𝐉𝐚𝐮𝐥𝐚 𝐲 𝐋𝐢𝐛𝐞𝐫𝐭𝐚𝐝 |𝐂𝐲𝐂²| 𝐋𝐞𝐯𝐢×𝐎.𝐂.×𝐂𝐨𝐥𝐭 𝐆𝐫𝐢𝐜𝐞

Cap. 52: "Lasaña y discusión"

Dos meses después.

Saya cumplía alrededor de seis meses y medio desde que llegó a Marley. La relación que tenía con el rubio era hermosa en todo los sentidos, Colt siempre intentaba comprenderla y Saya se esforzaba mucho en demostrarle sus sentimientos al chico. Los dolores de cabeza no habían desaparecido completamente, aún estaban pero ya eran menores. 

Pieck y Galliard los molestaban constantemente pero pasaban mucho tiempo juntos los cuatro, o entrenando a los niños. Zeke ya no se aparecía por la casa y Saya había descubierto nuevamente lo que era vivir feliz con amigos y un hombre que la quisiera de verdad.

Ese día los guerreros tenían libre, como siempre Porco y Pieck se desaparecieron dejando la casa sola para los tortolitos, Saya y Colt.

Colt estaba saliendo de la habitación mientras traía su camiseta en el hombro, el verano ya había llegado y todos los días hacía demasiado calor y el rubio no tenía ganas de vestirse.

—¿Saya? ¿Dónde estás? Necesito ayuda en la cocina. —suspiró caminando hacia la sala. Ahí estaba la chica en el sofá escribiendo en una libreta nuevos entrenamientos para los niños. Cuando levantó la vista y se encontró con el torso desnudo del chico lo miró perpleja.

—¿Colt q-que rayos haces a medio vestir? Ponte la camiseta.

—¡Hace demasiado calor! ¿¡Acaso no tienes calor!? —hizo un puchero mientras se la ponía.

—Claro que tengo calor pero no por eso voy a andar sin ropa, Grice. —contestó pellizcándole suavemente la mejilla.

Colt sonrió divertido mirándola.

—A mi no me molestaría que anduvieras sin ropa. —soltó una risita sonrojándose un poco, recibiendo un codazo de la chica. —Auch... oye necesito ayuda en la cocina, ¿crees que puedas?

Saya suspiró pesadamente.

—¿Y si quemo la casa? —Colt soltó una carcajada y la jaló del brazo para que se levantara. —Está bien... pero no me acercaré al aceite caliente.

—¿Y a mi? —la abrazó por la cintura dándole un beso en los labios. —Si quemas la casa tendremos que mudarnos, tal vez a una casa sola... tu y yo. —sonrió mientras le acariciaba la mejilla.

—Mmh... Colt... muero de hambre, vamos a cocinar. —murmuró la chica corriendo la mirada. 

—Esta bien.. perdón. —murmuró soltándola y caminando hacia la cocina mientras se rascaba la nuca un tanto incómodo.

—Oye, Colt... —lo llamó la chica mientras avanzaba tras él hasta abrazarlo por la espalda rodeándolo con sus brazos. —No te enojes... quizás... quizás si sería buena idea vivir un tiempo sin los otros idiotas.

El chico se detuvo y puso sus manos sobre las de la chica mientras bajaba la mirada, sabía que a veces agotaba a Saya diciéndole tantas cosas, planeando un futuro, sabía que a la chica no le gustaba pero... no podía evitar querer pasar el resto de su vida junto a ella.

—Quizás sería una buena idea. —repitió dándole una sonrisa un poco forzada mientras se soltaba de su agarre. —¿Qué quieres cocinar hoy, niña bonita?

—No lo sé... todo lo que haces es delicioso. —murmuró dándole un beso en la mejilla. —Hace días leí una receta, ¿te parece si la traigo y la hacemos? Está en nuest-... en tu habitación.

—Oww, ibas a decir nuestra habitación. —se burló el chico apretándole las mejillas.

—¡Pas-pasamos demasiado tiempo ahí! ¡Se m-me salió! —gruñó Saya dándose la vuelta con un gran sonrojo.