Lo que Esconden las Almas

Capítulo 12

- Entonces... ¿Está bien? ¿Se ha ido así sin más? - digo atónita sin poder creerlo todavía.

- Eso parece - contesta Margot - Esta mañana Olivia ha venido a hablar conmigo y ha sido cuando me ha contado todo. Amy le envió un mensaje anoche diciéndole que se había ido a no sabemos dónde, ya que no indicó ningún lugar, para despejar su mente.

Me quedo un rato pensando en toda esta situación. ¿Habrá sido por la discusión que tuvieron hace unas semanas? Justo ahí fue cuando desapareció, no creo que sea mera casualidad. Aunque de todos modos, largarse sin dar ningún tipo de explicación, no deja de parecerme de lo más extraño.

- Espero que al menos esté bien y vuelva pronto - le digo a Margot.

- A veces no viene mal tomarse un tiempo para reflexionar, ¿no crees?

- Es totalmente comprensible - contesto asintiendo con la cabeza. A quién le voy a engañar, yo he pasado por la misma situación y sé lo que se siente, sé lo que es sentirse perdida sin saber qué hacer ni a dónde ir. En esos momentos no ves nada claro, más bien es lo contrario. Todo se vuelve oscuro, o eso es lo que te hace creer tu propia cabeza. Poco a poco vas perdiendo la ilusión, la esperanza, los sueños se van desvaneciendo y terminas no encontrándole ningún sentido a este mundo ni a tu existencia. Entonces, en el mejor de los casos, te limitas a estar ahí, no sabes por qué, pero sigues ahí, a veces para no hacer daño a tus seres queridos. "Pero Amy no tiene que llegar a ese punto", pienso.

Noto una mano sobre mi hombro que me hace volver al mundo real.

- Está bien y pronto volveremos a verla - me dice Margot intentando tranquilizarme poniendo su mano sobre mi hombro - Pero ahora, ¿qué te parece si empezamos con unas clases extraescolares?

- ¿A qué te refieres? - pregunto sin entender entornando los ojos.

- A enseñarte lo esencial sobre nuestra Comunidad - contesta de manera obvia.

- Ah, claro, por supuesto.

- ¿Te viene bien ahora?

- Por mí sí, no hay ningún problema.

- Entonces manos a la obra - responde con una sonrisa peculiar que, inevitablemente, no deja de sorprenderme al estar acostumbrada a su faceta de profesora seria y exigente.

Ambas nos sentamos en su escritorio y veo cómo ella saca algunos libros con anotaciones en sus páginas. Algunos parecen antiguos, ya que están desgastados y las páginas han pasado de un color blanco a uno amarillento.

- También están deteriorados por el uso constante que les doy - dice como si hubiese leído mi mente (una vez más).

- ¿Sueles estudiarlos en tu día a día?

- Por supuesto, nunca se deja de aprender. Además, es necesario teniendo en cuenta la posición en la que estoy en la Comunidad de Vampiros.

- ¿Y cuál es esa posición?

- Digamos que se me considera una especie de líder - contesta poniendo los brazos sobre la mesa y uniendo sus manos - No es un término del todo correcto, pero para que me entiendas.

- ¿Entonces hay una jerarquía dentro de la Comunidad?

- ¿Acaso no la hay en todas las sociedades y grupos de personas?

- Supongo que sí, habría que tener en cuenta lo que dicen varias teorías sociológicas.

- Estoy de acuerdo, pero ese debate lo dejaremos para otro día. Ahora volvamos a lo que nos incumbe. Como tu mentora, o llámalo como quieras, debo enseñarte a controlar tus habilidades vampíricas.