Haechan | Nohyuck

Capítulo Final

Jeno limpió el vapor del espejo con la toalla y encogió la nariz ante los nuevos olores mezclándose en el pequeño cuarto de baño, su cabeza y pies se movían al ritmo de la canción sonando. Cuando sus ojos se encontraron con su reflejo sintió una crisis existencial comenzando, de repente se sintió vivo, consciente de sus pensamientos y una sonrisa se expandió lentamente. Se sentía agradecido de que ese momento fuera real, porque hace unos meses pensó que jamás podría volver a sentirse así.

Había dejado repentinamente su hogar de toda la vida después de una pelea con su madre que ahora apenas podía recordar, en medio de la ira ella le gritó que mientras viviera bajo su techo Jeno debería seguir sus reglas, no imaginó que el chico tomaría sus ahorros y firmaría un contrato de arriendo días después.

Al principio fue divertido. Consiguió un departamento demasiado pequeño en el que chocaba con todo, que costaba más de lo que se esperó, pero era suyo por el momento. Se sintió orgulloso de su independencia.

La felicidad duró unos dos meses.

Vivir solo era más caro de lo que pensó. Le costó organizar su tiempo para poder mantener su trabajo en la cafetería, seguir aprendiendo en la academia, aceptar trabajos como bailarín, y hacer que el dinero que ganaba no se le fuera de las manos antes de que llegara a éstas.

Al principio Donghyuck se quedaba los fines de semana, cuando Jeno necesitó más horas de trabajo redujeron su tiempo de calidad a un día y luego a solo la mitad del domingo porque estaba tan cansado que despertaba para el almuerzo. Como Hyuck estaba ocupado con sus estudios y tampoco tenía mucho tiempo, no sintieron que había un problema, trataban de enviarse mensajes y hablar por videollamada durante la semana, generalmente antes de dormir.

Su novio se mudó temporalmente con él durante las vacaciones de invierno para aprovechar cada segundo juntos. Ese fue el inicio del caos.

Tal vez fue porque Donghyuck había idealizado el vivir juntos, o porque la mente de Jeno estaba demasiado adormilada por el cansancio, que tuvieron pequeñas discusiones desde el principio. Ambos tenían sus costumbres y rutinas, no se dieron cuenta hasta ese momento lo problemático que era compartir el mismo espacio.

No había querido darle tareas ya que era un invitado, sin embargo, después de los repetidos reclamos sobre la cantidad de sal en las comidas que preparaba, terminó dejándole la cocina. El problema era que Donghyuck odiaba lavar los utensilios y el espacio apestaba cuando llegaba de trabajar.

Debido a la universidad, el moreno estaba acostumbrado a dormirse tarde, así que siempre trataba de que Jeno se quedara despierto con él. El rubio había querido que desayunaran juntos por las mañanas, pero Donghyuck tenía muy mal despertar y acababan peleados.

Había cosas buenas también, como los besos sobre la mesada, los abrazos espontáneos, los paseos desnudos y los arrumacos en el sillón. Pero cuando las vacaciones terminaron, ambos se sintieron aliviados, tal vez demasiado.

—Buena práctica para cuando vivamos juntos después de que me gradúe —comentó Hyuck.

Era la última noche que pasarían juntos, Donghyuck comenzaba un nuevo semestre el siguiente día. Se habían acostado después de una pequeña discusión sobre la temperatura del agua en la ducha así que estaban separados por algunos centímetros, había una película reproduciéndose a la que no le ponían atención.

—¿Será así siempre? —Suspiró Jeno—. No creo que quiera vivir así el resto de mi vida.

Donghyuck se quedó en silencio, sopesando las palabras. Un agrio sabor en su boca comenzó a irritarle.

—¿A qué te refieres? —Cuestionó.

—Hemos estado peleando todos estos días... Hyuckie, ha sido jodidamente agotador —respondió.