Dama de los Elementos (Steve Rogers)

Cap. 08 - Bienvenida al helitransporte

Me deshice del arnés de seguridad al aterrizar el quinjet. Las puertas de éste se abrieron, dejando ver lo que parecía ser un portaaviones. Una mujer de cabello castaño recogido se acercó a mí cuando bajé del quinjet con mi maleta.

–¿Ha tenido un buen viaje, señorita García? – Me preguntó la mujer.

–Sí, ha estado bien.

–María Hill, agente de S.H.I.E.L.D. – Se presentó antes de que le pudiera preguntar. – La acompañaré a su compartimento.

La agente Hill me tendió la mano para que le entregara la tablet, cuando la tuvo empezó a andar. Le seguí mientras ella entraba en el helitransporte y luego por las escaleras y los pasillos hasta que al final se detuvo frente una puerta. Apenas había logrado memorizar el recorrido.

–Se te ha asignado la habitación 207.

Se sacó una tarjeta del bolsillo y la pasó por un lector situado a un lado de la puerta. La puerta se abrió, dando paso a un pequeño camarote de barco, que contaba con una cama individual, aunque podrían caber dos personas perfectamente, y una puerta al otro lado, cuarto de baño propio.

La agente cerró la puerta después de que dejara la maleta dentro y saliera, quedándonos fuera del compartimiento y me entregó la tarjeta-llave.

–Más tarde tendrás tiempo para instalarte, ahora es mejor que me acompañes al puente, el director Fury te espera.

Seguí a la morena, pero esta vez memorizando el recorrido que hacíamos, lo último que necesitaba era ir preguntando a todos.

–Nat, digo la agente Romanoff, ¿también vendrá? – Le pregunté, situándome a su lado.

–La agente Romanoff está llegando junto al doctor Banner. – Me respondió. – También están de camino el agente Coulson y el Capitán Rogers.

–Lo tienes todo controlado. – Comenté.

–Ese es mi trabajo.

Accedimos al puente, la sala de control del helitransporte, donde un grupo de hombres y mujeres estaban sentados frente a ordenadores. El director Fury estaba situado al centro, con varias pantallas de ordenadores a su alrededor, en una posición elevada. Detrás de Parches había una mesa rodeada de un conjunto de sillas.

–Bienvenida, señorita García. – Me saludó Fury.

–Me alegro de verle, Fury. – Me acerqué hasta la mesa y me apoyé en ella mirando a Parches.

–¿Ha leído los informes? – Me preguntó Fury.

–Casi todo.

–Vea esto. – Me indicó que me acercara.

Hice caso y miré la pantalla que Fury me señaló. Las imágenes mostraban una gran sala, donde a un lado había investigadores y el resto estaba compuesto por una estructura en la cual distinguí el pequeño cubo azul, el Teseracto.

–Son imágenes de hace dos noches. – Me informó Fury.

En la pantalla aparecieron Fury y Barton hablando mientras se acercaban a donde estaba el cubo.

–El Teseracto fue activado de repente, el doctor Selvig, el científico que lo investigaba, ni siquiera se encontraba en la sala cuando ocurrió. – Fury me señaló a uno hombre en las imágenes.

El cubo empezó a emitir una especie de rayos, todos en la sala se quedaron mirando, esperando a que algo malo ocurriera. Y ocurrió.

Un rayo azul salió disparado al otro lado de la sala, abriendo una especie de portal y cuando desapareció, dejó ver a un hombre en su lugar. Las imágenes empezaron a vacilar hasta quedarse sin señal, evitando que pudiera verse lo que pasaba a continuación.