El chico sombra ✧ YoonMin ✧

012

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Dos chicos entraron a la tienda, al principio no les tome importancia, pero después de unos segundos fue inevitable, todo comenzó amistoso, pero después se tornó oscuro.

- Hola jovencito –dijo uno de ellos, tenía el pelo largo castaño, tenía una mascarilla y una gorra, lo cual me hacía difícil verle la cara.

-he, hola- respondí con algo de clara desconfianza.

- mira que pequeño eres – dijo el segundo tipo de cabello largo hasta el hombro de color negro, en las mismas condiciones que el otro chico, no podía verle el rostro.

- y frágil- contesto el primero. No sabía que hacer, algo dentro de mi sabía que podía gritar y llegaría Yoongi en cualquier momento o eso parecía.

- ¿qué te parece si nos acompañas? – hablo el primer tipo, con un tono más de mandato que de pregunta y eso me trajo un mal presentimiento.

- ¿disculpa? – repuse mientras seguía mirando los cuadros, quizá el hacer contacto visual me pondría más nervioso.

- ¿Cómo esta nuestro "amiguito sombra"? ¿He? – soltó el segundo tocándose su larga melena.

- perdón, no entiendo de que me hablan – era verdad, todo esto era tan extraño, "amiguito sombra" ¿qué rayos era eso?

- por favor – hablo el tipo de cabello más largo- no te hagas el tonto, ¿Dónde dejaste a Yoongi? – me quede helado después de que el tipo me dijera eso. Por unos instantes mi cuerpo no reacciono.

- ¿Qué? – fue todo lo que salió de mis labios.

- ¿lo tomas tu o lo tomo yo? – Dios mío ¿qué me iban a hacer?, no lo sé, pero quería salir de ahí enseguida – grita, pídele ayuda- mire de reojo y me topé con una escoba, igual serviría, mientras ellos reían mirándose entre sí, yo aproveche para golpear al más cercano de ellos dos, mi golpe le dio en el hombro y parte de la espalda al tipo de pelo negro, al parecer mi golpe lo tomo de sorpresa y lo desoriento, pero el otro llego hasta mí, comenzando a jalonearme la escoba, pude apreciar un tatuaje en su mano, era una flor que no había visto, Jimin grábate la imagen de ese tatuaje, salí de mis pensamientos al sentir que seguía intentando quitarme la escoba, lo único que se me ocurrió hacer fue darle una patada en la pierna izquierda, creo que no sirvió de mucho pues el tipo se enfureció más, jalo con más fuerza, la escoba salió volando de mis manos en un abrir y cerrar de ojos, ahora estaba completamente indefenso.

Comencé a caminar en reversa, no sabía qué hacer, estaba bloqueado por el pánico y miedo, hasta que choque con la pared, me tire al suelo para esperar mi fin, los de la tienda no hicieron nada por defenderme, solo se quedaban viendo entre ellos, unos incluso salieron corriendo del lugar, y la chica que me atendió tomaba su teléfono de una forma torpe saliendo casi corriendo del lugar, ¡maldita sea! y no sé dónde estaba Yoongi para "salvarme", en ese momento anhelaba estar entre sus brazos, sentirme seguro, pero eso no llegaría, ahora solo esperaba lo peor.

- Dile adiós a tu actual vida, prometo no maltratarte tanto- el tipo de cabello castaño sonreía y reía con malicia, esto era un adiós libertad acaso, pero cuando todo estaba perdido o eso creía, alguien llego a mi rescate.

- ¡no le pongan sus sucias manos encima! – un joven mucho más alto que Yoongi, un poco más de 1.80 al parecer, lo cual rompió mis ilusiones, pues por un segundo pensé que era él, salió de entre los pasillos, no tenía nada que indicara que trabajara en algún local de la plaza, Dios, ¿Por qué estaba haciendo esto?- ¡son unos cerdos! –camino y se paró delante de mí – tranquilo esto será rápido- su voz era suave y reconfortante y a la vez rígida y ruda, una rara pero curiosa combinación, los tipos comenzaron a acercarse a él, pero en un rápido movimiento el joven los golpeo impactando su puño en la cara de uno de ellos y después una patada en el estómago del otro tipo, los dos tipos no pudieron hacer mucho, estaban desorientados, pero el chico que salió a mi recate no se detuvo, siguió golpeándolos, hasta dejarlos en el suelo, en menos de dos minutos estaba arriba de los tipos, con cada una de sus manos tómenlos de la playera.

- Miren bien mi rostro – escuche que el chico les dijo en un casi susurro – ahora ¡largo! – los dos tipos se levantaron de una forma muy torpe, salieron corriendo, apoyándose el uno con el otro, después el chico se levantó y llego hasta donde estaba sentada yo y se incoó frente a mí.

- ¿te encuentras bien? ¿Te golpearon? –me pregunto el joven con voz suave, entendía que quería tranquilizarme, mis manos y piernas temblaban.

- estoy bien – intentaba hablar, pero me costaba.

- inhala – comento el chico, realizando la acción, pidiendo que le imitara – eso, sostenlo, ahora exhala -hice lo que el me pidió, repetimos la acción varias veces, hasta estar un poco más calmado - ¿mejor? -pregunto el chico colocando una mano sobre uno de mis hombros.

- Sí, solo algo asustado, pero bien, gracias – en ese momento como recompensa solo le pude ofrecer una sonrisa y mi gratitud ya que de no haber sido por él no sé dónde estaría en estos momentos.

- no te preocupes te ayudare en lo que necesites, ¿vienes solo? – que preguntara eso me dolió, me sentía un poco abandonado por Yoongi, ahora que lo pienso ¿Dónde estará Yoongi?

- gracias, solo iba a ver los marcos, pero mejor me iré. –me levante con ayuda del chico, ya estaba por irme cuando el joven me llamo

-espera– el chico rápidamente tomo un papel que encontró en la recepción, tomo el bolígrafo que estaba ahí para firmar los tickes, escribiendo algo rápidamente, después se acercó a mí, dándome el papel -llámame no estaré tranquilo hasta que sepa cómo estas- una sonrisa amigable se dibujo en el rostro del chico.

-Sí, gracias -salí del lugar casi corriendo.

Continúe a caminar sin mirar atrás solo tome el papel y lo guarde en la bolsa de mi pantalón, ahora caminaba (o eso intentaba) hacia el auto, llegue, pero... Yoongi no estaba, jale de la puerta y no tenía seguro, esto era raro, entre, de cierta forma me sentí más tranquilo y seguro, espere a que llegara, ya había oscurecido. Al cabo de diez minutos una sombra de un joven se aproximaba a este lugar, mi corazón comenzó a latir más rápido, pero cuando el chico estaba a unos metros pude distinguir quien era, era él, cruzamos miradas, al instante comenzó a correr más rápido hacia mí, abrió la puerta del copiloto y me abrazo tan fuerte que por un momento pensé que dejaría de respirar.

Esto se esta poniendo bueno.

Gracias por leer.