Después de cambiarme a mis anteriores ropas, aunque sin ponerme la máscara, honestamente no le encuentro mucho sentido usarla aquí, ya que conocen mi rostro. Así que salgo del despacho del medico hacia la entrada donde mis amigos me esperan ya con nuestras monturas listas.
-muchísimas gracias señor.- mi primo le estrecha la mano respetuosamente, aunque la búsqueda fue infructuosa, el curador fue muy amable y paciente con nosotros. Supongo que en el fondo hemos terminado de comprender su inicial actitud como sobreprotección a sus pacientes
-No tienen nada que agradecer, desearía haberles sido de más ayuda. - contesta de forma humilde, tengo que admitir que la sonrisa que porta es bastante agradable y gentil.
Después con cara seria añade
-en verdad desearía serles más útil, la guerra es un monstruo atroz que despedaza vidas enteras, como la de aquel pobre muchacho, y me temo que esta en particular aún no nos a mostrado lo peor de ella.
No puedo evitar rememorar con tristeza las imágenes recién vistas del mal trecho cuerpo de aquel niño ni evitar estremecerme ante el oscuro augurio del curador, no quiero ni imaginar lo debastado que quedara el país si no logramos detener esta guerra, puesto que si lo sucedido en el campo de batalla de Ilias sólo fue una muestra del armamento enemigo, me temo que si no hacemos algo no quedara piedra sobre piedra en el país.
Con el peso la responsabilidad de impedir el fatídico destino sobre nuestros hombro y el anhelo por protejer a nuestros seres queridos en nuestros corazones, los muchachos y yo volteamos a vernos, puedo observar la misma resolución que tengo brillando en sus ojos. Haremos hasta lo imposible por salvar nuestro país y a los que amamos.
Mis compañeros suben a sus monturas y yo me encaminó a la mía con el médico a mi lado. Estoy por montar pero recuerdo que tengo algo en mi bolso que no me pertenece.
Me detengo un momento a verlo, giro mi rostro hacia el edificio tras de mi y vuelvo a dirigir mi mirada hacia el apuesto hombre frente a mi.
- realmente es una labor admirable la que realiza aquí, si mi vida me hubiera permitido elegir, sin duda me abría encantado trabajar como curadora en un lugar como este,- suelto un suspiro imaginando por un momento otra vida más tranquila y significativa que la mía, y creo persibir un rastro de sorpresa en sus ojos-le reitero mi más sincero agradecimiento por su ayuda. - tomó mi bolso y sacó las prendas dobladas que estuve usando.-muchísimas gracias por el vestido, por favor devuélvalo por mi y agradescale de mi parte a su ayudante. - acto seguido le extiendo la sencilla y agradable prenda, sin embargo el parece tener otros planes ya que coloca sus manos sobre las mías.
- consérvelo mi hermana tiene muchos, además sin duda le quedan mejor los vestidos- con una sonrisa entre coqueta y sarcástica añade después de darme una rápida examinada ocular de pies a cabeza- aunque ese atuendo masculino no le sienta tan mal. - un poco sonrojada ya que no estoy tan acostumbrada al alago descaro masculino decido retirar rapidamente mis manos lo que le provoca una agradable carcajada, había olvidado por un momento que este hombre tiene más facetas que sólo el dedicado curador y el antipático sobre protector, sin duda no me permite relajarme y bajar la guardia.
-Muchas...... gracias - como no se que más decir o hacer retiro mis manos rápidamente guardando la prenda en el bolso y sin levantar la mirada subo a mi caballo.
En cuanto me ven sobre mi caballo los chicos deciden empezar a galopar y antes de golpear los costados de mi corsel siento que alguien jala mis riendas, por lo que volteo en dicha dirección.
-señorita una cosa más. Si en algún momento necesita ayuda no dude en buscarme o si simplemente decide cambiar su vida. Para mí y este lugar sería un placer recibirla, recuerde que nunca es tarde para tomar las riendas de nuestra vida mientras haya aliento hay oportunidades y opciones. - dicho esto toma mi mano de las riendas y la besa suavemente- a sido un placer conocerla.
Y sin más y de la misma forma sorpresiva que envolvio cada acto y palabra que realizo desde que lo conocí, da vuelta y se encamina en dirección al misericordioso edificio tras de mi, dejándome anodada por más de una razón, por lo que desido que lo más prudente es emprender a todo galope la huida, es decir el camino, obviamente el camino, no hay razón para huir del complicado curador.
Ok, creo que si logramos salir de esta guerra con exito necesitare convivir mas con el sexo opuesto ya que me alteró con facilidad, y si, Rob y mi familia no cuentan.
Con un largo suspiro no puedo evitar pensar que si el destino de la nación depende de mi capacidad de seducción y manipulación masculina estamos perdidos. Por suerte los chicos y yo tenemos mejores planes que el rey.
El viaje a Ilias no varió mucho del anterior entre galope y cortos descansos para comer logramos avanzar hasta llegar a nuestro destino.
Este es el tramo cerca del campo de batalla y lo se por que pércibo un olor peculiar a ceniza y cadáveres putrefactos, si la muerte tuviera aroma, sin duda este sería el olor exacto. Siento el estómago ligeramente revuelto y una molestia en la nariz por la ceniza y el desagradable aroma, sin embargo al llegar a la cima de la colina del camino siento el alma caerseme a los pies.
El repulsivo aroma era solo un preámbulo que no hace justicia a lo que veo, ya que la imagen frente a mi es mucho peor.
La tierra que veo es una mescla entre negro carbón y gris ceniza, los pocos árboles están destrozados y sus restos que lograron permanecer de pie están enegrecidos por el fuego consumido. La tierra está salpicada de cadáveres enegrecidos y mutilados que han sido el festín de nubes de moscas y ordas de animales salvaje, aves y ratas. En toda la extensión del campo logramos ver estrategicamente dispersados unas enormes estrellas o flores cuyos centros son hoyos en la tierra enegrecidos y picos que salpican negrura carbonizada a varios metros. Parece ser que sea lo que sea que formó estas extrañas formas en la tierra causó un gran impacto a su alrededor.
Observó un cadáver cercano a la estrella más colindante a nosotros y procedemos sin palabras a dejar amarradas nuestras monturas en un bosquesito cercano que los oculta con su espesura.
Mientras nos acercamos a ver el cadáver o lo que queda de él. Una suave y pestilente brisa levanta ligeras nubes de ceniza a nuestro alrededor. Al llegar al cuerpo en putrefacción odservo que es la parte superior del torso medio carbonizado de un hombre de mediana edad de cabello castaño claro, con barba y bigote del mismo tono, tiene los ojos color miel abiertos en un gesto asustado. Me Inclino en cuclillas frente a él y quizás sea su apariencia bonachóna y hogareña pero no puedo dejar de imaginarmelo, vivo sentado en una mesa al aire libre con una amorosa esposa a la que le sonríe y tres adorables niños corriendo alrededor de él, casi puedo verlo en tiempos mejores, disfrutando de la vida lleno de esperanzas y sueños de un futuro tranquilo. No lo conozco pero se que este campesino no merecía morir así. Sigo observando su rostro hasta que una mosca se posa en uno de sus ojos abiertos y recuerdo que quien fuera ya no importa, ya está muerto y sus sueños se han podrido con este hecho comidos quizás por los gusanos que comienzan a salir lentamente de su nariz y boca abierta. La escena en mi imaginación es reemplazada por la perturbadora vista que tengo ante mi y no puedo evitar sentir fuertes arcadas que apenas y logró contener, Sin embargo a pesar del asco corto un pedazo de tela de mi camisa y con el cierro sus ojos. es el mínimo gesto de humanidad que le puedo dar para que descanse en paz ya que aunque quisiera no puedo enterrarlo, no tenemos tiempo.
Examinó sus extremos mutilados, la piel desgarrada y chamuscado, pero lo que más llama mi atención es la tierra enegresida. Decido tomar un poco y guardarla en un frasco. Me intriga que aunque sea tierra es muy similar al carbón. Después de unas horas examinando el terreno y algunos cuerpos los cuales evitó imaginar con vida. Partimos ante el atardecer con mas preguntas que respuestas en sí, llenos de amargura, dolor e incertidumbre ante el futuro frente a nosotros.
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LA DAMA Y LA ESPADA
Teen FictionUna dama es cortes, hermosa, refinada, elegante, callada, sumisa, delicada y complaciente. Un caballero es gallardo, varonil, galante, imponente, audaz, fuerte y protector. Ambos son criados desde la mas tierna infancia para encajar en tal rol y des...