- ¿Qué ha pasado? – pregunto abriendo los ojos e incorporándome. Me encuentro sobre un pequeño sofá en el despacho de Margot, con ella enfrente mirándome con preocupación.
- Exceso de energía absorbida – me contesta ella – Ya sea esta positiva o negativa, hay un límite que no hay que sobrepasar, porque si no... Bueno, ya ha visto lo que ocurre, se ha desmayado y caído al suelo. Yo le he puesto sobre el sofá.
- ¿Soy una vampira?
- Una vampira psíquica – dice Margot asintiendo.
Todavía tengo preguntas sin responder que me gustaría aclarar, pero el cansancio que siento no me deja hablar y, mucho menos, pensar con claridad.
- Debería de comer algo, lleva horas sin alimentarse – continúa la señora Sullivan, sin apartar su vista de mí – Aunque más bien, ya casi es hora de cenar.
- ¿Qué hora es?
- Casi las nueve de la noche.
Abro los ojos de par en par. ¿Tanto tiempo había estado inconsciente? Mi reacción provoca una pequeña risilla a Margot, quien me extiende una mano para ayudar a ponerme en pie.
- No sé si debería darle la mano – le digo recordando lo que había sucedido.
- No se preocupe, puedo evitar que absorban mi energía. Antes he dejado que usted lo hiciera, siendo consciente de ello.
- ¿Puede utilizar una especie de escudo?
- Eso es. Pero lleva su tiempo desarrollar esa habilidad.
Le doy mi mano y me levanto del sofá tambaleando un poco, pero Margot me sostiene para que no pierda el equilibrio y vuelva a caer.
- Gracias – le digo casi en un susurro. Ella simplemente me sonríe.
- Vamos a tomar algo, yo tampoco he comido nada – sugiere la señora Sullivan.
- Me parece bien, si usted quiere, claro.
- Ha sido idea mía, por supuesto que quiero. Además, no le voy a dejar sola en este estado.
Margot va hacia la puerta y la abre dejándome pasar primero. Salimos de su despacho y al llegar a las escaleras me sujeta del brazo. Le miro curiosa por el pequeño gesto.
- No queremos que salga rodando hacia abajo, así que por si acaso... – me dice.
- Está siendo extrañamente agradable conmigo.
"Piensa antes de hablar, Nicole, ¿a qué ha venido eso?". Aunque era la verdad.
- Y usted está inusualmente callada teniendo en cuenta todas las preguntas que suele hacer – contesta Margot, la cual ríe y hace que su risa se me contagie a mí también.
No me esperaba que fuese así de amable y menos con una alumna. Está claro que hay profesores que utilizan una especie de coraza en sus clases para imponerse, pues los alumnos pueden llegar a pasarse con sus comportamientos. Pero no sé, lo de Margot me ha pillado por sorpresa. Acostumbrada a esa actitud seria y fría, verla así ha llamado mucho mi atención. Tiene una sonrisa radiante y podría llegar a alegrar a cualquiera con tan solo su risa.
Consciente de que no pronuncio ninguna palabra, ella vuelve a hablar:
- Tampoco tiene por qué quedarse en silencio. En clase le agradecería que sí, pero ahora puede decir lo que quiera.
- Lo sé, solo estaba pensando en mis cosas. Le agradezco que se preocupe por mí.
- No es nada. Además, a partir de ahora va a necesitar ayuda. No solo porque haya decidido rescatar a su amiga Amy, sino también por haber descubierto su verdadera naturaleza.
ESTÁS LEYENDO
Lo que Esconden las Almas
Teen FictionTras dejar atrás su tormentoso pasado, Nicole decide empezar de cero en una nueva ciudad donde nadie le conoce y realizar sus estudios de Filosofía en la universidad de Nueva York. Pero una vez allí, conocerá a una mujer que dará un vuelco a su vida...