Capítulo 4

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—Voy tarde—digo en voz alta movilizándome por la habitación. Escucho la risa de Koga a mis espaldas por lo que giro a mirarlo—tú también vas tarde—le recuerdo borrándole la sonrisa del rostro. Él maldice y se levanta para lanzarme mi blusa mientras yo le lanzo su bóxer y nos vamos cambiando con rapidez.

Seis meses.

Seis meses desde que acepté este loco acuerdo donde tenemos sexo. Miro a Koga quien no solo me ha dado un estupendo sexo, sino también me ha hecho sentir muy bien. Porque él sabe cómo tratar a una mujer, como hacerla sentir valiosa.

Alejo esos pensamientos porque realmente voy tarde a mi clase, así que salgo poniéndome los zapatos, sé que peinar mi pelo en este momento sería algo estúpido porque se arruinará por lo que solo me aplico un poco de labial y veo a Ayumi admirar a Koga antes de centrarse en el libro frente a ella. Escucho las maldiciones de Koga y me muevo rápido a subir en su coche. Él conduce como loco hasta que estacionamos y salgo corriendo sin siquiera despedirme, no llego tan puntual como quería y eso mi profesor me lo hace saber con un regaño.

Tomo asiento al lado de una chica muy sonriente que tiene un aura de chica sexy. Ella apunta con rapidez todo mientras veo al maestro hablar cosas que simplemente no entiendo.

—¿Aburre, cierto?—su pregunta me hace girar a mirarla. Ella sonríe un poco—el maestro—aclara y asiento—soy Neia—saluda.

—Tienes un acento bonito—comento sin poder evitarlo. Su piel achocolatada la hace ver hermosa.

—Soy una orgullosa dominicana que creció acá—me guiña un ojo. Veo su cabello totalmente oscuro cayendo en una maraña de rizos hermosos.

—Soy Ayame—comento con una sonrisa.

—Lo sé—responde moviendo con suavidad su bolígrafo.

—¿Lo sabes?—ella asiente—¿Por qué lo sabes?—pregunto con curiosidad y ella sonríe.

—Porque Koga me habló mucho de ti—responde con tranquilidad—la pelirroja que lo trae loco, Ayame Higurashi—muerdo mi labio inferior tratando de no sonreír.

¿Por qué Koga hace cosas como esas?

—¿Les importaría dejarme continuar la clase?—habla el maestro y ambas hacemos silencio prestando atención a la clase. Mi mirada choca con sus ojos marrones muchas veces y ella sonríe como si estuviese encantada con la idea, cosa muy rara. Al terminar recojo mis cosas con paciencia sabiendo que Koga pasará por mí para ir a comer. Me quedo sentada viendo como el salón va quedando completamente vacío.

—Ayame—me llama la chica con una sonrisa—ya entiendo porque que Koga babea por ti, siendo sincera eres mi tipo, es una lástima que no le guste compartir a Koga—hace un puchero.

—¿Te van las mujeres?—ella se acerca a verme de frente.

—Sí, también los hombres. Soy bisexual—aclara con orgullo—es una lástima que Koga no se atreva a hablarte del trio y...

—¿Qué trio?—comento parándola. Ella me mira y si su piel fuese más clara estoy segura que estaría sonrojada.

—Oh nada, nada—habla rápido—nos vemos en la próxima clase—grita corriendo con rapidez para escapar de mi campo de visión.

Espero con paciencia a que Koga aparezca, lo veo llegar con una sonrisa en los labios buscándome. Al dar conmigo sus ojos caen un poco haciendo un recorrido por todo lo que él disfrutó esta mañana. No puedo evitar hacer lo mismo dándome cuenta de que desde que estoy con él mi atención no ha ido a nadie más. Koga suspira y se acerca hasta detenerse frente a mí, tomando mi mentón lo eleva un poco para poder besarme con suavidad y lento, pero muy húmedo. Disfruto su contacto con mucho entusiasmo mientras él se dedica a hacer que mi razón caiga poco a poco.

Nos separamos pro falta de oxígeno y él deja corto besos en mis labios antes de retirarse y tomar mi mano para levantarme del asiento. Lo hago y caminamos uno al lado del otro para ir a comer, al principio ambos nos ganamos muchas miradas curiosas, pero parece ser que eso quedó atrás porque ya para todos es normal vernos juntos.

—El mejor Spider-Man fue el de la primera película—dice con tranquilidad, una de nuestras muchas discusiones tontas.

