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No era un día como cualquier otro, hoy el rey de la mafia iba a presentar a su querida reina ante su gente.

Estaba feliz, claro que lo estaba. Ella lo había aceptado, ella lo quería y eso era lo único que le importaba a él.

Él era alguien sin escrúpulos digno de ser del mismo diablo, le encantaba ver a las pobres inmortales suplicar clemencia, le fascinaba escuchar el lindo corazón de un ser humano dejando de latir lentamente y amaba ver el liquido rojizo empezar a salir por sus carnes, verlos sangrar hasta morir era su parte favorita.

Jamás pensó que un día llegaría a caer por una mortal, pensaba que el amor era un puto sentimiento ridículo que solo creaba al ser humano débil ante otra persona, solo creaba una ilusión de felicidad que un día acabaría, todo acaba en esta vida, siempre hay un fin para todo hasta para tu propia existencia.

Pero se tragó sus propias palabras y pensamientos al verse caído ante esa joven dama que era tan ruda y tan desobediente, aunque la habían obligado a ceder ante él, ella no la hizo tan fácil, no la vio temblar ni temer por su vida, se enfrentó a todos incluso mató en sangre fría a algunos sin piedad, eso hizo que sus ojos se fijaran en ella por primera vez, desde ese día no pudo quitar sus ojos de ella.

La hizo sufrir, claro que si. Le había enfrentado y había matado a sus queridos súbditos, eso a nadie se lo dejaba pasar ni siquiera a ella.

Lo que le sorprendió fue que incluso cuando ella sangraba y era torturada cruelmente jamás bajo su mirada, jamás tuvo miedo y eso hizo que su interés por ella crezca creando una obsesión un poco enferma.

En fin, ella pudo lo que otra no pudo, tener su apreciada atención y también iba a tener a la gente a sus pies, se lo había ganado.

Lo que no esperó fue su rara reacción al enterarse que iba a ser la reina de la mafia, algo en ella cambió ese día y a él rey de la mafia no le gusto para nada.

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TN

Temblaba cada vez que pasaba el filoso cuchillo entre mis piernas.

Th: Tranquila -murmura acercándose a mis labios para morderlos al punto de hacerlos sangrar-

Cuando separa sus labios de mí, saborea el gusto metálico de mi sangre haciendo que me estremezca por completo.

Lo siguiente que hace me deja plasmada, realmente esto pasaba del extremo de ser algo enfermo.

Su filoso cuchillo se deslizó por su piel haciéndolo sangrar y él no se fija que él mismo se esta cortando, solo tenía la mirada fija en mi mientras lo hacía con una sonrisa siniestra y tanto perturbadora de ver.

Tn: Para -le freno agarrando su mano donde sostenía aquel cuchillo- detente

Th: Que sucede dulzura? No te divierte verme sangrar?

Realmente me estaba preguntando aquello?

Pero que clase de psicótico era?

Tn: No, estas demente!

Th: Si, lo estoy -ríe mientras deja en la mesita de luz el cuchillo con sangre-

Tn: Vas a desangrar -le digo viendo su brazo salir mucha sangre, sin parar-

Él mira su brazo y después su mirada vuelve a mí, al parecer no le dolía ni le importaba que este sangrando, sino estaría tan aturdida en este instante creo que diría que lo está disfrutando y mucho.

Sed Sádica - KTH +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora