Capítulo 13

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Koga

El ambiente relajado que había antes ha desaparecido por completo al ver la mujer de sonrisa divertida mirarnos. Estoy confundida porque no logro adivinar quién es ella. Ayame la mira fijamente con la misma confusión que debo sentir yo en este momento. Al lugar entran tres hombres acompañándola y la manera en que ellos recorren a Ayame me tensa por completo.

—Mira que hermoso te queda el vestido—habla la mujer sin dedicarse a darme una sola mirada, todo lo que hace es comerse a Ayame con los ojos.

—¿Quién demonios eres?—pregunto con mucha seriedad en mis palabras.

—¿En serio no me reconocen?—cuestiona ella—esperen, tengo algo que si me ayudará—levanta el teléfono hacia nosotros y el cuerpo de Ayame se tensa cuando el jodido video comienza a reproducirse. Siento como me tenso porque se supone que ese fue un momento nuestro, no algo para que estas malditas personas quieran chantajearnos y mantenernos en estado de alerta.

Veo el rostro de Ayame, ella se muestra desafiante, como siempre, pero sé que en su interior está odiando cada maldito segundo de esto. Era nuestro momento, nadie tiene por que firmarnos de esa manera para actos tan bajos. ¿Qué quieren a Ayame? Tendrán que pasar sobre mi jodido cadáver si quieren tocarla porque solo muerto permitiría algo así.

—No sabemos quién coño eres—habla Ayame molesta. La mujer se lame los labios y la lujuria en sus ojos al verla me molesta.

—¿Recuerdas que me hablaste en la biblioteca un día?—pregunta con mucha ilusión, la cara de Ayame es toda la respuesta que necesito.

—No, en serio, no sé quién eres—dice ella con tranquilidad.

—Soy la mujer que ha pasado años esperando por un maldito momento junto a ti—gruñe ella y la mirada que le da hace que los vellos de mi piel se ericen porque parece una lunática—te vi por mucho tiempo, te deseé tanto, imaginé todas las veces en las que pude follarte, soñaba con darte placer, en cómo se sentiría poner mi boca en ti—la veo lamerse los labios.

>> El día que fui valiente te veía las tetas y todo lo que podía, estaba tan caliente que me iba a tocar frente a ti en la biblioteca, te lancé mi carta de invitación y la rechazaste—ella gruñe molesta—sin embargo, resulta que aceptaste un jodido trio con una perra que no debió tocar lo mío—ella da unos pasos adelante y Ayame se queda en el mismo lugar sin parecer afectada con la mirada que le lanza la mujer.

—No es mi interesan tus locas ideas conmigo—la interrumpe Ayame con tranquilidad, le da una sonrisa cínica—así que todo este drama es porque no quise dejarme follar por ti, sé que estoy buena, pero no pensé que al punto de obsesionarte—Ayame da leves pasos para acercarse a ella—borra el puto video—le habla cerca y la mujer parece que quiere desmayarse solo con verla.

—Eres más hermosa de cerca, los años te favorecen—susurra ella con una sonrisa—me encantaría meterte los dedos, seguro que mojas de manera estupenda—susurra ella.

—Lo hago, pero eso solo Koga será capaz de comprobar porque no dejaré tocarme por ti, ahora borra el puto video—amenaza.

—No sé qué le ves a ese hombre, ni siquiera folla tan bien—dice.

—Créeme, folla increíble—mi ego se eleva ante la declaración de Ayame.

Vamos, al final soy hombre y que una mujer diga eso me enciende de una manera que no pensé ser posible. Estoy tan atento a Ayame que me olvido completamente que hay tres gorilas con ella, cuando me vengo a dar cuenta me arrepiento de haber perdido la concentración, porque lo próximo es sentir un maldito puñetazo que me revienta el rostro del dolor y me hace caer hacia atrás.

Chantajes y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora