Capítulo 11

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TAEHYUNG

-Tae...Tae.. -la voz de Jimin suena lejana, abro los ojos con pesadez- Despierta osito... -susurra y gruño infantilmente- Buenos días

Le sonrío con pereza. En un movimiento rápido levanto mi torso de la cama y me acerco antes de tomarlo de la cintura. Lo tumbo sobre las cobijas  y me acuesto encima de él. Jimin grita sorprendido

-¡T-Tae... Ow!- suspira cuando le doy un abrazo invasivo. Acostumbrado a que me ponga tan cariñoso por las mañanas, Jimin ríe y acaricia mis rizos enmarañados- Necesitas un corte de cabello- observa

-Abrázame- exijo aniñado ignorando su comentario anterior- ¡A-Abrázame mochi!

-Voy, voy. Tranquilo osito- sus brazos de inmediato rodean mi anatomía y suspiro sintiéndome confortable- Sólo te aviso que me estás aplastando

-No es mi culpa que seas enano- Jimin gruñe jalándo uno de mis rizos con fuerza y me quejo- ¡Ay Mochi!- exclamo

-Oso malvado- susurra. Río sobando la parte lastimada y me aparto de este, dejándolo respirar- Hay fideos picantes con huevos fritos para desayunar

-Mm, sabes que no tolero el picante Jimin...

-Lo sé Tae, pero tranquilo, no es ese tipo de picante- asegura sonriendo. Dejo caer mi mejilla en la almohada sin quitarle la mirada de encima. Le regalo una sonrisa perezosa

-Te quiero Jimin...- digo con una sinceridad tan aterradora que logré estremecerlo

-Serás...- sus mejillas se sonrojan furiosamente y lo siguiente que sentí fue otra almohada estrellarse contra mi cara- ¡N-No digas eso tan de repente niño malcriado!

-¡Jimin..!- salto en mi lugar y entonces yo le devuelvo el golpe con la almohada que tenía bajo mi cabeza

Y entonces terminamos en una guerra de almohadas, donde él fue el vendedor, tomando como ventaja que yo era muy sensible a las cosquillas

Ambos terminamos semi-sofocados por el agite del momento

-Iré a ducharme- aviso. Me levanto lentamente de la cama y me pongo las pantuflas bajo la atenta mirada de Jimin sobre mí. Lo observo interrogante- ¿Qué pasa...? ¿Por qué me miras así?

Niega con la cabeza encogiendo sus hombros.

-Sabes que puedes decirme lo que sea Tae... ¿Verdad?- me pregunta en un tono de voz extraño, y frunzo el ceño antes de asentir

-Sí, por supuesto que sí Jiminie- aseguro quitándome la camisa de mi pijama, quedándome en pantalones. Me cruzo de brazos al extrañar la calidez de la prenda- ¿Por qué me dices eso? ¿Sucedió algo?

-No. Nada- responde rápidamente con una sonrisa que no llegó a sus ojos- Anda, ve a ducharte, yo pondré la mesa

Un poco ido por su actitud asiento, Jimin se levanta de la cama con intensiones de irse, pero detuve su andar tomándolo del brazo en un agarre firme

-¿Tae..?- murmura confundido. Sin decir una palabra me acerco a su cuerpo y lo apreso en un abrazo

-Siempre seré tu oso de invierno- susurro con una sonrisa y mi amigo ríe con ternura antes de acariciar mis hebras rizadas y enredadas

-Lo sé- palpa mis hombros y nos separamos- Ve a ducharte- asiento.

Cuando salgo de la habitación ya duchado y vestido, Jimin me observa con una sonrisa divertida

-Que guapo- halaga- Hoy estás más elegante de lo normal ¿algo que no sepa?

Hacía frío, así que me puse un suéter blanco cuello tortuga metido dentro de unos pantalones negros y formales que combinaban con el saco del mismo, a pesar de que me quedaba un poco holgado pero no viene al caso. Los rizos de mi cabello caían sobre mi frente tapando levemente mis ojos, Jimin tenía razón, mi cabello ha crecido bastante

CEO Jeon. [KookTae] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora