fuerza de mi padre mas su peso que era algo considerable, le causara una lesión, no sabía que tan grabe, solo sabía que le dolía muchísimo y se le empezaba a inflamar en el transcurso del viaje. Mi padre para suerte de nosotras, por causa de su enojo había decidido que no quería vernos, así que indico no mas paradas, y termino las cinco horas de viaje restantes montando su espléndido semental blanco.

Llevaba horas sentada, me sentía entumecida y como no quería ver a mi padre corrí la cortina de mi ventanilla, así que ya ni siquiera tenía la distracción del paisaje.

Cuando pensaba que no podría esperar más sentada y el aburrimiento estaba a punto de volverme loca, el carro comenzó a disminuir la velocidad, instintivamente me acerque a la ventana, corrí rápidamente la cortina y me encontré con un enorme muro de roca, estaba acostumbrada al muro de rocas esculpidas y pegadas una sobre otra que formaban la muralla que rodeaba mi hogar, pero este era uno totalmente diferente, era sinceramente imponente, se trataba de una muralla esculpida en roca la cual calculaba debía medir por lo menos 15 metros de alto. Observando un poco más, pude ver que en realidad estábamos sobre un enorme puente de madera que unía una montaña rocosa que emergía del mar y sobre la que se ubicaba la enorme muralla con el resto de la tierra, podía oler un fuerte aroma a agua salada y escuchar las olas del mar Sileno golpear contra las roca bajo nosotros, la noche era fresca gracias a la brisa marina que revolvía mis rizos oscuros.
No podía ver bien así que saque medio cuerpo por la ventana intentando ver más de las olas iluminadas por la plateada luz de la luna llena, se movían de una forma tan curiosa, como si estuviesen vivas y dándome la bienvenida, quería bajar corriendo a comprobar si realmente estaban vivas. Era la primera vez que veía el mar, fuera de las ilustraciones de mis libros de geografía, y desde esa primera vista logro facinarme, lucia tan indómito, tan poderoso, enigmático y vivo que quede atrapada en la visión de su oleaje de espuma plateada y oxidiana liquida, que reflejaba desfigurada a la celestial reina de la noche. La luz de la luna perfilaba todo el paisaje dándole un aspecto mágico y misterioso , las montañas al oriente tras una enorme explanada de tierra, las olas alrededor de nosotros, los árboles en la base de la isla y algunas pequeñas islas alrededor, todo parecía más bello y con un tenue matiz azulado, gracias a la iluminación lunar y al despejado cielo estrellado.

De repente escuche el ruido de enormes cadenas moverse y gire mi rostro hacia la muralla. Habían estado tan distraída que no note la enorme puerta que descendía para completar el puente.

Era gigantesca y cuadrada, de quizás cinco metros de alto por otros cinco de ancho, sostenida por gruesas cadenas sucias y rugosas por la salinidad del mar, la madera a pesar de ser gruesa también se veía marcada por las ruedas de los innumerables carruajes que habían cruzado sobre ella el mortal acantilado, estaba sucia por el lodo y los restos de estiércol que habían quedado en algunas bisagras y uniones de la madera , sin duda de algún impertinente caballo o bestia de carga que no supo apreciar la calidad de la superficie que pisaba y se negó esperar a llegar a las caballerizas.

Si embargo a pesar del uso rudo, y las inclemencias del clima costero, la puerta era firme y la madera fuerte, sin duda por el color amarillo claro, la resistencia y falta de hongos era de árbol de teca. Lo mas probable es que fuera exportada del país del la reina Yajaira, el cual es un territorio inmensurablemente rico y poderoso, además de poseedor de la madera de teca de mejor calidad del mundo conocido, según lo que e leído en los libros de geografía e historia.

LA DAMA Y LA ESPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora