[10] Explicaciones

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"Que grupo tan tonto", pensaba Jeha del otro lado de la puerta, oyendo cada frase dicha por los otros, ¿quién diría su plan en voz alta? Aunque, también cabía la posibilidad de que aquel grupo estuviera montando una escena para engañarla.

Ciertamente Helena nunca le permitía ingresar en su habitación, excusándose de guardar objetos muy valiosos. Ella siempre creyó que se trataba de algo más, sin embargo, lo dejaba pasar. 

Asimismo, ¿cuál sería la razón detrás de la eliminación de aquellas personas? ¿Quiénes eran realmente? Creía que su tía debía tener una buena explicación sobre el porqué, si es que era cierto lo que hablaban los que se encontraban del otro lado.

El sonido de la puerta siendo abierta la alertó, por lo que, rápidamente volvió a su lugar.

En pocos segundos su habitación estaba repleta de desconocidos, había tantas personas que por un momento la abrumó estar rodeada de tal manera.

Luego de unos minutos se atrevió a hablar.

—¿Quiénes son ustedes? —su voz reflejaba la desconfianza que inundaba su interior.

—Lo mismo que tú, todos somos sangre negra -Akemi con sus palabras solo consiguió confundir aún más a Jeha.

—Espero que sea una maldita broma —Jeha miraba incrédula al grupo— primero pareces tú hablando sobre ayudar a una supuesta aldea y  luego ustedes dicen que somos iguales cuando nunca en mi vida los he visto. No entiendo sus razones para incriminar a mi tía para lograr su cometido —al escuchar lo último el grupo se miró entre sí, alertados por el hecho de que su conversación fue oída por la princesa— sí, no crean que son muy inteligentes. Siquiera sé si son reales, si lo son les pido amablemente que se retiren, no tengo pensado salir de aquí —aunque momentos atrás había pensado en lo encantada que hubiese estado al saber que la aldea existía, en ese momento no se creía capaz de abandonar el castillo y enfrentar lo que se suponía que hubiera fuera.

—No mentimos —Ezio se había mantenido en silencio hasta ese entonces.

—¿Pueden probarlo? 

—Por supuesto —Akemi puso frente a la princesa los documentos que probaban la alianza con sus padres y los Jyas para mantener en secreto la identidad de la princesa. Decidió guardar los demás papeles donde se había escrito el final tan lamentable que hubieran tenido sus vidas en otro momento.

Al leer tal cosa, Jeha no supo qué decir realmente. Ciertamente podrían ser documentos falsos, pero aquella conversación que oyó detrás de la puerta demostraba que no mentían.

Al ver a la princesa perdida en sus pensamientos y cediendo poco a poco, Nil habló.

—Entonces, ¿vendrás con nosotros?

—No tenemos mucho tiempo, falta poco para que salga el sol y debemos salir antes de que eso suceda, pero de camino podemos responder cada duda que tengas —Raika esperaba que Jeha los acompañara, pues necesitaban toda la ayuda posible para lo que harían.

—En el caso hipotético de que acceda a ir con ustedes, ¿Cómo lo haremos? Durante años nadie ha podido atravesar esa nube negra.

—Es por nuestra sangre, al ser mitad negra la esencia del Yian la percibe como una igual y... ¿vienes o no? Si lo haces explicaremos todo detalladamente, ahora no hay tiempo —Raika se impacientaba cada vez más.

—Aún no confío en ustedes, no puedo solo irme de aquí, ¿qué pasará con mi tía? Necesito tiempo para pensar claramente.

—Eso es justo lo que tenemos —Aya ya no soportaba más la actitud de la princesa, por lo que su tono no fue el más amistoso.

—Podemos calmarnos un segundo —Las palabras de Ezio fueron dirigidas a todo el grupo, en especial para Aya— no nos conoces y está bien desconfiar, has vivido aquí desde siempre y salir puede ser un poco aterrador. Si no aceptas nuestra propuesta puedes solo quedarte aquí con tu tía, no vamos a forzarte a nada, pero debes saber que esa tranquilidad no será para siempre. Si vienes con nosotros podrás ayudar a nuestra aldea y luego volver a este castillo y vivir con tu tía sin preocupaciones y sin criatura alguna a su alrededor.

Jeha no podía creer que estuviera siquiera pensando en aceptar. Pero lo que oía tenía sentido, de alguna forma. Además, el hecho de que aquel grupo hubiera entrado al castillo, sabiendo cuán peligroso era, demostraba la desesperación en su pedido. 

Sin embargo, aquello que la ayudó a tomar una decisión fue lo mencionado por el chico. La realidad como la conocía en algún punto estallaría de tal manera en que no podría ignorar lo que existía detrás de ello. Prefería conocer el mundo exterior en ese momento y no esperar hacerlo obligadamente por alguna tragedia.

—Los ayudaré, pero con una condición —el grupo no creía lo que escuchaba y por supuesto accederían a cualquier pedido de Jeha, siempre y cuando estuviera a su alcance.

—Lo que tú quieras —respondió Nil.

—Cuando acabemos lo que sea que hagamos, quiero volver a este lugar, con Helena y volveré a mi vida. Nada cambiará. 

—Bien, podemos hacer eso —Nil había dicho aquellas palabras con mucha seguridad y la princesa había creído en ello— pero, ahora mismo debemos abandonar este lugar.

Una vez que Jeha tuvo listo su bolso con todo lo necesario para el viaje, los seis recorrieron los salones del castillo en busca de aquel lugar por donde habían ingresado, siempre cuidando de no llamar la atención de Helena.

Todo iba de acuerdo al plan, sin inconveniente alguno. Los problemas llegaron una vez que cruzaron por la pequeña ventana.

El primero en bajar fue Ezio, lo hizo al igual que la primera vez. Luego, fue el turno de Akemi, lo cual fue sencillo gracias a su vestimenta. Cuando Aya puso su pie en el primer escalón de la escalera, la esencia del Yian estaba tan revoltosa como siempre. Para Raika fue tan simple descender, a pesar de cargar con su bolso. 

Sin embargo, al momento en que Jeha atravesó la ventana y se adentró en la esencia del Yian, ésta sintió la magia pura que desprendía de su collar. Fue entonces que la criatura comenzó a atacar aquella parte del castillo, haciendo imposible su silenciosa salida.

 Fue entonces que la criatura comenzó a atacar aquella parte del castillo, haciendo imposible su silenciosa salida

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