𝐉𝐚𝐮𝐥𝐚 𝐲 𝐋𝐢𝐛𝐞𝐫𝐭𝐚𝐝 |𝐂𝐲𝐂²| 𝐋𝐞𝐯𝐢×𝐎.𝐂.×𝐂𝐨𝐥𝐭 𝐆𝐫𝐢𝐜𝐞

Cap. 74: "El niño que soñaba con la libertad"

Carl tomó a Saya de la cintura y la obligó a levantarse, haciéndola correr hacia el aeroplano. Todos arriba vieron la muerte de Hange.

—Te veo luego, Hange. —susurró Levi. —No dejes de mirarnos.

A un lado estaba sentada Mikasa, Jean y Connie. Del otro estaba Saya, Levi y Pieck. Mientras que Reiner y Armin estaban de pie y Oyankopon manejaba. Carl estaba sentado en el suelo con las manos en el rostro.

Saya tiró la cabeza hacia atrás, respirando lentamente para no llorar. Mantendría la calma aunque prácticamente ya todo estaba perdido. 

—Bien, discutamos el plan. —dijo Armin. 

Tras darse cuenta que no tenían idea de en que parte del gran esqueleto del titán podría estar Eren, Levi propuso matar a Zeke ya que gracias a este era posible el Retumbar, sin embargo, tampoco sabían la posición de él.

—Entonces debemos buscar a ese bastardo peludo dentro de esos huesos. —gruñó Levi. —Voy a detener a Zeke. Solo préstenme su fuerza. 

Saya lo miró con miedo de perderlo.

—Capitán... —murmuró Jean. —Por supuesto, todo lo que hemos hecho hasta ahora es para detener el Retumbar, haré lo que sea necesario.

Saya movió con lentitud su mano hacia la de Levi, con miedo de ser rechazada, pero él simplemente envolvió su mano sobre la de ella.

—Yo... creo que Eren quiere que alguien lo detenga. —dijo Reiner. 

En ese instante todos fueron transportados hacia una especie de arena. Hacia la coordenada.

—¡Eren! —comenzó a gritar Armin, al comprender de inmediato el lugar, y que era la mejor o la única oportunidad que tendría para hablar con su amigo. —¡Ya has hecho suficiente! ¡Estoy seguro que nadie pondrá una mano en Paradise en los próximos siglos, ese es el nivel de miedo y destrucción que has traído! ¡Aún puedes aceptar un pacto de paz y terminar con esto, no tienes que matar a nadie más ¡La Isla está a salvo ahora! ¡Nos equivocamos, nosotros te forzamos a hacer esto!

—Eren... —Jean susurró y luego miró hacia arriba. —¡Eren, nosotros nos encargaremos de lo demás! ¡Así que no tienes que seguir matando por nuestro bien! 

—¡Eren yo te odiaba por lo que le pasó a Sasha! —gritó Connie. —¡Pero sé que tú debes haber estado tan triste como el resto de nosotros, ¿verdad?! ¡Y a pesar de eso nunca me puse en tu lugar! 

—Yo... quiero compartir la carga de tus pecados. —habló Mikasa. —Todos somos culpables de los mismos pecados... así que por favor... deja de ignorarnos. Regresa con nosotros.

Saya se aferró un poco más a la mano de Levi y alzó la voz.

—Eren idiota... aún no te perdono por haberme entregado al bestia en Marley pero si no fuera por ti... jamás habría conocido a Colt. Así que ven acá y arreglemos esto juntos, niño.

—¿Oyes eso, Eren? Detente ahora y te dejaré ir solo con una patada en el trasero... —habló Levi, pero tras unos segundos frunció el ceño. —Oye, ¿por qué no hablas?

—El Retumbar no se detendrá. No dejaré que el destino decida el futuro de Paradise. Seguiré avanzando. Para ganar mi propia libertad me robaré la libertad de este mundo. Pero no tomaré nada de ninguno de ustedes. Todos ustedes son libres. Tienen la libertad de defender la libertad del mundo. Y yo tengo la libertad de seguir avanzando. Mientras ambos tengamos nuestra convicción inquebrantable estaremos en conflicto. Solo hay una cosa que podemos hacer. Pelear.