—Creo que Tom Holland lo hace mejor, él es un encanto—suspiro al recordar a tan lindo actor.

—Solo es tu chica interior hablando—refuta.

—Soy una chica Koga—le recuerdo e ingresamos a la cafetería yendo a la fila para comer.

—Si no me lo dices ni lo noto—veo como rueda los ojos y golpeo su espalda causando que se ría. Ordenamos lo que comeremos cuando llegamos y él paga antes de que pueda hacerlo, ruedo los ojos y muerdo mis labios observándolo con intensidad mientras caminamos. Koga se ha convertido en algo más que simple sexo, se ha convertido en un buen amigo y creo que hasta me está gustando mucho, cosa que creí que no pasaría, digo, antes me gustaba como un amor platónico, pero ahora lo siento más adherido a mí, no sé cómo explicarlo, pero es como si algo más fuerte nos uniera.

Él se encuentra con mi extraña mirada cuando llegamos a la mesa y tomo asiento sin dejar de observarlo, él cruza los brazos a la altura de su pecho y se inclina hacia adelante para mirarme con mucha más profundidad. Trago en seco sintiendo la necesidad de estar más apegada él, sentir sus besos en todo mi cuerpo.

—¿Qué pasa?—cuestiona él con una sonrisa—no recuerdo haber matado a alguien para que me mires como si fuese un criminal—dice con una pequeña sonrisa. Suspiro y como soy así de directa sonrío.

—¿Se puede saber de qué trio hablabas con una chica llamada Neia?—cuestiono y veo como su boca se abre y mira a los lados—porque no recuerdo que eso lo hablaras conmigo Koga, ¿esa es tu fantasía?—pregunto inclinándome hacia adelante para verlo más de cerca—porque si es de esa manera no entiendo por qué no lo hablamos, te he preguntado muchas veces si tienes alguna fantasía—digo con una sonrisa.

—No creo que este sea el mejor lugar para hablar de eso—murmura con una pequeña sonrisa.

—Bien, comamos y hablemos de eso—susurro. Lo hago rápido y él también antes de llevar lo que utilizamos e irnos a un área más desierta. Koga parece algo nervioso y yo solo lo dejo estar.

—Bien, aquí vamos—dice mirándome—quiero tener un trio contigo y con esa chica—dice mirándome—la idea de tenerla a ambas me está enloqueciendo, admito que lo he imaginado muchísimo, pero no comenté nada para no hacerte sentir algo incomoda—dice mirándome y suspiro.

—Koga, pensé que nos teníamos mucha confianza como para contarnos estas cosas. Yo te hablé de mi fantasía—ruedo los ojos.

—Si, como olvidar que quieres que te folle vestida de monja mientras te reprendo—sonrío con gracia porque cuando esa idea apareció en mi mente hace mucho tiempo se convirtió en una de mis fantasías.

—De hecho, ya conseguí el traje, así que cuando quieras—le guiño un ojo y lo escucho reír. Él se deja hacer en el césped y yo me siento ahorcadas sobre él. Las manos de Koga van a mis caderas y me regala una hermosa sonrisa antes de acercarse y besar con suavidad mis labios haciéndome suspirar sobre ellos. Por este tipo de demostraciones es que comienzo a creer que esto es algo más que simple encuentros carnales, así él los hace sentir mientras me besa o me toca con tanta familiaridad.

—Estás loca Ayame—susurra—pero me gustas—lame mis labios antes de comenzar a besarme con mucha lentitud, pero de manera profunda y húmeda. Mis manos van a su cabello enterrando los dedos en esa suavidad antes de ponerme al día con él del beso. Lamo gustosa esos adictivos labios que tiene antes de separarme un poco para mirarlo a los ojos.

—¿Quieres un trio?—pregunto mirando la profundidad de esos ojos azules.

—Lo quiero yo, pero no tú Ayame. No quiero que vayas a considerar la idea solo por complacerme, me gustas y la idea es excitante, pero no haremos nada que te haga sentir incomoda. No quiero eso—sonrío y me acerco para mordisquear sus labios con sensualidad haciendo que suspire de gusto.

—Quiero hacerlo—susurro—no por ti, sino porque esto ha despertado mi curiosidad, ¿la chica está limpia?—pregunto mirándolo y él asiente.

—¿Quieres hacerlo?—asiento mordiendo mis labios.

—Espero que la experiencia valga la pena—digo y él se ríe.

—Ya veremos—me guiña un ojo antes de volver a besarme.

Chantajes y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora