Cap. 16 - Un ciervo pasado por agua

138 21 1
                                    

–Mi primera vez en Nueva York y no es de visita turística. – Comenté viendo la enorme ciudad a lo lejos. – Espero que no termine aniquilada y pueda disfrutar de ella cuando todo esto termine.

Estaba de pie, mirando hacia donde nos dirigíamos, con las manos en los asientos de mis amigos, y ahora compañeros. Un rayo azul salió disparado hacia el cielo, los chitauri tenían su portal.

–Empieza a rezar entonces, chica misterio. – Habló Clint. – Esto va a ponerse muy feo.

–Mejor toma asiento y ponte el cinturón, Becca. – Me ordenó Natasha. – ¡Ahh, y toma esto!

Natasha me entregó un pequeño trozo de tela que tenía guardado en un bolsillo. Mientras tomaba asiento de nuevo, descubrí que me acababa de entregar una especie de antifaz negro con una singular decoración: alrededor de los ojos llevaban los cuatro colores que mis ojos tomaban cuando utilizaba mis poderes.

–¿De dónde lo has sacado? – Le pregunté sorprendida a la pelirroja.

–No hay tiempo, lo hablamos luego.

Tras ponerme el cinturón de seguridad, observé con determinación el antifaz. Era extraño, pero era como si lo hubiera visto alguna vez...

–Josh... – Susurré al darme cuenta.

¡¡¡Qué cabrón!!!

Desde que descubrió mi secreto, Josh no hizo más que intentar que me volviera una especie de superheroína, una vigilante de la noche o algo así. El antifaz era justo como el que iba en el diseño de un traje que hizo, pero pensé que había descartado la absurda idea hacía un año. Ahora la idea de ocultar mi identidad y salvar a la gente era una muy buena idea, no era necesario que se supiera quien era. Así mi familia estaría protegida.

Mientras se ponían en contacto con Tony, me coloqué el antifaz. Al levantar la mirada, vi que Steve me miraba de una forma extraña.

–Vamos a patearles el trasero a los chitauri. – Dije muy segura de ello, no queriendo analizar la mirada del rubio.

–¡Esa es mi chica misterio! – Exclamó contento Clint, haciéndome negar con la cabeza con una sonrisa divertida. Una sonrisa que no tardaría en borrarse de mi cara.

....

Solté el maldito cinturón tras pelearme con él y con ayuda del Capitán América me levanté. Nos miramos por solo un segundo, solo un segundo que se sintió extraño, antes de que me soltara la mano y nos separáramos un poco.

–¿Todos bien? – Preguntó cuando Natasha y Clint se unieron a nosotros.

–Sí, vamos, no hay tiempo que perder. – Respondió la Viuda Negra abriendo para que saliéramos del quinjet derribado.

Todo había sido tan rápido, de derribar a un grupo de aliens que seguían a Iron Man a ver a Loki y Thor en la torre Stark e intentar dispararle al cuernitos cuando Thor no saldría herido. Y sí, terminar cayendo por ello.

–Hay que volver ahí arriba. – Dijo Steve, saliendo corriendo junto a Clint hacia donde estaba la torre Stark.

–Becca, toma. – Nat me pasó un par de pistolas de dentro del quinjet, les quité a ambas el seguro. – Eran por si acaso.

–Primero gastaré las balas, luego ya haré de lo mío cuando estemos ahí arriba y no haya tanta gente. – Le dije muy segura de mi decisión.

–¿Estás segura? – Preguntó Natasha mientras corríamos para reunirnos con los otros dos.

–Sí. Es posible que haya parecido que puedo controlarlos después de tanto tiempo, pero prefiero no quiero arriesgarme con tanta gente inocente a nuestro alrede... – Me callé al llegar junto al Capitán América, viendo como del portal salía un gigantesco monstruo que me recordó a una gran serpiente metálica. – ¡¡Joder, ese bicho es enorme!! ¿También lo estáis viendo?

Dama de los Elementos (Steve Rogers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora