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La Galaxy Garrison, conocida por dar a los mejores pilotos de la historia, generación tras generación, o así solía a ser, ahora tenía en competencia a los antes conocidos como "soldados rebeldes" de Marmora.

Ambas eran increíbles formando a pilotos, y en lugar de hacerse competencia, colaboraban entre ellas para formar de la mejor forma posible a sus pilotos, como profesionales y como personas, aunque la normativa en Marmora era mucho menos estricta.

Para que los chicos llevasen un equilibrio y convivencia entre ellos, todos los becados compartían habitación a modo de sorteo, manteniendo a un compañero de habitación durante su formación, y podías convivir con alguien que fuera a tu misma institución y clase, con alguien de otra clase o de otra institución, pero siempre del mismo curso.

-Genial, mi suerte es horrible,_se quejó el cubanito,_tú estás con Pidge, y yo con uno de esos rebeldes.

-No seas quejica,_le respondió la italiana, que era de las pocas chicas que pertenecían a la institución, y sí, podían compartir habitación personas del mismo o distinto sexo.

-¿Y si es de Marmora?,_les preguntó, que en el fondo, aunque las instituciones hicieran lo imposible por impedirlo, entre pilotos había roces por ver si eran mejores los que formaban una o la otra.

-No será el fin del mundo, Lance, son igual que tú o que yo, vienen aquí a aprender,_Hunk siempre arrojaba luz sobre las situaciones, por eso lo adoraban.

Por otro lado, Keith estaba escuchando una laaaaarga charla de Shiro, su prueba de iniciación había sido la mejor, nivel 107, pocos pilotos experimentados llegaban a ese nivel.

-Que me voy a portar bien, además, en Marmora no son tan estrictos, mamá estará vigilando, así que relájate,_Shiro cargaba una maleta y Keith la otra.

-Mamá se ira de misión en unos días y tardará en volver varios meses, lo sabes, así que deja de poner esa cara y presta atención, este espacio es compartido, se siguen las normas de la Garrison,_Shiro adoraba a su hermanito menor, pero sabía lo temperamental que era.

Todos conocían al niño bonito de la Garrison y por supuesto a Keith, que era el cotilleo del año, que había dejado a todos con la baba cayendo en la prueba y encima era guapísimo, eso sí, un carácter de mierda.

-¿Te lo vas a cortar?,_le preguntó, que el pelito le llegaba por la cintura.

-Mamá me ha dado el ultimátum, así que.., esperare a ver si me libro, se va en tres días,_Shiro no pudo evitar reírse, que conocía a su hermano, iba a evitar cortarlo.

-Bueno, la número 25, ya casi estamos,_el azabache sonrió, que en el fondo hasta le hacía algo de ilusión.

Lance había sido abandonado por los otros dos, y literal, en la calle, porque se había quedado fuera y por una corriente de aire se le quedaron las llaves dentro, y con el lío de habitaciones, los de recepción le dijeron que esperase hasta más tarde o hasta que llegase su compañero.

-¿Hola?,_Keith no sabía si saludar o no a ese chico deprimido y echo bolita en el suelo, que escondía su cara entre sus piernas.

-¿Hola?,_el morenito alzó su cabecita, para ver unos hermosos ojos violeta, los había visto antes, en la prueba, el mejor de todos Keith Kogane.

-Esto, esa es la mía,_le dijo señalando la puerta.

Y Lance lo abrazó, para después explicarle la situación y terminar ambos riendo ante la atenta mirada de Shiro.

Unas presentaciones, una charla agradable, Lance había pasado una noche sin dormir y un día de nervios y asqueroso para nada. Joder que se pasó la tarde de charla con una leyenda, y encima acabaron de merienda en el comedor como si nada.

Klance OneShots Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora