Fiesta

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¡Nuevo capítulo!
¡¡Disfrútenlo mis amores bellos!!

❤️❤️❤️

❤️❤️❤️

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—No lo puedo creer —espeté, observando los problemas en la libreta—. ¿Cómo es que son tan sencillos cuando me los explicas?

—Eso es porque soy un genio —fanfarroneó, a la vez que pasaba sus brazos por mi cintura, atrayéndome hasta él.

Nos encontrábamos sentados sobre un montón de sábanas y cojines. El lugar era pequeño, pero al menos tenía el suficiente espacio para algunos sofás, una mesa y las sábanas tendidas que bien podrían sustituir una cama. También contaba con una chimenea, por lo que el interior era bastante cálido y confortable. Sin lugar a duda era uno de esos rinconcitos acogedores.

—Por cierto, ya terminé mi proyecto. ¿Crees que hoy pueda entregárselo al profesor?

—Claro.

Al parecer el Lobo conocía muy bien al profesor y eso hizo que cayera en cuenta sobre un asunto un poco sospechoso.

—Fuiste tú quien le dijo al profesor que suspendiera el nuevo proyecto, ¿verdad? —Él sonrió de medio lado, suficiente señal para confirmar mi sospecha.

—Algo así.

—¿Por qué?

—No quería que siguieras durmiendo al lado de ese tonto compañero tuyo.

—¿Es en serio, Matías? —cuestioné incrédula y un poco molesta, separándome lo suficiente para poderlo ver bien a la cara.

—Si —respondió serio—. Y ya sé lo que me dirás, es solo tu compañero, pero igual no me gusta.

—Deberá gustarte. Esta tarde me reuniré con todos para terminarlo. Ahora que me has explicado podremos finalizarlo.

Evitó mirarme, pero al final solo asintió. Ya era hora de que entendiera mi amistad con los chicos.

—Además no sé de qué te quejas, tú sigues con tu prostituta.

Ese había sido un tema del cual por tantos asuntos fue imposible hablarlo, pero lo mejor era dejarlo claro de una vez por todas.

—Eso no es cierto —replicó al instante—. Hace ya tiempo que el contrato se canceló.

—¿Estás seguro? ¿Desde cuándo?

—Lo cancelé un día antes de la visita de los dos miembros del consejo que casi te matan.

—Tienes suerte de que te crea.

Él me regaló una sonrisa para después rodearme de nuevo con sus brazos, haciendo que mi espalda chocara con su pecho.

—Te amo, te amo, te amo. —Comenzó a decir a la vez que me hacía cosquillas en el abdomen.

Criaturas Malditas #2: Tu Dueño, Tu TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora