—Con suerte nos liberamos de ellos.
—Sí, Izumi y Sato no han dejado de hacerme preguntas últimamente sobre plantas. Nunca falta la pregunta del día— puso un momento sus ojos en blanco, cansada.
—Diles que no, y listo— dijo Gen Tanaka, su mejor amiga.
—Les he dicho cortésmente que no respondería, pero son muy, pero muy insistentes— soltó una queja, como si estuviese llorando.
—Listo, esa fue la primera advertencia. La siguiente, le sueltas una grosería— propuso entusiasta.
—Tampoco para tanto— sonrió divertida, volteando a verla mientras seguían caminando.
Al hacerlo, notó como al lado de la apellidada Tanaka, iba Megumi Fushiguro en la dirección contraria a la de ellas. Desvió la mirada pestañeando un par de veces.
Desde aquella primera vez que lo vio en la florería, era como si el chico comenzara a ser un extra más resaltado en su vida. Hasta llamaba cada vez más su atención, causándole duda.
—Si fuera tú, lo haría.
—Ni tienes problemas en soltar groserías, Gen— soltó una pequeña risa, volviendo a ver al frente.
—Tú tampoco _____, no te hagas la más santa. Te he escuchado más de mil veces decir groserías— la señaló con un dedo acusador, dándole más gracia a la nombrada.
—¿Las cuentas?
—Por supuesto. Nunca se sabe cuándo alguien diga "¡ay, pero si Kikuchi no dice ni una sola grosería!". Entonces saltaré y le diré todas y cada una.
—Por eso eres mi mejor amiga— dijo ladeando la cabeza, provocando que Gen hiciera un tierno puchero.
—Ya que lo soy, ¿me devolverás mi viejo cuaderno de dibujos? Era sólo para verlos, no para dejártelo de por vida— nuevamente, el dedo acusador.
—¿Quieres ir hoy? ¿O te lo traigo mañana?
—¿Estará Taro en casa?
—Sí.
—Iré— sonrió con tal de molestarla.
Y _____ rodó los ojos para negar divertida. Si se trataba de su hermano mayor, Gen siempre debía de molestar al respecto, como ella solía hacerlo con la persona que cumplía ese mismo papel en la Tanaka.
Camino a casa oyó un ruido que llamó su atención, que provenía de más adelante, en una especie de pequeña calle. Debía pasar por ahí, así que de valor tenía que armarse. A parte, quería saber qué sucedía.
Avanzó un poco más, para ver por el rabillo del ojo, sujetando bien su bolso. Fue entonces que notó como una figura se aproximaba, saliendo de allí.
—¿Fushiguro?— dijo extrañada, volteando a ver a espaldas del chico para arquear una ceja.
—¿Necesitas algo?— preguntó sin emoción alguna, deteniéndose cerca de ella.
La apellidada Kikuchi no dejaba de ver sorprendida los tres adolescentes que yacían tirados en el suelo, a varios metros de allí, quejándose del dolor. Sabía que Megumi Fushiguro solía pelearse con matones de la escuela, pero jamás lo había visto por llegar siempre tarde a la ocasión o enterarse a los días.
Fue entonces en que pensó en el contraste que generaba la imagen de él cuando iba a comprar flores, con aquella. Incluso tuvo que aguantar una pequeña risa, tapando un poco su boca con una de sus manos. Eso, solamente hizo que el chico de cabellos oscuros la viera algo confundido.
—Es gracioso: un día peleas, y otro vas a comprar flores.
—¿Y qué? ¿Algún problema?
—No, sólo que es muy opuesta la imagen que tengo en mente— y volteó a verlo, algo tímida por la confianza que había agarrado para hablarle —. Si yo no trabajara en la florería, no creería que sueles ir...
Megumi alzó un poco sus cejas, para luego rodar los ojos.
—¿A que no?— intentó que respondiera.
—Sí, sí, lo que digas...— e intentó pasar a un lado para irse, reacomodándose su mochila. Pero sintió como era seguido —¿Ahora qué?— preguntó frenándose y volviendo a ella.
—Vivo en esa dirección— señaló con una sonrisa avergonzada el camino. Entonces el Fushiguro lo recordó. —Perdona si hablé de más hace un momento...
No dijo nada y siguió con el recorrido, provocando que _____ retomara cuando viera que bastante se había alejado. Después de todo, el no tener respuesta alguna, la había incomodado.
¡Mil disculpas por no publicar ayer y estar haciéndolo, encima, a esta hora! Se me complicó bastantito ayer y terminé distrayéndome. Pero bueno, el lado positivo es que aquí está el capítulo.
Besos ♥
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FLORES |Megumi Fushiguro y tú|
CasualeTodo comenzó por comprar flores para animar el ambiente. Luego se convirtió en un hábito para su hermanastra enviarlo a comprar más. Quizás iba por una lantana, que representaba felicidad, y volvía con dos. Tal vez quería una sola cala, que signific...