BOSQUE ELFORD:
La luna llena se alza en la oscuridad de la noche y se refleja en el lago internado en lo profundo del bosque. Un paisaje maravilloso a la vista, sin embargo no lo era lo que se llevaba a cabo esa noche.
–Ellos ya tienen un veredicto, es nuestro deber hacer que se cumpla –una voz fuerte y grave se oía y se mezclaba entre los sonidos violentos que producía el viento a su alrededor.
–Están verdaderamente molestos –decía otro.
–¿Vas a confesar? –Preguntaban, pero nada funcionaba. Ella se mantenía inmovil, casi parecía que no los escuchaba.
Aguardaron unos segundos, pero al ver que no lo haría, el encargado de dicha misión dijo:
–Bien, háganlo –Los demás se posicionaron alrededor de la joven por si la fuerza era tan poderosa como la última vez. Pero la criatura, que por el momento parecía contener su miedo aunque sus ojos demostraron como se desmoronaba, no soportó más y gritó:
–¡Bien, les diré lo que ví! Pero les aseguro que no les gustará –En su mente repetía la escena una y otra vez- La princesa, ella será la clave de lo que se aproxima, nacerá siendo una sangre negra, como los otros –Los presentes se miraron entre ellos debatiendo si creerle o no.
Llegaron a la conclusión de que no podían creer en su palabra, después de todo había insultado a los reyes al decir que tendrían a una sangre negra conviviendo con ellos, lo cual era lo suficientemente malo como para saber lo que sucedería a continuación.
Una fuerza golpeó su cuerpo, se unía a ella, a su piel. Cuando abrió los ojos ya no era una hermosa hada, sus alas habían desaparecido, sus brazos eran mucho mas largos, sus piernas eran el doble de lo que eran antes, pero lo peor fue asomarse a la orilla del lago, en el reflejo de éste su rostro era el de una bestia.
La aldea Wildwood lo transformó en una historia absurda para asustar a los niños "MONSTRUO DEL BOSQUE ELFORD", pero nadie creería lo que sucedería unos años mas tardes.
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Mil maneras de liberar Wildwood.
FantasyMiles de criaturas acechaban los alrededores de la aldea Wildwood cada día, envidiando la felicidad que sus habitantes mostraban. Sin embargo, solo bastó un segundo para que esa felicidad se convirtiera en tristeza y preocupación. El pasado de la al...