FLORES |Megumi Fushiguro y tú|

Capítulo II

—A ver, solucionemos esto— habló una muchacha, sentada en su lugar —¿Entonces la coliflor también es flor?— y elevó la vista a donde se encontraba _____ Kikuchi, apoyada en el banco de enfrente, viendo en su dirección.

—Sí, también— asintió sonriente, tras rodar los ojos con algo de diversión.

—¿Y el tómate una fruta?

—También.

—¿Pero por qué?

—Porque crecen de la flor de la planta.

A lo que dijo, su compañera fue asintiendo lentamente, al tiempo en que otros se acercaban a ellas a hacerles preguntas a la chica, que no tenía problema en responder, a pesar de ya querer regresar a su lugar.

Por su parte, Megumi observaba la escena desinteresado. Notaba sus ganas de sentarse donde debía, o hasta incluso de no hablar. Le pasaba por ser bonachona, y no dejaba de pensarlo.

Volteó de nuevo a la ventana, notando que el día estaba algo nublado. Probablemente llovería, aunque no estaba seguro y menos si no había oído acerca del clima.

El día anterior, al volver a casa con ambas flores, vio a Tsumiki sonreír de oreja a oreja. Y no tardó en buscar un vaso con agua para ponerlas, esperando que vivieran más que las anteriores.

Tampoco había parado de repetir el hecho de que le parecían hermosas. También, de que la apellidada Kikuchi estuviera cierto gusto hacia él. Para no decir nada al respecto, el joven prefería ignorar y cambiar de tema, cosa que funcionaba.

—¿Y las bananas cómo hacen para plantarlas si no tienen semillas?— oyó a otro preguntarle.

—No estoy muy informada al respecto. Sólo sé sobre flores— respondió algo incómoda, sin saber cómo más indicarles que de esos temas no sabía bien.

—¿Y entonces por qué respondiste lo del tomate?

—Porque dije que crece de la flor de la planta— reiteró lo dicho, ya cansándose un poco.

—¿Y las papas?

—Oigan.

A lo que dijo el de apellido Fushiguro, todos voltearon a él, notando su molesto semblante.

—Ya dejen de molestar y siéntense que la clase está por comenzar.

Algunos acataron de inmediato a ello, siendo responsables. Otros quizás por miedo de recibir una golpiza por su parte, algo que anteriormente ya habían experimentado. Y el resto regresó lentamente. _____ fue de las primeras, suspirando aliviada al tiempo en que volteaba a verlo. Tal vez le agradecería con una sonrisa, pero él ya había vuelto a ver a través de la ventana.

Y al minuto dio comienzo la clase.

Dejando su mochila a un lado, volvió la vista a donde estaba la mayor que había ido, apenas llegó, a ver las peonías.

—¿Tanto te gustan?

Preguntó quitándose la chaqueta del uniforme, pasándola por uno de sus brazos.

—Me encantan— sonrío Tsumiki —. Amé las flores de ese lugar.

—En otras florerías venden también, o hasta distintas variedades— informó el de cabellos oscuros.

—Lo sé, pero ese lugar las hace aún más especiales. Cuando tengamos un poco más de dinero, te enviaré a comprar otra.

—¿En serio?— espetó cansado, decayendo un poco sus hombros.

—Por supuesto.

—¿Y por qué no puedes ir tú?

—Porque seguramente a tu compañera le alegre más verte a ti que a mí— se enderezó bien, volteando a su hermanastro, sin dejar de sonreír.

—No empieces... La has tenido con eso desde la primera vez que fuimos allí— intentó concluir con el tema —. ¿A ti te dejaron mucha tarea?

—Más o menos. En un rato la haré. Pero volviendo con lo anterior, parece realmente una persona agradable.

—Es una bonachona— rodó los ojos, para ausentarse a su cuarto para cambiarse de ropa.

Estaba claro que, tarde o temprano, terminarían regresando a ese lugar. Con olor suave a sahumerio de coco que, cuando _____ estaba cerca, podía sentirlo si agudizaba el sentido del olfato. Parecía que cargaba con la tienda a todos lados.

Buenas, buenaasss, ¿qué les va pareciendo? ¿Les va gustando? Jj

Besos ♥