Eran tantas cosas las que vagaban por mi cabeza. Habían pasado ya varios días desde su confesión de ser un hombre lobo. Claro que aún no le creía, pero eso no quitaba el hecho de que constantemente me preguntara si era cierto o no, ¿era posible?
Mi cabeza decía que no, pero entonces, ¿por qué existía la duda? ¿Era probable que me estuviera volviendo loca ya?
—Se ve hermosa.
La voz de Rosa hizo eco en mi cabeza, haciendo que regresara a la realidad. Matías me informó que hoy por la tarde llegarían unas personas importantes y que durante el poco tiempo que nos acompañarían era necesario fingir que éramos pareja. Para ser más exactos, ellos vendrían a corroborar que lo fuéramos.
Nada de esto tenía sentido y estaba en mí la ligera sensación de que entre más tiempo pasara aquí, menos podría entender lo que ocurría.
Cerca del medio día llegó una mujer que se dedicó con todo esmero de eliminar mis ojearas, peinar mi cabello y decidir qué atuendo debía usar. Y si, se podía decir que estaba lista, pero ni con tanto maquillaje, ni el vestido (que si no hubiera sido por las circunstancias me encontraría adorando y admirándolo), hacían que mis ojos dejaran de lucir lejanos, fuera de este mundo. No los culpaba, mi cerebro andaba por el mismo camino. Solo era capaz de regresar a la realidad por insignificantes momentos, o cuando estaba frente a un espejo y me percataba de lo perdida que me veía.
—Gracias Rosa. —Traté de obsequiarle una sonrisa, pero se desvaneció antes de que terminara de formarla.
Estaba muriendo de nervios, no quería cometer algún error. Necesitaba que todo saliera bien, que esos visitantes creyeran el cuento de que la Bestia y yo éramos una buena pareja, pues, aunque Matías no se había acercado más a mí ni realizado alguna mala obra por asustarme o aprovecharse, sabía que nada bueno resultaba cuando me encontraba a su lado.
No tuve mucho tiempo para seguir con la tortura de mis pensamientos, pues sin previo aviso Matías se encontraba frente a mí. Vestía de traje, lo que me sorprendió un poco, pues comúnmente vestía tan casual que nadie se imaginaría que era el dueño de esta mansión, pero, en fin, no se viera mal, al contrario, parecía que le iba mejor a su estilo.
—Ya es hora.
Me incorporé del sofá hasta llegar a él, quien me tomó del brazo para salir rápidamente de la habitación.
Al menos se mostraba tranquilo y no como regularmente vivía, molesto. En cuento estuvimos frente a las puertas del gran salón me susurró muy por lo bajo que me tranquilizara, que todo iba a estar bien. Dicho comentario solo hizo que mis nervios incrementaran ya que eso señalaba una sola cosa, que era evidente que mi actuación sería un desastre.
Al ver que solo había dos hombres desconocidos, Miguel, otro hombre que podía asegurar que pertenecía al personal de seguridad de Matías por la vestimenta que llevaba, y nosotros dos, en el salón, mi vestimenta y todo aquel accesorio que llevaba encima parecía ser demasiado, aunque después entendí la verdadera razón por lucir despampanante. Debía causar una buena impresión ante semejantes vejestorios.
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Criaturas Malditas #2: Tu Dueño, Tu Tormento
Hombres LoboMatías es el líder de una manada y debe encontrar a su mate para ascender a Alfa de Alfas o su manada estará en peligro. ¿Qué pasará cuando no encuentre a su mate y su única solución sea aceptar a una humana? Disfrutó tanto ver aquellos ojos que re...