Capítulo 2

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Travis

Parecía ser mi día de suerte. Mark, el dueño de la carnicería me había invitado varios días antes de cacería y había conseguido aniquilar a 4 ardillas y 1 un ciervo, casi fueron 2 pero el segundo se escapó gracias al ruido de unas llantas derrapando. Aparentemente alguien iba con mucha prisa. No soy aficionado a la cacería, pero entiendo que es algo que debe hacerse para sobrevivir, para poner comida sobre la mesa. Meterse entre los árboles y esperar a que alguna presa se mueva dentro de tu línea de visión requiere paciencia para esperar y un poco de sangre fría para disparar. Dos cualidades que tengo y me hacen buen candidato para el trabajo. Tampoco puedo negarme, necesito el dinero que Mark paga por cada presa.

- Sera mejor que regresemos. No querrás abusar de tu suerte, ¿eh? - Me dijo él y asentí.

Caminamos de regreso a la camioneta de Mark en silencio. No soy una persona que tenga mucho que decir, me gusta que la gente sienta que no me conoce, que no sepa nada de mí, aunque la mayoría de las personas del pueblo me conoce desde niño. Mayormente me muestro serio y los que apenas me conocen sienten temor al verme, eso me gusta, hace que me respeten. No me interesa hacer amigos, estoy bien yo solo. Aunque muchas personas del pueblo están pendientes y preocupados por mi todo el tiempo. Por ejemplo, Joy, la hija del cantinero. Es una chica realmente amable, iba a la escuela conmigo y jamás tuvimos una conversación hasta que terminamos la secundaria. Descubrió por si misma que no era un tipo peligroso como mostraba serlo y poco a poco consiguió confianza para entablar una charla o prepararme la cena de vez en cuando. No es que fuera un imbécil y no lo apreciara, lo hacía, pero no me gustaba que la gente sintiera lastima por mí porque saben que mis padres murieron cuando aún era un adolescente y vivo solo a varios metros del pueblo. Pero no quería pensar en eso.

Los que conocían a mis padres sienten aprecio por mi e inevitablemente lastima y quieren ayudarme en todo lo que pueden. Pero yo soy el tipo de persona que prefiere ganarse las cosas, por eso soy como el empleado de todos. Hago trabajos que me hacen ganarme lo que ellos en realidad quieren regalarme. Así es como mis padres me criaron y como quisieran que yo fuera.

Si mamá estuviera viva, trabajaría en la cantina, aunque eso no sería suficiente para ella, siempre fue una mujer incansable. Podía hacer un montón de trabajo y aun así no agitarse. Y si papá estuviera vivo, probablemente estaría haciendo todos los trabajos que yo hacía. Lo había visto incontable cantidad de veces salir temprano en la mañana y regresar por la noche. Pero a pesar de adorar poner sus cuerpos a trabajar arduamente siempre guardaban una gran cantidad de tiempo para mí. Para ayudarme con las tareas de la escuela y educarme como es debido. Y aunque parezca que eran unas personas estrictas y duras, eran todo lo contrario, eran amables y cariñosas, por eso se habían ganado el cariño de todo el pueblo. Todos querían pasar tiempo con ellos. Y yo más que todos, los adoraba. Después de todo, eran mis padres. Sabia por observar a otros padres que yo me había sacado la lotería con ellos y que era afortunado de tenerlos... Hasta que ya no los tenía.

Todavía podía recordar aquella noche nevada, yo los esperaba en el sofá y ellos no llegaban. No era tan habitual que se demoraran en llegar cuando yo estaba solo. Pero ese día había tenido clases hasta tarde y mamá y papá habían tomado el trabajo de ir hasta un pueblo cercano a conseguir algunos recados. Se habían ido en el coche a pesar de que todos les habían advertido que las calles podían ser peligrosas cuando había heladas, por supuesto, ellos también lo sabían bien. Y se arriesgaron. Y nunca volvieron.

Alguien se había acercado a mi casa aquella noche y me encontró dormido en el sofá, nadie me dijo nada y adormilado intentaron llevarme lejos de mi casa, pero me negué, quería esperar a mamá y a papá. Yo ni siquiera sabía que era de madrugada y ellos habían muerto. No iban a regresar.

[1] I almost do (Saga: Out Of The Woods)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora