Tras una tensa clase de ética, llega la hora del almuerzo. Las clases del día han terminado, y a pesar de "pequeños" detalles (ya sabéis cuáles, no voy a nombrarlos, ejem Margot ejem), de momento, las asignaturas están siendo de lo más interesantes.
Lukas y yo entramos en el comedor, el cual está repleto de estudiantes con bandejas cogiendo su almuerzo y sentándose en las mesas, mientras mi tripa hace un sonido reclamando también su comida. Cojo mi bandeja y empiezo a echar cosas en el plato, algunas de las cuales no he probado en mi vida, pero al menos, me gusta probar cosas nuevas, aunque luego me den arcadas. Así soy yo.
Nos dirigimos con los platos a rebosar hacia una mesa que esté vacía y empezamos a comer y comentar todo lo del día de hoy.- Creo que ya sé quién va a ser el profesor favorito al que todos adoraremos y la profesora a la que tendremos miedo de por vida – dice Lukas con la boca llena.
- Y que lo digas, menudo cambio tan...
- No puede ser verdad – me interrumpe Lukas mirando hacia la puerta del comedor. Miro en su dirección y ahí está nada más y nada menos que la señora Sullivan.
- Hablando de la reina de Roma... – comienzo a decir.
- Por la puerta asoma – completa Lukas – Y nunca mejor dicho.
Vemos cómo Margot empieza a mirar a su alrededor, como buscando a alguien entre la multitud. Entonces, sus ojos se encuentran con los míos, provocando que los aparte inmediatamente. Por dentro se me queda una sensación extraña, no sé muy bien cómo explicarlo, pero noto cómo un escalofrío recorre mi cuerpo. Lukas se da cuenta de ello, de que algo pasa, y nos quedamos mirando fijamente. No hacen falta las palabras, ambos sabemos por la expresión del otro que hemos sentido lo mismo al hacer contacto visual con la profesora Sullivan.
- ¿Qué ha sido eso? – pregunta Lukas en un susurro, como con miedo de que alguien nos escuche.
- No lo sé, pero entre lo ocurrido en clase y lo de ahora, me da mala espina.
Ambos dejamos lo que queda de nuestra comida sobre la bandeja. El hambre que tanto teníamos al llegar, desaparece al formarse un nudo en el estómago a causa de lo que acaba de pasar. No sé si la sensación es de miedo, tristeza, cansancio, agobio o de qué se trata, pero eso es lo menos importante ahora. La cuestión es, ¿cómo una simple mirada ha provocado eso? ¿Por qué? Una cosa está clara, y es que desde el primer día que puse el pie en esta ciudad, han pasado cosas que no logro entender. Cada vez voy teniendo más y más preguntas, pero ninguna respuesta. A lo mejor me estoy volviendo loca o son paranoias mías a las que no les debería de dar la más mínima importancia. Pero algo dentro de mí, me dice que todas estas cosas no son simple casualidad, sino que hay algo detrás. Y mi intuición nunca falla.
- Nicole, ¿en qué piensas? – me pregunta Lukas, que llevaba un rato observándome en silencio.
- No sé, es que...
Justo cuando voy a explicarle lo ocurrido estos días atrás, Margot se sienta en la mesa de al lado con su almuerzo. ¿De qué va todo esto? ¿Es una especie de broma con cámara oculta? Cansada de esta situación, recojo la bandeja y mis cosas, levantándome de la mesa dispuesta a irme.
- Paso de todo esto – le digo a Lukas – ¿Vienes?
Él hace lo mismo que yo. Dejamos las bandejas en su sitio y salimos del comedor lo más rápido posible.
- No sé qué pasa aquí, pero no entiendo nada – empiezo a decir mientras vamos caminando por la ciudad.
- ¿A qué te refieres?
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Lo que Esconden las Almas
Teen FictionTras dejar atrás su tormentoso pasado, Nicole decide empezar de cero en una nueva ciudad donde nadie le conoce y realizar sus estudios de Filosofía en la universidad de Nueva York. Pero una vez allí, conocerá a una mujer que dará un vuelco a su vida...