[1] I almost do (Saga: Out Of The Woods)

Capítulo 6

Alice

Llevaba horas indagando en mi mente en busca de algún tipo de recuerdo, por mínimo que fuera, quería recordar y me sentía tan frustrada e impotente. Camine de un lado a otro, me senté en la cama, di vueltas por la cocina y hasta me puse de cabeza en el sofá, pero nada me tranquilizaba, nada podía quitarme de la cabeza la idea de recuperar mis recuerdos y mi vida sea cual sea. Y cuando menos lo esperaban mis ojos ardieron hasta que las lágrimas abrazaron mi rostro intente secarlas con el reverso de la mano, pero era inútil no podía parar de llorar.

¿Quién era? ¿De dónde venía? Mi nombre era todo lo que había recordado y no era de mucha ayuda no me decía nada sobre mí.

Estaba atrapada en una especie de pesadilla y si no recuperaba nada esto jamás terminaría, y no solo era malo para mí, Travis tenía que lidiar conmigo cuando era más que obvio que me detestaba.

Tenía que tomar estos malos momentos como un viaje y como todo viaje tiene un final. Esperaba que fuera un final a favor para todos ya que si recuperaba mis recuerdos no solo yo volvería a mi vida, sino que todos los que estaban tratando de ayudar e incluso Travis se alegraría de que ya no estuviera. Y yo estaría feliz porque él lo estaría.

Me puse de pie y fui directo al baño. Pronto el agua caliente había lavado todas mis preocupaciones y me sentía como nueva pero cuando me disponía a salir de la ducha note que alguien me observaba desde la ventana e inconscientemente grite tan fuerte que algunas aves que reposaban en los arboles salieron volando espantadas.

Un hombre, que nunca había visto, estaba mirándome con los ojos muy abiertos, examinando mi cuerpo apenas cubierto por una toalla. Mis mejillas ardían y mis rodillas temblaban. ¿Qué hacia ese tipo ahí? No podía controlar mi cuerpo, estaba paralizada, como pegada al suelo, pero cuando la figura de Travis apareció detrás de aquel hombre mi cuerpo reacciono.

Él seguía hablando sin percatarse de la presencia de Travis, me miro y luego arrojo al tipo al suelo. La mirada asesina en su rostro fue lo que me hizo darme cuenta de que estaba realmente enfadado y quien sabe lo que podría hacer. Grite su nombre, pero no reaccionaba era como que estaba sordo. Maldije y corrí hacia la habitación. Tomé una camiseta y un pantalón y me los puse lo más rápido que pude mientras saltaba hacia la salida.

Corrí hacia donde se encontraba Travis y al verlo volví a perder el control de mi cuerpo haciendo que este se quedara congelado otra vez. Estaba a punto de golpear a ese hombre y todo por mi estúpido grito. Ni siquiera había hecho algo realmente malo, lo que sería realmente malo sería el golpe que Travis iba a darle. No sabía qué hacer, como detenerlo. Eliot estaba ahí observando sin hacer nada, parecía familiarizado con la reacción de Travis, como si supiera que intentar detenerlo era inútil.

Corrí hasta llegar a Trav y tomé su puño en mis manos.

- Alice – oí que llamo Eliot, pero no me detuve.

- No lo hagas - susurre desesperada. - Por favor, no. – Mi respiración entre cortada no me dejo hablar más, pero la mirada desorientada de Travis me dijo que ya no tenía intenciones de golpearlo. Sus puños se abrieron poco a poco hasta que finalmente lo dejo ir. Eliot se encargó de hacer las preguntas mientras Trav y yo nos mirábamos fijamente como algún tipo de conversación silenciosa.

- ¿Estas bien? - Le pregunte aun sin poder controlar mi respiración.

- Sí - respondió sin cambiar su expresión desconcertada mientras me miraba. Estaba tan asustada y temblorosa, sorprendida por haber podido evitar un desastre que no podía cortar el contacto visual. Estaba atrapada en sus ojos oscuros.

Una vez que Lucian se fue, Trav y Eliot regresaron al trabajo.

Y yo volví adentro y estuve sentada en la cama observando la nada hasta que ya era de noche.

Oí la puerta de entrada cerrarse y los pasos de Travis que se acercaban.

- Traje la cena - me señalo el paquete que llevaba en las manos.

Asentí y lo seguí hacia la cocina.

Miré de reojo a Trav mientras cenaba, yo por mi parte no probé ni un bocado.

Me gustaría recordar cual es mi comida favorita, pensé mientras observaba la lasaña frente a mí.

Y no podía quitar de mi cabeza esa idea, recuperar mis recuerdos era lo que más deseaba y eso estaba deprimiéndome. Estaba destruyéndome. Algo dentro de mí me decía que debía ser optimista y paciente. Era difícil. ¿Qué tal si había olvidado algo horrible? ¿Y si mi vida era un desastre y por eso la había olvidado? Esa idea me atormentaba cada minuto, pero la descartaba. Fuera lo que fuera que haya olvidado, quería recordarlo. Sino, sería un don nadie el resto de la vida. Una carga. Y no quería eso.

- Ni siquiera probaste tu comida - observo Trav.

- No tengo hambre.

- Vas a enfermarte si no comes.

- Lo sé solo no tengo hambre - suspire.

- ¿Qué es lo que sucede? - Pregunto sin siquiera mirarme fingiendo indiferencia. Sonreí justo a tiempo para captar su mirada incrédula. - ¿Por qué sonríes?

- Te preocupas por mí - sonreí aún más.

- No digas tonterías - aparto la mirada.

- Oh vamos, no finjas. No tiene nada de malo preocuparse por los demás, yo lo hago o al menos hoy lo hice. Creí que matarías a ese pobre chico, ¿Por qué no lo hiciste?

Cruzo los brazos sobre su pecho y parpadeo.

- No iba a matarlo solo golpearlo un poco.

- A juzgar por tu mirada yo diría que no iba a ser solo un poco golpeado - fruncí el ceño. – Más bien, pareció como que ibas a matarlo a golpes.

- Como digas, solo come algo.

- Solo respóndeme esto, quizás después pruebe un bocado. - Me miro - ¿Por qué ibas a golpear a Lucían?

Se me quedo mirando mientras pensaba una respuesta.

- ¿Por qué estaba espiando en tu casa? ¿Por qué yo grite? ¿Por qué? Le diste un susto de muerte y creo que a ninguno le quedo clara la razón.

- Es un poco de todo eso.

- ¿Por qué estaba espiando y yo grité? - quise saber.

- Porque te estaba espiando mientras te bañabas, lo definiría como un pervertido y esa fue la única razón que necesite. Además, te humillo, ¿acaso no querías que lo matara por eso?

Negué con la cabeza.