Mejor amiga

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~I will love you to infinity~

Idiota.
Eso es lo que soy luego de no haber aclarado nada con Alec, estuvo mal haberlo besado y tan así de impulsiva, creerá que estoy loca o peor: Que soy una fácil.

Luego de salir de la habitación Raquel me observa con una sonrisa pícara, se lo que está pensando en éste momento.

Me acerco a ella y preferiría pasar de largo pero necesito aclarar algunas cosas.

—Lo siento Marina, no debí entrar asi–. Baja la mirada al suelo y se toma de las manos.

Si no la conociera mejor diría que está mintiendo pero sé que dice la verdad.

—No importa, supongo que llegaste en el mejor momento, mi cabeza y obviamente mi cuerpo no sabían lo que hacían– «como si no estuvieras consciente de lo que hacías» shhhh.

—¿Segura? Es que soy una idiota por no haberme dado una idea luego de ver la puerta cerrada.

—Si Raquel, todo bien–. Digo secamente, cree que no se me olvida lo que me hizo.

Doy media vuelta con intención de seguir buscando la salida ya que no veo a Iván por ningún lado «maldito, me las vas a pagar».

—Espera Marina, sólo quiero que sepas que todo ésto que hice, el mantenerme callada y estar para tí sólo lo hice por tu seguridad, entiende que era o es peligroso, desde hace mucho que te están buscando y ahora que te encontraron debemos estar más unidad que nunca.

—¿Y eso no te impulsó en poder decirme la verdad desde un principio... O si?–. Raquel me mira fijamente y se le empeñan los ojos, ya vendrán las lágrimas.

—¡¡¡Lo siento, lo siento!! Te prometo que estoy muy arrepentida, no quiero perder a mi mejor amiga–. Me toma de las manos mientras se le escapan algunas lágrimas.—Te prometo que ésta vez te diré todo, por favor Marina dame una oportunidad.

El alma se me quiebra y el corazón se me hablanda, nunca había visto a Raquel rogar, normalmente es una persona que no hace nada para que la acepten, ella es abierta en todo y con todos. Simplemente me asombra que esté aquí pidiéndome una oportunidad.

—Raquel yo...

—Créeme cuando te digo que en verdad lo hago, te extraño, extraño a mi mejor amiga–. Me interrumpe antes de que le dijera que si.

—Haber si me fueras dejado continuar ya sabrías lo que decidí.–digo entre risas.

—¿Cuál fue tu decisión?.–dice aún con la voz llorosa.

—Yo te perdono, no sólo por qué eres mi mejor amiga sino por qué me has demostrado que realmente estás arrepentida y lo mejor ahorita es estar juntas en todo.

Raquel se me lanza encima para darme un abrazo, ya extrañaba sus abrazos, son de esos que te hacen sentir seguro, como las de una hermana mayor.

Se separa poco a poco y me sonríe, el brillo en sus ojos es visible a muchos años luz de distancia.

—Gracias enserio, créeme que fue un gran dolor el que me ignoraras durante el entrenamiento.

—Eso te lo merecías un poco, enserio Raquel debemos empezar a contarnos todo.

—Lo sé lo sé, cuando tengamos el tiempo libre te lo diré, mientras tanto debemos ir al campo de tiro, debes aprender a utilizar un arma.

De sólo mencionarlo me da escalofríos, ya me veo disparándole accidentalmente a algún compañero mío o tal vez mi propio pie. Con lo torpe que soy no descarto esa idea.

—Está bien, guíame a la salida.

—Es por aquí.–Señala un pasillo en el cual al final hay una compuerta casi invisible de lejos. «por eso no lo vi antes».

Raquel utiliza una de esas tarjetas y ésta se abre deliberadamente. Es el ascensor dónde ingresé antes con Melanie. «Melanie»

—Entonces ¿Conoces a Melanie?.–Le pregunto a Raquel antes de llegar al campo.

—Si, lo siento no podía decirte quien era en ese entonces.–Dice algo triste.

—Tranquila, como dije ya no pasa nada, sólo necesito que no me ocultes más cosas.

—No lo haré, te lo prometo.

Luego de decir eso las dos nos sonreímos, echaba de menos a mi mejor amiga y no me había dado cuenta.

—Ahora ¿Tú y Alec...–. Sabía que preguntaría.—Perdón de nuevo por haber interrumpido tal vez la mejor experiencia que tienes aquí.

Se me sale la risa, ésta Raquel no cambia.

—Ya vas tú pervertida, sólo estábamos charlando.

—Charlando y haciendo yoga por lo que vi, a lo mejor no debí interrumpir y llegaban a las posturitas relajantes.– dice con insinuación.

Cada vez que me lo recuerda pienso... ¿que hubiera pasado si ella no fuera llegado?

«joder»

El «ding» del ascensor se hace presente y las compuertas se abren revelando el gran campo donde anteriormente me hicieron comer tierra haciendo los ejercicios.

—No digo que no lo hagas, sólo ten cuidado y usa protección. A que no se te pasó por la cabeza ese detalle ¿O si?.–Mierda tiene razón.

Niego con la cabeza y ella me da un golpe en el brazo.

—Estás mal niña, pareces una adolescente con las hormonas alborotadas.

—Sólo estaba caliente Raquel.

—¿Y? Esa no es excusa para estar siempre protegido.

Cuando iba a abrir la boca un sonido me alertó.

—Debemos ir camino al campo, no querrás que tú novio me insulte por haberte entretenido.

—Alec no es mi novio.

—Pero te gustaría que lo fuera–. Dice Raquel con una sonrisa en el rostro.

Creo que después de todo si vamos a estar bien, ella me dará más detalle de lo que pasa y me explicara.

Justo cuando iba llegando con Raquel algo me golpea la espalda, me volteo y noto que es una piedra que me lanzaron.

Raquel se detiene a mi lado y vemos a la distancia a una chica alta, de rasgos italianos por su cabellera rubia y ojos verdes.

—Alejate de Alec–. Dice y luego se va apresuradamente.

—Oh Marina tienes competencia–. Dice Raquel y se empieza a reír.

Yo no compito con nadie pero si es lo que quiere entonces eso tendrá.

Que empiecen los juegos.

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:)

Mi Vida Entre Mentiras ® [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora