Capítulo 14

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No puedo evitar reír mientras Koga baila junto a Sesshomaru. Miroku besa a Sango y Kikyo debió irse hace un rato porque no aguantaba los pies por lo que Naraku se fue con ella. Kagome a mi lado está bebiendo mientras se mueve al ritmo de la música que suena, todo esto porque nuestra hermosa y nada angelical Rin está de cumpleaños. Hicimos algo sencillo en casa de mi tía, pero lo curioso es que la cumpleañera desapareció hace media hora cosa que todos estamos intentando ignorar.

Sonrío una vez más cuando Koga me señala y comienza a mover el culo, al menos sé que si él pierde su trabajo alguna vez puede dedicarse a la vida de mover ese culo.

Que bello culo tiene, tan presentable

—Koga tiene un culo increíble—jadea Kagome mirándolo.

—Sigo a tu lado Kag—gruñe Inuyasha, pero ella parece no darle importancia mientras sigue mirando a Koga.

Me empino de la botella que tengo en mano mientras me acerco a él moviéndome. Sonrío cuando llego a su lado porque él me toma de la cintura haciéndome moverme junto a él, con una pequeña y pícara sonrisa me insta a ir más con los movimientos de cadera que hago.

No soy la mejor bailarina, pero me sé defender muy bien. Es por eso que giro y muevo mi culo de tal manera que Koga tiene que tomar una seria respiración profunda. Me inclino un poco para dar justo con su entrepierna y él es un descarado cuando embiste, la sonrisa se me esfuma y la de él crece.

—¡Busquen una habitación!—grita Sango quien tiene las manos de Miroku en su culo.

—Mira quien lo dice—comento parando de bailar, ella me guiña un ojo y cuando Koga no la ve, me señala su culo haciendo una seña obscena que se paga una palmada en su culo por parte de Miroku.

—El descaro es de familia—es todo lo que dice Inuyasha al pasar por mi lado—mi esposa quiere verte el culo más de cerca Koga—comenta deteniéndose frente a nosotros.

—¿Y dejarás que me mire el culo?—pregunta Koga.

—No, para eso me tiene a mí—dicho eso se sube a una mesa y sin que lo esperemos se quita pantalón quedando en un bóxer ajustado que nos hace abrir los ojos.

—¡Miren el monstruo que se come mi hermana!—el grito de Rin no nos saca de nuestra ensoñación. Mi mirada va al paquete de Inuyasha, mierda, está bien dotado.

—¡Ayame!—gruñe Koga a mi lado, pero juro que aunque quiera, no puedo.

—¡Rin!—Kagome grita roja de la vergüenza o la calentura, no lo sé, porque mejor estoy atenta a Inuyasha que menea el culo como todo un profesional.

—¿Viste esa bestia?—pregunto a Koga aun sin salir de mi trance.

—El mío también es grande—habla ofendido. Me rio girando a verlo, tiene el ceño fruncido por lo que le doy un beso.

—¿Hablarás de tu pene? Porque sabes que me gusta hacer mejores cosas que con el que hablar—lamo mis labios cuando sus ojos brillan emocionados.

—¡Joder, que siga la fiesta!—grita Rin uniéndose a Inuyasha para bailar.

—¿Y qué harías con mi pene?—pregunta Koga con una sonrisa.

—Vamos a un lugar privado y te muestro—le guiño un ojo y me alejo con una sonrisa.

***

—¿Me estás diciendo que es San Valentín y no me tienes un regalo?—pregunta Koga supuestamente ofendido, pero al diversión en su voz lo delata.

—Sabes que soy mala para los regalos—él sonríe.

—Lo sé, eres pésima para eso—nos encontramos en mi departamento porque decidimos que solo queríamos ver películas mientras comemos pizza. Ya te digo que soy la mujer menos romántica, pero ver todas esas cursilerías de amor en las calles posiblemente me haga vomitar un arcoíris, así que opté por la opción donde puedo tener a Koga solo para mi sin fastidiar el día.

Es por esa razón que estamos en mi cama mientras una película de Marvel continua y tomo otro pedazo de pizza para llevarla a mis labios. Casi gimo por lo deliciosa que sabe antes de girar a Koga que me tiende una soda. Le doy un largo trago y le sonrío.

—Pero sé que tú si sabes cómo dar regalos y me vas a sorprender—parpadeo de manera adorable hacia él causando que él se ria.

—Uno muy increíble—me guiña un ojo antes de lanzarme un sobre. Lo abro con rapidez y al ver esto él se ríe. Cuando miro los boletos frunzo el ceño.

—¿Volaremos?—pregunto.

—Más bien, nos tomaremos unas vacaciones. Quiero ir a Italia, Colombia, Grecia y luego iremos a un crucero. Solos tú y yo—giro a mirarlo y la sorpresa es notable en mi expresión.

—¿Es de verdad?—pregunto aun con sorpresa. Él asiente y yo me lanzo ahorcadas sobre su cuerpo y lo beso como una loca desesperada, él se ríe en mis labios, pero cuando nota la seriedad en mi beso la diversión se apaga para dar paso a lo ardiente—me encanta—le doy un beso—es realmente sorprendente—él quita un mechón de mi rostro para ponerlo detrás de mi oreja.

—Me alegro que te gustara—acaricia mis labios con tranquilidad—te amo Ayame, te amo mucho—sonrío y me inclino una vez más para besarlo.

A la loca obsesiva que nos estaba chantajeando le toca unos años en prisión, mientras nosotros fuimos multados por tener sexo en la azotea de Koga, las cosas habrían ido más lejos, pero Naraku es el súper abogado del año que nos salvó el culo, le debemos demasiado a ese hombre. Así que la loca obsesiva tiene nombre y es Kily, nombre con el que Koga hace muchas bromas de mal gusto, pero ya debemos saberlo, Koga es un poco idiota.

Me alegro de una cosa, que aun estando entre chantajes y mentiras nosotros nos dimos la oportunidad de amarnos, me siento feliz a su lado y aprendemos cada día del otro. Somos a veces tan complicados y a veces tan iguales. Koga me tiene paciencia en muchas cosas y yo otras a él, Koga volvió a ser ese chico.

El que no es un príncipe, pero me trata como una princesa. El que no es de detalle, pero no pierde oportunidad de mencionar lo hermosa que soy o lo hermosa que me veo cuando me visto.

Koga puede ser encantador, como puede ser un idiota, pero en ambas versiones sigue siendo el hombre que amo y eso está bien. Nadie es perfecto, todo es intentar dar lo mejor del otro.

—También te amo—susurro y lo beso una vez más.

Realmente lo amo.

Chantajes y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora