Heliotropo

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C4 Heliotropo.

Luz se sentía terrible.

Había pasado medio día desde que Amity le dijo que no quería que le hablara más.

Y pese a lo que la castaña le había dicho, Luz no podía evitar buscar alguna manera de obtener su perdón.

Pese al muy breve tiempo de conocerla, Luz realmente quería mantener algún tipo de contacto, así fuera simplemente que la hija del decano no la odiara.

Quería demostrarle que era más que sus simples impulsos, y que se iba a hacer cargo de sus errores.

Hasta ahora, sus intentos habían sido... Infructuosos.

Se ofreció a ayudar a la castaña cuando le solicitaron traer documentos de la oficina escolar.

Pero la joven se limitó a darle la mitad de los formatos y caminar frente a ella sin siquiera mirarla a los ojos.

También caminaba a su lado por los pasillos cuando cambiaban de aula, intentando sutilmente llamar su atención.

Pero eso sólo parecía irritarla...

Trató de darle notas en clase ya qué, técnicamente, así no le estaba hablando.

Pero Amity no sólo no respondió, sino que se quejó con el profesor en turno y consiguió que la morena recibiera una leve reprimenda.

Luz estaba empezando a cansarse.

Pero es que, verán, Luz nunca fue una persona con muchas amistades, más bien, no tenía ninguna.

No es que Luz fuera tímida o tuviera dificultades para comunicarse, todo lo contrario, era abierta, extrovertida y tenía facilidad de palabra, la cosa es que, generalmente, las personas rehuían su personalidad exuberante después de poco tiempo de conocerla.

A veces minutos.

Era deprimente ver cómo el entusiasmo en los ojos de un nuevo conocido se transformaba poco a poco en incomodidad y desagrado.

La habían llamado rara, loca, intensa, creepy, friki, entre varios otros términos peyorativos.

Se acostumbró a ser la marginada de la escuela gracias a su comportamiento chisporroteante.

Y cuando conoció a Amity, sintió algo... Distinto.

Sonaba romántico y absurdo, pero tan pronto conocerla había percibido una conexión natural con la castaña, era fácil interactuar con ella, le fue fácil conversar sin pensar constantemente en la posibilidad de cometer errores o tropiezos, Amity reaccionaba con cautela, a la vez qué con curiosidad ante los desplantes enérgicos de Luz, era... Agradable.

Hablar con Amity había sido fácil, sobre todo por lo poco que se dejó ver bajo la superficie.

Luz era muy distraída, pero cuando ponía la atención adecuada, podía notar detalles que la mayoría pasaría por alto.

No era tonta, una buena parte de los gestos y palabras de Amity durante el tour eran prefabricados y destinados únicamente a la cortesía, pero, en algunos puntos, Luz pudo notar algo más.

Los ojos brillantes ante la promesa de las flores.

El semblante triste al ver a Willow.

Su leve angustia ante lo que ella vio como un error.

El genuino júbilo al jugar con King.

Había algo más allá de lo que Amity estaba dejando ver.

Y Luz no podía dejar de pensar en ello.

El pecado de florecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora