𝐉𝐚𝐮𝐥𝐚 𝐲 𝐋𝐢𝐛𝐞𝐫𝐭𝐚𝐝 |𝐂𝐲𝐂²| 𝐋𝐞𝐯𝐢×𝐎.𝐂.×𝐂𝐨𝐥𝐭 𝐆𝐫𝐢𝐜𝐞

Cap. 57: "El plan de la eutanasia"

Al día siguiente...

Colt estaba preparando el desayuno demasiado animado mientras tarareaba una canción y acomodaba la mesa con los platos. Saya estaba sentada en una de las sillas mirándolo con una sonrisita.

—Veo que alguien amaneció feliz. —murmuró Pieck alzando una ceja. —¡Nos preocupan y luego terminan resolviéndolo en la cama! ¡Que vergüenza!

Galliard miró de pies a cabeza a Colt sonriendo orgulloso.

—Son unos idiotas pero me alegro que estén bien. —se sentó en la silla junto a Saya y la miró.

—¡Uy! Te ves realmente jodida, Sayita. —soltó una carcajada. —¿Disfrutan solucionar así los problemas? Debemos de anotar eso, Pieck.

Saya rodó los ojos dándole un codazo y Colt sonrió dejando la comida en la mesa. La chica se levantó un poco para tomar el jarrón con jugo, pero se quedó de piedra al sentir un dolor en las piernas y en la parte baja del abdomen, apretó los dientes y se sentó lentamente sin tomar el jugo. Después de todo ayer por culpa de los orgasmos y la ducha, sus piernas se habían contraído tantas veces como si hubiese corrido una maratón.

Galliard la miró levantando las cejas lentamente.

—¿Por qué no tomaste el jugo?

—P-porque ya no quiero. —mintió bajando la mirada a su plato.

—¿Ya no quieres? O acaso... ¿no puedes levantarte?

Colt y Pieck se giraron a mirarlos.

—No quiero jugo, metete en tus asuntos Galliard.

—¿Sayita, te duelen las piernas? —sonrió Pieck agarrando el jarrón con el jugo pasándolo enfrente de ella para servirse.

—Déjenla en paz. —los regañó Colt y se sentó frente a Saya para sonreírle. La chica negó con la cabeza divertida y empezó a comer.

—¿Vas a entrenar a los niños, Saya? —murmuró Galliard jugando con su comida.

Saya tragó con dureza y lo miró, le dolía todo el cuerpo pero si no lo hacía el imbécil la molestaría hasta el fin de los tiempos.

—Claro que sí. —Colt casi escupió su comida conteniendo una risa burlona, ganándose un golpe en su pie por parte de la chica. —Y tú también nos acompañarás, Colt.

—¿Segura que puedes moverte, demonio?

—¿Quieres conocer cómo se regenera la piel quemada, Galliard?

—¿Yo? Eso lo debería conocer Colt, yo no te dejé inválida.

Saya soltó un suspiró y le enterró el tenedor en la mejilla.

—¡SAYA!

—Déjalo Colt, ya se va a regenerar. —la chica se encogió de hombros, Pieck miraba en shock a su lastimado Pokko y él soltaba pequeños gemidos de dolor mientras vapor salía de su herida.

—¡Eres una salvaje, demonio! ¡Te he dicho que en la cara no lo hagas! —gruñó con molestia agarrando el tenedor.

—La próxima vez será entre las piernas, ¿mejor?

Galliard le dio un golpe en la nuca a la chica y rodó los ojos.

—¿Por qué no se lo entierras a tu novio?

—Porque él no es un inútil como tú.

—Solo dices que no es un inútil porque te deja sin caminar. —rodó los ojos divertido.