Caminamos juntos entre el crujido de nuestros pasos sobre el pastó y la tenue musica de los violines del baile.
Sin duda están bailándo "Mar Nocturno" adoró esa pieza, voy caminando del brazo de mi prometido, y no se que hacer ni que decir, él tampoco dice nada, así que seguimos caminando mientras yo toco descuidadamente al pasar con mi mano libre la pared de arbustos que esta a mi lado izquierdo y comienzo a cantar suavemente la canción de la pieza.
- ¿ le gusta la música?- me pregunta mi acompañante.
- si, su alteza, en especial esta, es de mis favoritas - le contestó feliz de que por fin rompiera el silencio.
- ¿como se llama?- me dice muestras seguimos caminando.
- Mar Nocturno,- le digo -me gusta por que la melodía es dulce y delicada, también por la letra.
- ¿de que trata?- me pregunta pero sigue con la mirada fija al frente.
-narra el amor de una joven costeña y un marinero separados por el mar pero unidos por las estrellas que lo guiaran de regreso a ella.- le contestó con una sonrisa.
- es muy bella - me dice - ¿ Duquesa, le molesta si nos llamamos solo por nuestros nombres?, es que es un poco raro hablar tan formalmente con la mujer que sera mi esposa.
- no, para mi también se siente raro. - le respondo pero no quiero mirarlo. Me siento extraña a su lado.
No le tengo miedo, es solo que es raro e incómodo estar comprometida con un extraño por muy guapo que sea. Y a eso añade el hecho de no tener la libertad de conocernos ni actuar como realmente somos, por que se supone que debemos actuar como una pareja perfecta.
Ahora entiendo por que me trajo al laberinto.
Aquí podemos actuar y hablarnos con total libertad para conocernos sin que intervengan otros. Lo mismo hizo en el calabozo. Además tengo que admitir que supo reconocer que me sucedía y hacer que me recompusiera rápidamente en el baile, aunque el modo no fuera mucho de mi agrado.
Sin duda el príncipe es un hombre inteligente, astuto y sagaz.
No se si sonreír con agrado por este descubrimiento o preocuparme y ser mas cuidadosa.
Hasta ahora a sabido ir un pasó adelante de mí. Y eso me gusta y me disgusta a partes iguales. Estoy acostumbrada a ser yo generalmente la que va un paso adelante de los demás.
Hemos caminado tanto que estamos en el jardín central del laberinto.
Nos encaminamos hacía la banca de mármol blanco y nos sentamos.
- este es mi lugar favorito del castillo. - le comento mientras observó los nenúfares rosas que flotan en la fuente central de mármol, el aroma de las rosas blancas que conforman las paredes del jardín inunda el ambiente, mientras que el despejado cielo nos da la iluminación necesaria para ver con claridad dando a los blancos una ligera tonalidad azul.
Levantó mi rostro al cielo y sonrió complacida, sin duda es una bella noche.
Veo pasar una pequeña estrella fugaz. Y miro a mi acompañante para preguntarle si la a visto y lo sorprendo mirándome. No dice nada, solo me observa.
-Altez..... Quiero decir Faraji- el sonrie al escuchar su nombre.
- si, Alexandra.- al verlo sonreír decido preguntarle algo que a rondado mi cabeza desde su visita en el calabozo.
- mmm.... ¿No te molesta que te obliguen a casarte conmigo? . - me mira pensativo y tarda un poco en contestar.
- en realidad no- yo lo miro sorprendida, a lo que el responde con una ligera risa - no me mires así, de hecho creo que tuve suerte, pudo ser peor.
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LA DAMA Y LA ESPADA
Teen FictionUna dama es cortes, hermosa, refinada, elegante, callada, sumisa, delicada y complaciente. Un caballero es gallardo, varonil, galante, imponente, audaz, fuerte y protector. Ambos son criados desde la mas tierna infancia para encajar en tal rol y des...